México y sus vinos

GUADALAJARA, JALISCO (05/ENE/2014).- Probó cientos de vinos en un año y sobrevive para contarlo. El editor y crítico culinario, Rodolfo Gerschman, presenta la segunda edición de su Guía Catadores del vino mexicano 2013-2014, un libro para todo tipo de aficionados a esta bebida, incipientes y avanzados, publicado por Editorial Planeta.

Hace 22 años, el argentino que estudió sociología y economía se mudó a México y comenzó a explorar el mundo del vino nacional, en ese tiempo poco conocido. Desde entonces tiene una columna en el periódico Reforma y 11 años atrás arrancó un proyecto editorial propio, la revista Catadores, especializada en vino.

 “En aquella época se consumía en general muy poco vino, y yo quería generar mayor interés. Comencé a visitar las regiones vinícolas de México, a hablar con las bodegas, con los enólogos, y a generar un trabajo alrededor del vino mexicano. A partir de ahí yo me sentí listo como para hacer una guía”, comenta el autor.

La publicación incluye un repaso por la historia de este elixir en México, el desarrollo de las zonas productivas, las cepas de uva más utilizadas, sugerencias para acompañarlas en la mesa, el ranking de los mejores tintos, blancos, rosados y ensambles así como la cata de los 300 mejores vinos del país. También hay tips de compra y de conservación.

En el apartado de la cata, cada vino probado recibe un puntaje y un indicador que lo clasifica en un rango de precios, además de que hay un comentario por cada botella. Esto está hecho así para que cualquiera pueda comprenderlo, aunque no conozca la terminología: “Digamos que si de pronto no le entiendes del todo al comentario porque tiene algún término técnico, de todas maneras el puntaje sí lo entiendes, de manera que con los numeritos ya sabes qué calidad tiene el vino y qué precio, y así sacas tus conclusiones”.

La técnica para catar, explica Gerschman, se hace a ciegas, para garantizar que no haya valoraciones subjetivas basadas en la bodega o el lugar de dónde proviene el vino. “La cata ciega no quiere decir que nos tapemos los ojos, sino que tapamos la botella con una preparación previa. Lo hacemos un poco por una consideración en general hacia el consumidor y también hacia las bodegas, para que sepan que hacemos esta cata de la manera más objetiva posible, sin interferencia de ningún tipo”.

Desde que llegó a México a la fecha, observa que el consumo de vino ha aumentado notablemente. “Yo creo que antes estaba en 100 mililitros per cápita, hoy en día estamos en 600 más o menos, casi una botella (…) y en los últimos años hemos tenido un crecimiento paulatino de casi 10% anual”.

Gerschman considera que los vinos mexicanos están a la altura de los de cualquier país, y que pueden competir en condiciones de igualdad con los que se producen en España, Francia e Italia. “De pronto puede haber niveles a los cuales no habremos llegado, pero es porque la producción de vinos en México es muy joven y el vino va mejorándose a través de la experiencia y toma muchos años”.

“Hay que probar vinos y encontrar aquellos que nosotros nos gusten más”, dice el experto, aunando que el vino contribuye a la convivencia, acompaña a la comida y tomado con moderación, ayuda a prevenir enfermedades coronarias, por lo que sus beneficios son notorios por encima de otros líquidos como jugos o refrescos.

EL INFORMADOR