Suplementos | Suena a algo orgánico, algo que sabe con el cuerpo en movimiento, a algo que nos toca y a la vez, por momentos, linda en la incomodidad La vida en shuffle: Devotchka Devotchka es el caso de un grupo que provoca esa emoción estética que resulta tan placentera en una época que se caracteriza por la saturación de propuestas que sólo son más de los mismo Por: EL INFORMADOR 5 de septiembre de 2008 - 19:13 hs Por: Eduardo Castañeda H. En la avalancha de información sobre grupos y tendencias musicales que nos aplasta si nos distraemos un momento, de vez en cuando es posible encontrar una que otra gema. El placer estético es indiferente al género del arte al que estamos expuestos. Es muy emocionante sentirlo lo mismo con una obra reconocida, cuando se nos revela de una forma particular e individual, cuando se entabla ese diálogo misterioso entre lo que proyecta y lo que nos hace contarnos de nosotros mismos; que en la tocada de un grupo local que destaca, o con el relato de un recién descubierto novelista. Devotchka es el caso de un grupo que provoca esa emoción estética que resulta tan placentera en una época que se caracteriza por la saturación de propuestas que sólo son más de los mismo. Clasificados dentro de lo que se ha dado en llamar world beat, música del mundo hecha no importa en qué lugar del planeta pero que tiene raíces en la cultura ancestral o contemporánea de algún o algunos países, Devotchka es un híbrido musical anclado en ambos lados del Atlántico, con base en Denver, Colorado. Al escucharlos uno se da cuenta de lo nuevo y cómo lo viejo ha sido transfigurado. Es algo que suena a antes o a veces a países lejanos, y a la vez cercano. Uno escucha una voz profunda y sentida y enseguida una reminiscencia de polca y algo que suena a “pasito duranguense”. Suena a algo orgánico, algo que sabe con el cuerpo en movimiento, a algo que nos toca y a la vez, por momentos, linda en la incomodidad de lo desconocido. Es música de los Balcanes, punk y mariachi en el Lejano Oeste. Nick Urata, en la voz, el piano, guitarras, trompeta; Tom Hagerman, violín, acordeón, melódica; Jeanie Schroder, tuba, vocales; y Shawn King, en la batería, órgano y percusiones; hacen una fiesta en cada presentación. En el origen una banda de acompañamiento para obras de cabaret, piezas de antiguo burlesque, como en los principios del siglo XX, usan ese espíritu para recrear la música de la época y recorrer los países del este europeo, lo mismo que de Norteamérica. En algún momento hicieron tour con la modelo Tina von Teese. Con un primer disco en 2000, SuperMelodrama, y otros cinco en los siguientes años, han ido ganando adeptos en todo el mundo, lo mismo que a la crítica especializada. Son un ejemplo de cómo tradición y e innovación se conjugan magistralmente. Hay muchos que lo intentan, hay que echar un chapuzón sólo en Myspace para encontrar decenas de grupos en esta moda de recuperar el pasado, las raíces y revolcarlas para crear otra cosa, pero son muy pocos que logran algo sin par. A esa primera entrega, con la que llamaron la atención, siguieron Triple X tango (2002), Una volta (2003), How it ends (2004), Curse your little heart (2006), y el más reciente A mad & faithful telling (2008). Fue en 2006 cuando esta extraña agrupación fue conocida por un amplio público al componer la música para la película Little miss Sunshine, junto con Mychale Danna, que ganó el Oscar, además de ser nominados a un Grammy. Devotchka es una palabra que deriva del Nadsat, un idioma que hablan los personajes de la novela La naranja mecánica (A clockwork orange, publicada en 1962 y luego adaptada al cine por Stanley Kubrick), de Anthony Burgess, que mezcla el inglés y el ruso. Devotchka es una palabra que significa mujer joven, chica. El ecléctico sonido de Devotchka le debe mucho a las influencias de su líder, Nick Urata, quien vivió en Chicago, concretamente en Cicero, un suburbio lleno de inmigrantes. “Había una mezcla grandiosa de gente del este de Europa y de latinos. Toda esa música exótica que salía de los autos y por las ventanas de las casas ayudaron a escribir las primeras canciones del grupo”, ha dicho en entrevistas. De hecho, una de sus canciones dice: “The gringos block the roads/Inside your head,”, donde muestran algo de su postura política, como también lo hicieron cuando se negaron a firmar un contrato con McDonald’s que les quería comprar una de sus canciones para usarla en un comercial. En cambio, aceptaron vender los derechos de otra a una compañía francesa que cuida el medio ambiente. Devotchka es uno de esos descubrimientos que se dan en el insondable universo actual de la música, que lo segundo que se quiere hacer es compartirlo. Temas Tapatío Lee También Samuel Kishi y su cine que cruza fronteras y generaciones Un museo vivo: Experiencias y arte en el Cabañas La gran estafa que nos hizo “americanos” El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones