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Cobain soberbio

Por: EL INFORMADOR

Kurt Donald Cobain, figura emblemática de los noventa.ESPECIAL  /

Kurt Donald Cobain, figura emblemática de los noventa.ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (16/OCT/2010).- Sin temor a equivocarme la figura más emblemática de los noventa, en lo que a música refiere, fue Kurt Donald Cobain, responsable de cambiar la vida de toda una generación y dar la vuelta de tuerca definitiva a la resaca ochentera que vivieron los primeros años de la siguiente década. El de Aberdeen tenía cojones, y confieso que me costó trabajo reconocer su legado, dado a que por aquellos días era el ídolo de las muchedumbres y uno de mis principales argumentos para demeritarle era la similitud de sonidos de los primeros Nirvana con Pixies, con justicia los años nos hicieron entender a varios detractores, a los que aún se resisten los invito a conocer a fondo los álbumes Bleach (1989) e In Utero (1993).

Su tráfico en el mundo del rock and roll inició en 1982 cuando grabó unos demos caseros, primer vestigio de Fecal Matter el proyecto que le dio tablas, y por el que desfilaron Dale Crover (genial multiinstrumentista, primer batería de Nirvana, después con Melvins y Fantômas), Buzz Osborne (guitarra de Melvins y Zu) y Chad Channing (segundo batería de Nirvana). Tras la disolución del combo en 1986, concibe la primera encarnación del Nirvana al lado del croata-americano Krist Novoselic (bajo), después de establecerse como una de las noveles promesas de la escena alternativa de Seattle, son fichados por Sub Pop –legendario sello responsable de publicar por aquellos días los primeros materiales de Soundgarden, Mudhoney y Saint Etienne– donde cristalizan su primer larga duración Bleach (1989), grabado con una modesta suma en el estudio de Jack Endino en menos de un mes, a pesar de ello conectaron tres certeros ganchos con los sencillos About a girl, Blew y Love Buzz, y les valió firmar con DGC Records –subrogada por Universal Music–. Su siguiente entrega Nevermind (1991) presentó a Dave Grohl como nuevo batería, que fue factor circunstancial en el sonido contundente del disco, Butch Vig fue el productor –sí el de Garbage – y qué decir de los temas que escuchamos hasta el cansancio y que se adoptaron como himnos generacionales, Come as you are, Smells like teen spirit, Lithium y la mítica portada del bebé nadando tras un dólar; en resumidas cuentas un disco que será recordado por presentar al nuevo rockstar, al ídolo que las masas aguardaban y sobre todo un portavoz de millones que con pantalones de mezclilla rotos y camisas de franela ponía el antifashion como una tendencia vigente hasta hoy día.

Su tercer y último álbum de estudio In Utero (1993) merece mención aparte, comenzando con la producción del excelso Steve Albini (Rapeman, Shellac), quien previamente hizo maravillas con Pixies y su Surfer Rosa (1988), fue el responsable de recrudecer el sonido del trío, comenzaba una nueva etapa sonora con un Cobain más maduro, afianzado en una escueta lírica y su mejor momento como guitarrista. Heart shaped box fue el primer sencillo extraído de esta magistral obra acompañado de un inolvidable video dirigido por Anton Corbijn. Rape me, Very Ape, Serve the servants, verdaderos dardos con adrenalina, y el cerrador All apologies a la larga el tema con más vigencia entre los nuevos fans.
El siguiente paso fue la coronación absoluta con los medios masivos de comunicación con el lanzamiento del MTV Unplugged, tan en boga en los noventas. Una serie de tributos a ídolos personales en versiones a medio gas, Bowie, The man who sold the World; The Vaselines, Jesus doesn’t want me for a sunbeam; Leadbelly, Where did you sleep last night?; y la participación de los hermanos Curt y Cris Kirkwood de The Meat Puppets para Plateau, Oh, me y Lake of fire.

El capítulo final en la vida de Cobain es el más morboso de todos, según su viuda (Courtney Love), ya había atentado contra su vida en Europa cuando ingirió champaña y un buen puño de “reinitas” (Rohypnol), a su regreso a América recibió varias visitas de amigos cercanos, la más sonada la de Dylan Carlson (Earth), narra la historia que fue el que proporcionó la escopeta con la que Kurt se voló la tapa de los sesos, 5 de abril de 1994 la fecha, lo encontraron tres días después, una nota de despedida, otro miembro más del famoso club de los 27 (Janis, Hendrix, Jones, Morrison), y acciones mágicas involuntarias como aquella de hacer constantes apariciones públicas con la playera impresa de la portada del Hi, how are you de Daniel Johnston, y regalarle a este iluminado pero a la vez atormentado hombre sus cinco minutos de mainstream en la vida. Para los recién iniciados se recomienda el documental y la banda sonora de About a son, dirigido por A.J. Schnack.

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