La picante delicia de Yahualica

GUADALAJARA, JALISCO (20/DIC/2015).- Dentro de las razones que me han motivado a viajar por distintos pueblos de Los Altos de Jalisco, reconozco que una de las principales es la gastronomía. Y es que sí, ya sean unos chilaquiles, un taco o hasta la quesadilla más sencilla, en aquellas latitudes tienen un sazón muy peculiar, algo que pude constatar durante mi travesía más reciente por las tierras de Yahualica.

Conocida como una de las capitales de la salsa picante en nuestro Estado (no me atrevo a afirmar que sea “la capital”, para no herir los sentimientos de los habitantes de Tamazula), Yahualica es una ciudad de tamaño mediano y hermosas construcciones de cantera que guarda con orgullo la tradición de su cocina, misma que por lo regular viene bien sazonada con salsa picante y es abundante en cuanto a la variedad de platillos típicos que se ofrecen.

El primer cuadro de la ciudad es variado en restaurantes tradicionales. Todos con un ambiente de fonda familiar que ya no es tan común encontrar en Guadalajara, además de ofrecer precios bastante económicos —al menos comparados con los que encontramos en la Perla Tapatía—. Atrapado por el aroma de su cocina y la amabilidad de sus personal, decidí entrar al Restaurante  Quirarte (calle Ramón Corona 59), a media cuadra de la terminal de autobuses de Yahualica.

Con una fachada tradicional, mesas amplias, ambiente alegre y un decorado sencillo, en el que sobresale un enorme cuadro de la Virgen de Guadalupe (muy venerada en esa ciudad, junto con El Señor del Encino), el Restaurante Quirarte, ofrece un menú que apela a los platillos sencillos y preparados al momento. La estrella de la carta es el lonche caliente especial, preparado con la maravillosa carne de la región y acompañado por su fabulosa salsa picante. Otros platillos de renombre en este local son sus quesadillas, la hamburguesa con papas y el bistec ranchero (los fines de semana hay tamales y albóndigas de pollo). Al final y luego de darle varias vueltas a la carta, me decidí por la hamburguesa.

Muchas veces al comentar los platillos de un restaurante pasamos por alto las entradas, pero en este caso deseo hacer una excepción, pues me permitió disfrutar de unos totopos y tostadas acompañados por la suprema salsa picante “Porkis” o “Porfis” (se etiqueta con ambos nombres, aunque es la misma).

¿Y qué decir del picante de “Porfis” Yahualica? Bueno, primero que en su presentación roja, su aroma y sabor hacen que las salsas que compramos en Guadalajara parezcan de juguete. Segundo, el chile tiene sabores muy vivos y aunque picante, no es molesto al gusto y tampoco mata los sabores del resto de los ingredientes y guarnición. Tercero, la carne de hamburguesa (y asumo que la de los lonches, el bistec ranchero y en general cuaquiera) se lleva de maravilla con el chile. El platillo lo acompañé con una cerveza, pero el menú ofrece tanto refrescos como agua de sabores.

Ya para rematar, me di una vuelta por el Mercado Municipal (en la foto de la derecha), para comprar unos dulces tradicionales. Hay cocadas, de leche quemada y borrachitos, todos fabricados a la usanza tradicional.

Confieso que no soy en lo absoluto amante de las salsas picantes o sea fanático de incluirla siempre en todos los platillos, pero el sabor artesanal de las que probé en Yahualica (tanto la roja para carne como la verde para pescado), las pone en otro nivel, e incluso ayuda a que platillos de apariencia y preparación sencilla sumen mucho en su fragancia y sabores, al tiempo que logran lo más complicado en el mundo culinario: Ser memorables, como quedó demostrado en el Restaurante Quirarte.