Memphis, el corazón del blues

GUADALAJARA, JALISCO (17/MAY/2015).- No figura entre los principales destinos turísticos de Estados Unidos. De hecho, no es exactamente el prototipo de “ciudad entretenimiento”, ni cuenta con enormes rascacielos o estadios de última generación. Pero algo tiene Memphis, en Tennessee. Cuenta con un imán que alimenta a la música. Una suerte de magia invisible que hace brotar el talento en los artistas de almas atormentadas que llegan hasta ella. No por nada, es considerada la cuna del blues.

Ciudad mediana enclavada al suroeste de Estados Unidos, la historia de Memphis es la de una urbe nacida gracias al esfuerzo de sus habitantes, comerciantes y agricultores que encontraron en el Río Mississippi su fortuna y desgracia. Fortuna, porque era y es uno de los principales motores económicos de Estados Unidos. Desgracia porque en las primeras décadas de su fundación (1826) eran frecuentes las temibles fiebres amarillas, que de vez en vez diezmaban a la población.

Marcada por la guerra civil estadounidense y con una fuerte población afroamericana. Memphis se convirtió en el refugio de miles de esclavos liberados que, pese a su recién ganada emancipación, seguían encontrando dificultades para integrarse a la sociedad.

Es esta mezcla de sueños y angustias, de un pasado que no termina por irse y un futuro que no llega, el principal sello de la urbe. Tan llena de belleza como de rincones oscuros. La formula perfecta para que a mediados del Siglo XX surgiera en sus calles los primeros sonidos de lo que se convertiría en el blues.


Recorridos sonoros

Memphis está en boca del mundo de la música luego de que el pasado jueves falleció B.B. King, el “rey del blues” y uno de los artistas más influyentes del Siglo XX. Cierto, no nació allí, pero fue en sus calles, en sus bares y foros donde encontró los sonidos que terminaron por convertirlo en leyenda.

Curiosamente, Memphis se puede jactar de haber creado el ambiente perfecto para darle a la música tres “reyes” diferentes: B.B. King (rey del soul), Elvis Presley (rey del rock n’ roll) y Johnny Cash (rey del country).

Para quienes viajen a esta ciudad, vale la pena visitar Beale Steet, calle donde todos los sonidos del ayer, del hoy y del mañana se encuentran. Es cierto, no tiene el glamour de otras avenidas famosas en Estados Unidos. En cambio, se puede palpar en el ambiente el talento y hambre por figuras que despliegan los miles de artistas que cada año se dejan el alma en los escenarios.

En el 143 de Beale Street se encuentra el B.B. King’s Blues Club, la “Meca” del blues en la ciudad, mismo que fuera propiedad del fallecido intérprete, que convirtió ese escenario en un segundo hogar. También allí se encuentra el Memphis Rock ‘n’ soul Museum.

Pero no es el único lugar donde se despliega el blues a sus anchas, acompañado por los sonidos del jazz y el rock. Otros clubes que cuentan con renombre en la misma calle son el Black Diamond (Beale 153), Blues City Cafe (Beale 138) y el Handy Club (Beale 200).

Las noches en Memphis son únicas. Aquí el silencio y el sonido son comparsas nacidos del blues, del rock y el soul. Aquí se llora y se celebra por amor. Asistir a cualquiera de los clubes de la ciudad tiene como garantía pasar una noche rodeado por los sinuosos caminos del blues y las emociones a flor de piel.


Mucho para disfrutar

Además del blues, Memphis tiene varias cosas qué ofrecerle a los turistas. Sin lugar a dudas, una de las atracciones principales es la mansión de Elvis Presley, Graceland. La construcción es un auténtico museo dedicado al “rey del rock”, pues reúne una colección de objetos personales del músico, además de poseer una arquitectura fastuosa.

Otro punto de interés son los Estudios Sun, donde Elvis y otros legendarios artistas como Johnny Cash, Roy Orbison y Jerry Lee Lewis le dieron forma a sus primeras canciones.

A la distancia, es fácil reconocer en el horizonte de la ciudad el puente Hernando de Soto, que cruza el Mississippi. Fue nombrado así en honor a Hernando de Soto, explorador español del Siglo XVI, quien fue el primer europeo en recorrer la zona.

Para quienes buscan una buena comida, la ciudad es famosa por sus hamburguesas, de gruesa carne de res, acompañadas con papas fritas y una malteada.

En mayo se celebra en esta ciudad la feria estatal, que incluye muestras de gastronomía y cultura, lo que convoca a miles de visitantes del Sur de Estados Unidos, dispuestos a pasar un fin de semana. Incluye la celebración de un carnaval y la coronación de un “rey y reina” de la celebración.


LA LLEGADA

Guía de hoteles

v River Inn of Harbor Town. Elegante y sutil, se ha ganado el aprecio de los viajeros. 50 Harbor Town Sq., Memphis.

v La Quinta Inn & Suites. A 30 minutos de Graceland y con buen servicio y limpieza. 2839 New Brunswick Rd.

v Fairfield Inn & Suites. Ambiente hogareño y familiar. 8489 Highway 64.