Viernes, 25 de Abril 2025
Suplementos | La poética del barrio: El Tlakuache

Los personajes: titiriteros de duro y dale, realistas y bravucones

Son cheleros y dignos caminantes del centro de la ciudad y las nueve esquinas.

Por: EL INFORMADOR

Por: Dolores Tapia

Fotos: Alonso Camacho

El Tlakuache es una tríada.  Son actores titiriteros que se basan en México (y ciudades, baches y pueblos que lo conforman) para crear sus numeritos teatreros o callejeros. Dos jóvenes de los que sólo uno ya cumplió los 30 (Ihonnattan Ruiz y Cristian Katapu) y una chica guerrera que le pone dulzura al caldo. Tres artistas iracundos (más los que se vayan acumulando) que además de ver pasar la vida han visto pasar la muerte. Sus personajes e historias son creados a partir de una mirada particular, realista y mugrosa, pero su mugre es la de los perdedores, la de los poetas bravucones de la alcantarilla, los fenómenos simpáticos que arroja el centro de la ciudad con todo y su panteón de Belén. Ninguno canta pero cuentan muy bien las rancheras. Con El Tlakuache nadie se puede estar quieto. Ihonattan Ruiz, su director, a pesar de las tragedias -cual Pepe El Toro en Nosotros los Pobres- siempre se está riendo y Cristian Katapu... también.

Son como niños pero con arrabal, aunque “los tlakuas” -como se autonombran- nacieron en el año 2000, estaban fusionados con un grupo El Chololito, que hoy es Luna Morena. Se llamaron El Retablo y sus jefes eran Leo Santillán y Jacquelina Franco (ambos qepd), ya en el año 2002 decidieron gestar El Tlakuache, animal, señalaron los actores aquí entrevistados, que por ser tan mexicano fue seleccionado como su estandarte. Cantadores dicharacheros, sensibles, juguetones... Ihonnatan y Cristan dan como ilusión, el primero parece infante a punto de crecer y el segundo tiene la mirada tan dulce, que no le cuesta pedir favores. ¿Cuál es su filosofía? les pregunto. “Hay una máxima japonesa que dice que empiezas a trabajar con el brazo, luego con la mano, al final con todo el cuerpo pero no serás titiritero hasta que trabajes con el corazón”, contesta Ihonnattan Ruiz, utilizando palabras que en otros tiempos también decían Leo Santillán y Jake Franco.

Este grupo realizó temporada recientemente en el Teatro Estudio Diana, se ha presentado en dos ocasiones (y casi va la tercera) en el Festival de la Luna en el pueblo mágico de Tapalpa con trabajos como Ese es mi gallo y Marduk.  El año pasado realizó temporada en el Ex Convento del Carmen con el espectáculo Leyenderos. Actualmetne se encuentran hilvanando los hilos de El Circo de la Familia Catarino. Se juntan con la gente, sus trabajos tienen una base tripartita que puede convocar a más integrantes, entre ellos: músicos, zanqueros, bailarinas y actores. De todo un poco.

Son cheleros y dignos caminantes del centro de la ciudad y las nueve esquinas.  Su estética secular es el arrabal, su hora la noche, su platillo las ahogadas y si tuvieran una banda sonora, podría ser -pero nunca se pusieron de acuerdo- La Marcha de Zacatecas. “O la de Cri Crí, Ahí viene el señor Tlakuache” dice Ruiz. “Sí, ésa, ésa...”, contesta Katapu. “Es más, yo creo que esa es la historia que nos falta contar, la del señor Tlakuache que le regaló el juego a los hombres... que es como la de Prometeo pero en versión guarra”, añade Ihonnattan. Luego se ríen los dos, con sus chelas en la mano y sus overoles puestos. Así pues, se piensa que a los tlakuas, a los niños y a los títeres se les perdona todo. Los títeres eso sí y lo dicen ellos, tienen una capacidad de síntesis contundente, que según Ruiz, no pueden tener los actores (parece y sólo parece que tampoco los tlakuas). “El hombre en las cavernas proyectaba su sombra con el fuego, ahí nació el primer títere de sombras”, dice Ihonni. “El objeto ha estado con el humano desde siempre. Representamos a los dioses, con objetos o fetiches”, añade Katapu. “El títere puede abstraer la realidad que uno puede contar, puedes relatar la teoría del big bag en una mesa y recrear ese mundo, fantásticamente. Puedes tener el mismo poder de hacer un montaje musical con miles de dólares o gastarte lo más mínimo y representar lo mismo y tener el mismo efecto emotivo”, sigue diciendo Katapu.

Ninguno de los presentes se quiere poner triste, pero es imprescindible mencionar que el capitán de este barco fue Leo Santillán (fallecido en el año 2006), él heredó el sello tlakuachero y fungió, por supuesto, como maestro de varios. Por eso, “tratamos de que nuestros trabajos sean muy sinceros y que partan de nuestras necesidades”, dice Ruiz, quien al tomar las riendas del grupo (“que es como don y karma”) hoy quiere reír. Quiere reír otra vez. Bueno, siempre ríe pero ahora quiere reír otra vez pero de una manera diferente. Por ello tal vez prepara El Circo de la Familia Catarino,  “sí, sí” dice, que es como hablar de la familia porque ahora El Tlakuache es una nueva familia. Siguen siendo tres, pero diferentes. Se ríen. “La historia de este circo es la de una madre soltera que tiene un hijo que es payaso” señala Ihonnatan, “y es malcriado”, detalla Katapu. “Y tienen su circo porque ella es la mujer barbuda, una familia anormal con problemas muy normales”, dicen y luego se ríen mucho. Otra vez. Pero diferentes. “Yo creo que el destino se llevó a dos personas maravillosas (Leo y Jake), pero me trajo otras dos y otras tres y ahora es como formar una nueva familia y como es la mía y la de los demás, de eso queremos hablar a los chavos”, apunta Ihonattan, luego piensa en Guadalajara, una ciudad que “no pide nada al Distrito Federal en cuestión de títeres y es algo que les cuesta reconocer al gremio teatral, pero ni modo”. El Circo es un espectáculo que aborda este tema y se prepara para presentarse en el próxima edición de El Festival de la Luna, según dicen.

La verdad es que Ihonattan nació en el D.F. pero es tapatío por adopción, Cristian es absolutamente guadalajerense. Da gusto estar con ellos, son simpáticos pero viven en serio, también son modestos y curiosos, se ríen de los “finolis” que adoran cuando son sus amigos, no entienden de protocolos pero saludan con honor a las estrellas y a los amigos.  Son “compas” de los músicos y las bailarinas. Les gusta la noche. Tapalpa. El tequila. La risa. El sabor a dulce con chile. El pulque. Se les puede encontrar en una fiesta, trabajando con sus numeritos, “zanqueando” en eventos, entrenándose para su siguiente espectáculo. No son artistas acomodados, son de duro y dale, tesoneros, infantiles, de esa gente que vive con fé y comiendo pastel de chocolate. No siempre han sido felices, como todos los mortales y los tapatíos. Estiran y aflojan pero en el mundo de los títeres, la función siempre se debe continuar. Y en el mundo de El Tlakuache. ¡Salud por eso!

DEstacados:

¿Qué son?
Titiriteros

¿Quiénes son?
• Ihonnatan Ruiz/director y titiritero
• Cristian Katapu/actor y titiritero
• Claudia Santana/ actriz y titiritera

Breve historia incidental

Luego de más de una década de trabajo, el grupo lidereado por Leo Santillán se bautizó El Tlakuache en el 2002 y sus integrantes de entonces eran también Jacquelina Franco y el mismo Ihonattan Ruiz. En el año 2006, murió Santillán en un accidente automovilístico  y en el 2007 falleció también Jacquelina Franco arrollada por un camión. Su visión del trabajo y la poética acerca del mundo titiritesco, es el que permea hoy en la creación que como “don y karma” liderea Ihonnatan Ruiz.

Repertorio tlakuachero:

• África: Espectáculo callejero con títeres gigantes, mojigantes, bailarinas y el grupo de tambores Denezburia
• Leyenderos: Obra construida con leyendas de la tradición oral de Tlaxcala.  La dirección es de Leo Santillán y la musicalización en vivo de Abraham Vargas. La agrupación ha realizado diversas temporadas con este trabajo.
• Miró: Cinco inquetas manchas huyen del estudio de Miró, quien se lanza a buscarlas. Obra basada en un cuento de Miguel Obolis. Dirección: Leo Santillán.
• Ese es mi gallo: La historia de Monchito y su patrón Valentín, quiene se hacen acompañar de tres músicos y una sobrina. Su duración es de una hora. Fue dirigido por Jacquelina Franco poco antes de su fallecimiento en el año 2007.

Al alimony

Azul o buenas noches: buenas noches
animal: mascota
tiempo: el que se me perdió
textura: todas las que pueda tocar
nombre: El tlakuache
maravilla: el teatro
mexicano: 100 %
creatividad: una musa que a veces va y a veces viene
expresión: Guadalajara
pastel: de chocolate
títere: simple
grupo: mi grupo
hijo: un sueño
amor: otro sueño
ciudad: Guadalajara
niño: es como... espera... el que llevo dentro
amigos: pocos, pero muy buenos
color: a mugre
azul: el cielo
deseo: siempre deseo
gota: a gota
lágrima: necesaria pero dolorosa
despedida: punto para iniciar otra cosa
teatro: para siempre
tlakuache: mi banda
cielo: cielo bonito
mirar: a los ojos
astucia: necesaria
locura: que tengo
ternura: ah...
mundo: raro
otredad: me gusta
encantador: no lo conozco
te beso: bueno
por qué: por amigos
canción: tlakuache
actriz: muchas
amor: para siempre
lújubre: negro
chocolate: qué rico
canta: cuál quieres
palabras: bonitas
despedida: hasta luego

Tapatío

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