Lujo con sentido común

GUADALAJARA, JALISCO (27/ABR/2013).-A primera vista, este auto parece sólo un Fusion más. Y en muchos sentidos, lo es. Sin embargo, el pequeño logotipo puesto en la tapa de la cajuela que dice “Hybrid” hace toda la diferencia del mundo. Esto, nos parece, lo pone directo como el mejor de su categoría.

La primera y enorme ventaja sobre los demás híbridos a la venta en México -con la honorable excepción del BMW Serie 3 Active Hybrid- salta a la vista. La forma tan afortunada del nuevo Fusion, con su techo que dibuja un arco suave sobre el habitáculo; el frente con la parrilla como elemento central (no caeremos en la tentación de hacer malas bromas sobre su similitud con súper deportivos británicos); faros elegantes y una parte trasera que encaja con lo demás, este sedán de concepción estadounidense y manufactura mexicana (motor en Chihuahua y ensamble en Hermosillo) genera en el conductor algo que desde hace un buen rato no se encontraba en un sedán de Ford: orgullo. Al mando de un Fusion, el piloto mira a los demás desde arriba, como un hombre consciente de andar con la mujer más bonita de la fiesta. Y esto, no es poco.

Por dentro, sigue la agradable sensación de estar en un auto que parece costar mucho más de lo que cuesta. Los asientos forrados de piel y con ajustes eléctricos; el quemacocos, sin el cual vender un auto de este tipo se vuelve casi imposible en México; el ya tradicional ajuste eléctrico de espejos, seguros y cristales; consola central flotante al estilo de los Volvo y, claro, el SYNC, el sistema de conexión de Ford que, si bien ha mejorado, sigue siendo de utilización algo confusa y genera muchos problemas con el celular más vendido del mundo, el iPhone.

Los terminados son buenos en la mayoría de los casos y la excepción son los plásticos alrededor de la pantalla de la consola y el que cubre a ésta, en negro muy brillante, que en el auto de prueba que tuvimos, ya estaba totalmente rayado.

Delante de nuestros ojos, la pantalla que muestra los instrumentos como velocímetro y tacómetro, exhibe del lado izquierda gráfica de generación de energía y consumo instantáneo, mientras que del lado derecho se puede desplegar información sobre el audio, el sistema de navegación o una especie de juego gráfico que muestra hojas que van creciendo en la medida que conducimos con delicadeza o que se cae en embotellamientos o conducción más deportiva.

Como un auto normal

Al contrario de los primeros híbridos que llegaron a México, el Civic y el Prius, el Fusion se siente más normal, lleno de fuerza y agradable al manejo. Al prenderlo entra en funcionamiento la batería y no el motor de combustión, que en el caso tiene cuatro cilindros  y 2.0 litros de desplazamiento. Juntas, amblas plantas de poder le otorgan al Fusion 188 caballos de fuerza, la misma potencia del Mazda 6 2014, por ejemplo, pero con la más que bienvenida novedad que su consumo urbano es de 13 kilómetros por litro y de 16 km/litro en tramo mixto, de carretera y ciudad.

Nadie espera que un híbrido pueda competir en arrancones, pero el tiempo de poco más de 10 segundos que tardó el Fusion para llegar a los 100 km/h, no está nada mal. De hecho, es el tiempo que los sedanes V6 conseguían hace tan sólo dos generaciones, o cerca de una década.

La caja de cambios, planetaria de cambios continuamente variables, pasa desapercibida como lo haría un buen árbitro en un partido de futbol. Su funcionamiento es suave y tranquilo, respondiendo con prontitud a los deseos del piloto de acelerar más rápido para un rebase.

Uno de los puntos, muy pocos, que no nos gustaron mucho en el Fusion híbrido, fue el tacto de los frenos. Su funcionamiento es bueno y las distancia de frenado, en la casa de los 42 metros de 100 km/h a cero, está bien, pero el pedal se siente esponjoso como los viejos sedanes estadounidenses, en un toque de nostalgia que hubiera sido mejor no tenerlo.

En México el auto no se encontrará en las salas de exhibición de sus distribuidores, pero puede ser conseguido bajo un simple pedido, en una de sus agencias en el país. Su precio de 465 mil pesos, para la versión con asientos de piel (hay una con tela, sin quemacocos y sin GPS por 410 mil) es 2,900 pesos más bajo que la versión Titanium Plus, que ofrece mucha más adrenalina, claro, pero a cambio de un consumo mucho menos contenido, de hecho, el EcoBoost gasta cerca del doble de este híbrido.

Al contrario del Toyota Prius, que es un auto que solamente existe como híbrido, el Fusion con dos motores no grita al mundo que eres un “amigo del planeta”, pero no te cobra el sacrificio estético y dinámico que aquél impone. El Fusion es un gran sedán, con todas las ventajas de un magnifico cuatro cilindros de lujo, pero que además, te hará gasta la mitad en la gasolina y, de paso, no paga tenencia.


FICHA TÉCNICA


Ford Fusion Híbrido

Disponible en versiones con tela o piel, así como con o sin sistema GPS.


Datos técnicos

Motor: L4; 2.0 litros. 141 HP @ 6,000 rpm
Cilindros: síncrono 118 HP (88 KW)@
Turbocompresor: No.
Potencia: 188 HP
Torque: combustión.. 129 libras-pie@ 4,000 rpm/eléctrico: 177 libras-pie
Tracción: delantera
Transmisión: automática de tipo eCVT

Suspensión

Delantera: Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora
Trasera: Independiente, con resortes helicoidales y barra estabilizadora

Frenos

Delanteros: Discos sólidos con ABS y EBD.
Traseros: Discos sólidos con ABS y EBD.