Jueves, 09 de Octubre 2025
Suplementos | La majestuosa ciudad inca es un mudo testigo de la genialidad y los misterios que legó

Machu Picchu

La majestuosa ciudad inca es un mudo testigo de la genialidad y los misterios que legó esta civilización

Por: EL INFORMADOR

Vista  de la Ciudadela de Machu Picchu con la gran roca del Huayna Picchu al fondo. EL INFORMADOR / P. fernández somellera

Vista de la Ciudadela de Machu Picchu con la gran roca del Huayna Picchu al fondo. EL INFORMADOR / P. fernández somellera

GUADALAJARA, JALISCO (27/SEP/2015).- ¿Quién la construyó? ¿Para que la construyeron? ¿Por qué en ese lugar? ¿Era un santuario? ¿Una fortaleza? ¿Un palacio? ¿Cómo subsistían ahí con exceso de lluvia y escasos terrenos de cultivo? ¿Qué fue lo que motivó al Inca Pachacutec para construir esa fantástica ciudadela allá por los años del mil 400? ¿Y por que con tanta finura y delicadeza en su arquitectura? ¿Quién edificó —con supremo esfuerzo— las titánicas terrazas de cultivo escalonadas con tan excelsa tecnología? ¿Quién labró con tanta precisión los canales de suministro de agua potable? ¿Por qué tanto esmero, pulido y precisión en el ensamblaje de las enormes piedras de los muros? ¿Allá en medio de la nada?

Miles de preguntas actualmente aparecen sin respuesta rodeando los rescoldos de esa extraña civilización que desapareció de súbito sin aparente causa. Su nombre mismo se desconoce. Solo se sabe que desde tiempos inmemoriales se le mencionaba como Pichu (el Pico); por lo que posteriormente se adoptó el topónimo de uno de los dos picos entre los que se encuentra sentado: el Machu Picchu, y el enorme Huayna Picchu: impresionante y vistoso monolito de 400 metros de altura casi verticales frente al poblado. Ambos son parte de la sólida formación geológica granítica llamada el Batolito de Vilcabamba.

De los nombres, calificativos, y posibles usos de las construcciones no se tiene certeza alguna: todo son meras suposiciones de los científicos y los estudiosos de la materia. Sobre todo del indiscutible Hiram Bingham; que si bien no fue el “descubridor” del sitio (ya que siempre estuvo habitado y se hablaba de él como un sitio lejano pero conocido; siempre tuvo propietarios y era sujeto de ventas y herencias que constan en libros) si fue quien lo dio a conocer al mundo; y fue quien realizó estudios arqueológicos ortodoxos, técnicamente avalados por la Universidad de Yale (a donde fueron a parar miles de las piezas encontradas, algunas de ellas recientemente devueltas a Perú) y la National Geographic Society.

Hiram Bingham, celebre antropólogo y explorador, en su búsqueda por la antigua y misteriosa Vilcabamba, encontró los restos de la famosa Machu Picchu perdida entre los picos de la selva andina, en donde habitaban un par de familias. Pablito Álvarez, hijito de una de ellas, fue quien lo condujo hasta el corazón mismo del sitio.

Como sucede en todos los descubrimientos, Bingham tuvo predecesores; entre ellos un tal Lizárraga, buscador de tesoros, quien en el año de 1902 dejó grafitis con su nombre en una de las paredes. Se desconoce la cantidad de piezas por él extraídas.

Bingham, sus asesores, y su técnico equipo de investigación, lograron dilucidar que sus habitantes  provinieron del altiplano y no de la amazonía, quienes habitan climas más cálidos y debajo de los mil metros de altura. Igualmente dedujo que, a pesar de las monumentales terrazas agrícolas escalonadas, la producción de alimentos no podía soportar más que a 300 gentes; y dada su altitud, de ninguna manera podían producir la sagrada hoja de coca, que tenía que ser importada de lejanas tierras.

Bueno es aclarar que la hoja de coca (Erythroxylum coca) no es una droga, es tan solo un analgésico y un suave estimulante (como pudiera ser el té o el café), además de ser un valioso alimento ancestral. La cocaína (Benzoilmetilecgonina) si es una droga sumamente adictiva y mortal que es fabricada a partir del escaso alcaloide de la hoja de coca, a la que se le agregan horribles y dañinas sustancias, como gasolina, thinner o ácido sulfúrico.

En fin: a no dudarlo, Machu Picchu es una verdadera belleza. Tanto así que se ha convertido en el epítome del orgullo peruano, y destino ineludible en el país. De hecho, en una encuesta global con sede en Lisboa, se trató de adoptarlo como una de las siete maravillas del mundo; cosa que de ninguna manera ha sido aceptada por la UNESCO, quien solo la ha reconocido como “Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad”.

Lo que nosotros recomendamos es tomar el bellísimo tren que va de Cuzco a Aguascalientes que corre al lado del impresionante Río Urubamba, rodeado de enhiestos picos cubiertos de viva selva. Si se tiene tiempo y energías, habrá que hacer el Camino del Inca con cuatro días de marcha y acampando; y al llegar al sitio, simplemente sentarse a disfrutar de la vista y del conjunto, imaginando lo que pudiera ser cada lugar; como vivirían esas gentes; y dilucidando cual sería el objeto de las titánicas construcciones, teniendo la seguridad de que lo que imaginen será tan válido como lo que los arqueólogos y científicos han podido sospechar. “Lo único cierto es que no hay nada cierto en ese maravilloso lugar”.

Caminar entre las construcciones, dándoles su personal interpretación, es una  dicha que no debemos de perder en el curso de nuestras vidas.

TOMA NOTA

¿Interesado?

En páginas de internet como www.peru-turismo.com, www.machupicchu.biz y www.boletomachupicchu.com se ofrecen cotizaciones para realizar visitas guiadas a Machu Picchu.

Recuerda que es importante verificar y compara precios del paseo y alojamiento.

 pfs@telmexmail.com

Suplemento Pasaporte

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones