Jueves, 09 de Octubre 2025
Suplementos | Armados de sensibilidad, de creatividad y de experiencia para hacer bellas formas de metal

Los cuchilleros de Sayula

Nos dirigimos a la calle González Ortega, donde algunos sayulenses están bien armados

Por: EL INFORMADOR

La calle González Ortega, luego de Juárez se llama Daniel Larios, físicamente es una sola calle, por nombres son dos, en fin, sobraron nombres y faltaron calles. El meollo es que en el referido espacio se asoman varios fabulosos talleres de metal.

Después de admirar la parroquia, su claustro y su cruz atrial del siglo XVI, nos dirigimos a la calle González Ortega, donde algunos sayulenses están bien armados. Armados de sensibilidad, de creatividad y de experiencia, para hacer bellas formas de metal. Nos detuvimos en el número quince, que corresponde con el taller de la familia García, donde José Guadalupe y su hijo Carlos elaboran preciosos cuchillos de acero inoxidable, que tienen grabados dos órganos, García y Sayula, Jal., cuchillos que apreciamos en una vitrina.

A corta distancia, ya en la calle Lic. Daniel Larios Cárdenas (calle donde nació el benemérito secretario de gobierno de Colima, mártir de la Guerra de Reforma, fusilado por Miramón), y en el número ocho, miramos diversos cuchillos a un costado de la puerta, hechos por las manos talentosas de los hermanos José y Pedro Cibrián Fuentes, quienes nos invitaron a su taller, que se encuentra al fondo de su casa. Pedro activó el soplador y en cuanto el carbón estuvo listo, José tomó un pedazo de fierro y lo puso entre el carbón, al estar al rojo vivo lo tomó con unas tenazas y lo fueron forjando sobre un yunque a golpe de marro, con cierto ritmo, que pareciera un tambor de metal invitando a danzar. La actividad la repitieron y el fierro mágicamente fue tomando la forma de un cuchillo. Los hermanos tienen 38 años de hacer cuchillos en acero negro e inoxidable. A los cuchillos terminados les ponen mangos de cuernos de res o de venado, dependiendo el tipo de cuchillo. Un colorido gallo hizo alarde de sus gallinas.

En el número 23, fuimos sorprendidos por una preciosa tienda llena de variados cuchillos, desde cuchillos para un chef, con mangos de madera, hasta elaborados cuchillos de monte con mangos de reno, o cuchillos con artísticas incrustaciones. Navajas, sables y dagas de atractivos diseños, un cuchillo con águilas y con la cara de su creador, “José Ojeda”. A Diego le encantaron los sables y se admiró al conocer las hebillas de cinto con medias dagas y los bastones con estilete. A Nicolás le cautivaron las navajas. En los muros vimos reconocimientos y periódicos enmarcados, que refieren del arte de los hermanos José y Rafael Ojeda. Pasamos al taller donde encontramos al creativo José Ojeda, quien estaba en una mesa laborando entusiasmadamente con un sable. En el espacioso, iluminado, ventilado y bonito taller (con una arcada escarzada), había siete artesanos haciendo hermosos cuchillos de acero inoxidable, con cachas de madera de palo fierro, ébano, ceiba y tampicirán; de cuernos de búfalo y de reno; y de concha de abulón y de madre perla. José Ojeda Larios, se inició como herrero, luego fue armero y posteriormente se consagró como un artista; su obra es admirada en varios lugares del mundo (al rey Juan Carlos se le obsequió una obra de Ojeda). Mis hijos y yo adquirimos con emoción unos pequeños cuchillos, en sus hojas tienen inscrito un pitayo y Ojeda.

Más adelante se encuentra el creativo taller Larios, donde se realizan cuchillos de bellas formas. Cabe mencionar a los cuchilleros Martín Alfaro y Luís Pérez Preciado, hay otros que no tengo el gusto de conocerlos.

“Felicidades artistas, son un orgullo de Jalisco”.

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