Moisés, Elías y Jesús

    Cuando los discípulos se acercaron con Jesús a una montaña, no se imaginaban que estaban a punto de tener una experiencia espectacular e inolvidable, que incluso fue registrada en el evangelio de Marcos. Se trata del milagro conocido como “la transfiguración”, porque, en un momento, la apariencia de Jesús cambió delante de ellos y los discípulos pudieron contemplar a Moisés y a Elías acompañando a Jesús.
    Pedro tomó la iniciativa en ese momento para sugerir a Jesús que le permitiera construir tres tiendas y así protegerles de los rayos del sol, pero el evangelista añade que esto lo hacía porque estaba espantado y no sabía lo que decía. Y no es para menos, ya que se trataba de algo impresionante y pocas veces visto.
    En la vida de los israelitas, pocos seres humanos tenían tanta importancia como algunos de los profetas que se mostraron en ese monte. Podríamos mencionar a Abraham, al rey David y a uno que otro personaje importante, pero sin duda que Moisés y Elías eran de los más famosos y reconocidos. Moisés fue el hombre que llevó al pueblo de Israel fuera de la esclavitud del país de Egipto, y les dio las leyes y los mandamientos de Dios, dejando al pueblo de Israel en la entrada de la tierra prometida. Elías, por su parte, se levantó no sólo como uno de los varones que hizo grandes milagros a favor de su pueblo, sino que fue un reformador que se dedicó a volver el corazón de Israel al verdadero Dios.
    De manera que poder ver en un mismo lugar a Moisés y a Elías (quienes nunca fueron contemporáneos) era una gran experiencia. Posiblemente si se hiciera una encuesta de popularidad entre la gente de Israel de aquel tiempo, la mayoría de las personas opinarían que el más famoso e importante era Moisés, en segundo lugar se encontraría Elías, y en un lejano tercer lugar pondrían al humilde carpintero de Nazaret llamado Jesús.
    Sin embargo, todos sabemos que el personaje central en esta aparición fue Jesús. Moisés y Elías no dejaban de ser hombres destacados que estuvieron al servicio de Dios; Jesús es Dios. Moisés y Elías fueron profetas, reformadores y caudillos que hicieron mucho bien a su pueblo; Jesús es el salvador de Israel, aquel que murió para traer el perdón total sobre su pueblo. Moisés y Elías cometieron pecados, en ocasiones se desanimaron, y cometieron errores en algunas de sus decisiones; Jesús en cambio nunca pecó, nunca se equivocó y siempre mostró obediencia perfecta a su Padre celestial.
    Lo más maravilloso es que cuando este milagro de la transfiguración terminó, Moisés y Elías desaparecieron, pero Jesús se quedó con sus discípulos. Moisés y Elías regresaron al cielo. Jesús nunca dejó huérfanos a sus seguidores. Cuando el Señor volvió al cielo, se aseguró de enviar su Espíritu Santo para que ninguno de sus discípulos se quedara solo. De manera que el personaje importante en ese monte fue Jesús, y aunque alguno pensara que Moisés o Elías eran más famosos por aquellos tiempos, el día de hoy sabemos que Jesús es el personaje central para toda la humanidad de todos los tiempos.
    ¡Qué consuelo saber que el hombre más importante en la historia de la humanidad todavía está con nosotros! Que todos los demás nos pueden abandonar, pero Él siempre estará allí; y que cuando los milagros y las visiones terminen, la dulce presencia del Maestro de Nazaret todavía nos seguirá acompañando, de la misma manera que acompañó a Pedro, Santiago y Juan, cuando bajaron de ese monte.

Angel Flores Rivero  
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