Playa Médano

GUADALAJARA, JALISCO (31/MAR/2013).- La bahía San Lucas atesora una preciosa playa, de arenas finas y blancas, que embellecen al agua verde azul, creando un sensacional contraste, que encanta el espacio, playa nombrada: Médano.

De la Roca del Coro, el timonel viró la proa de la lancha rumbo noroeste, con dirección a la playa de la fascinante bahía, antaño llamada San Bernabé. Apreciamos la entrada a la marina y unos cruceros que fondeaban en las sosegadas aguas, más adelante miramos a unos entusiastas remadores de kayak, y no distantes, unos windsurf se deslizaban sigilosamente, unos chamacos disfrutaban de la banana y en los aires, un turista contemplaba los panoramas desde un paracaídas jalado por una lancha, la actividad acuática se manifestaba por doquier. Nos fuimos acercando a la playa, animada por bañistas, sombrillas, palapas, palmeras y fincas con terrazas. Nuestra lancha tocó playa y bajamos gustosos por una escalera a la legendaria playa que cautivó a los primitivos navegantes.

En 1602, el intrépido capitán Sebastián Vizcaíno realizó una segunda expedición por el Pacífico norte, para demarcar las costas de California, desde la emblemática punta hasta Cabo Mendocino, el piloto Francisco de Bolaños y el segundo cosmógrafo, Fray Antonio de la Ascensión, carmelita descalzo, narraron: “Es un médano blanco de arena en la marina, antes de llegar al Cabo de San Lucas con una grande lengua: el que hubiese de tomar puerto en este Cabo… Esta bahía es buen puerto y muy hondo y se ha de surgir en la playa a la banda del Noroeste y cuanto más se desviare de las peñas es fondo mejor y más limpio: Al Noroeste hay un carrizal en la playa, donde hay mucha agua dulce”. Vizcaíno y su cosmógrafo, Gerónimo Martín Palacios citaron: “Del cabo de San Lucas nacen unas sierras altas dobladas y dos leguas del dicho cabo hay un médano de arena, blanco, alto, con algunas manchas negras y en la costa es de playa de arena y muy segura de bajos… sábado 8 días del mes de junio costeando la tierra, llegamos al dicho Cabo de San Lucas. Surgimos en la Bahía de San Bernabé, que por surgir en ella el mismo día, se le puso su nombre que fue a 11 del dicho mes… saltase en la playa tanta sardina que todos comieron… al abrigo de una grande peña… se dijo misa y se hizo procesión del Santísimo Sacramento llevando en la procesión a Nuestra Señora del Carmen… predicó el Padre Fray Tomás de Aquino”.

Caminamos despacio por la concurrida playa, los diversos colores de las sombrillas obedecen al frente de cada restaurante, que ofrecen bebidas, botanas y platillos, entre ellos: Billy gans, Many Dak, Baja Cantina Beach Club, Mango Deck Restaurant, Nikki Beach y The Médano Beach Club. Nos sentamos plácidamente en aquella sensacional playa y admiramos la nítida agua, el suave oleaje y a lo lejos el Cabo San Lucas con sus cerros: La Cruz y El Arco, y su isla Cerro Blanco, montículos distintivos. Nos bañamos en las frescas y tranquilas aguas, y después tomamos sol en la arena, sol que se fue escondiendo detrás del pintoresco cabo, luego de despedir el sol, ocupamos una de las mesas de la playa del restaurante The Office, de madera con techo de palma, un grupo amenizaba al espacio con música de antaño y unas antorchas iluminaban románticamente, más tarde la luna llena hizo lo suyo, reflejándose en el mar de Cortés, el buque Caborey también reflejaba sus luces. Nuestras copas se llenaron del delicioso vino californiano y brindamos por el cumpleaños de nuestra madre, después saboreamos unos exquisitos filetes de atún. Al irnos, vimos una Virgen de Tepeyac en piedra, animada por rosas, pues era su día. Para el CDXII aniversario del descubrimiento de América, se convocó para dar un nuevo nombre a la playa, el jurado falló a favor de “Playa de los Corsarios”, pero el primer nombre, “El Médano”, prevaleció.