Suplementos | Veredas La Catedral de San Luis Potosí Unos de los edificios más emblemáticos y hermosos se encuentra en el corazón de la ciudad Por: EL INFORMADOR 27 de diciembre de 2015 - 00:17 hs La Catedral de San Luis Potosí. Belleza colonial en pleno centro de la ciudad. EL INFORMADOR / V. García Remus GUADALAJARA, JALISCO (27/DIC/2015).- El oriente de la Plaza de Armas, se levantó la pintoresca Catedral. Solar que ocupó la primera ermita del naciente San Luis Minas del Potosí. Luego se edificó una capilla, iniciada en 1596 y terminada en 1609, al tiempo andado, el recinto no fue suficiente para los numerosos parroquianos, optando por construir un templo mayor, de tres naves y en 1670 se demolió la capilla. La obra del nuevo templo inició en 1674 y se concluyó en 1718, quedando pendiente la torre Norte, que fue levantada en 1910. La parroquia se consagró en 1730 y para 1854 el Papa Pío IX la elevó a Catedral, “Catedral de Nuestra Señora de la Expectación”, por ello se decidió realizar varias remodelaciones, como: ampliar las naves, colocar otras bóvedas a las naves laterales, renovar los altares, edificar el coro de canónigos y poner un nuevo órgano. El embellecimiento del templo se concluyó en 1886 y la surgida Catedral fue consagrada por el obispo de Linares, Francisco de la P. Verea. Enseguida de observar el Palacio Municipal desde una banca de la Plaza de Armas (donde antaño se lidiaban toros), nos cambiamos de banca, para admirar la construcción vecina, la maravillosa Catedral barroca, llena de detalles y esculturas. La fachada principal, con dos fabulosos salientes a los costados de la puerta, dórica, arqueada y con clave labrada. Los salientes, con su cara extrema a 45º, brindando cierto movimiento, como Lajous dijera: “La parte central de la fachada se adelanta dando una solución muy ingeniosa que permite dar más importancia a todos sus elementos creando siete planos en el acceso. Las columnas son de orden salomónico; están cubiertas con pámpanos entrelazados que hacen alusión a los vides de la Eucaristía”. Arriba de la puerta miramos la peculiar ventana coral, ligeramente arqueada y con una elaborada custodia, sobre la cornisa, un medallón entre laureles, “que conmemora la determinación del Papa Pío IX, del 31 de agosto de 1854, de elevar la iglesia a catedral”. Enseguida se encuentra el reloj de caratula redonda y enmarcado por volutas barrocas. Por remate, una torrecilla con vanos arqueados, cubierta en cúpula con cruz. Los referidos salientes, de dos cuerpos, con columnas salomónicas al frente, entre ellas, un nicho con apóstol, en el segundo cuerpo se repiten las columnas y los nichos, con otros apóstoles, las caras laterales también con nichos, completando doce, las esculturas talladas en fino mármol de Carrara, copias en menor escala, de las de la basílica de San Juan de Letrán, los primitivos apóstoles de piedra se trasladaron al pretil del costado derecho. A los costados de la peculiar portada se levantaron las torres, de planta cuadrada y de tres cuerpos, los dos primeros con dos vanos arqueados por cara, enmarcados por medias columnas salomónicas, el tercero de planta octagonal, con cuatro vanos y cuatro nichos, ambos elementos enmarcados por columnas salomónicas, cubiertos por cúpula con linterna. Nos acercamos a contemplar la fachada de apóstoles y después cruzamos el umbral de uno de los postigos de la alta puerta, en el interior apreciamos las señoriales naves con sus bizarras bóvedas; los neoclásicos altares laterales; la cúpula, con esplendidos cruceros, donde unos santos se asoman en sus pechinas, inclusive la cabeza de un cuadrúpedo; el altar mayor de dos cuerpos, en el superior, la Virgen patrona entre columnas estriadas y bajo la mesa del altar, una buena copia de San Sebastián, de Antonio Georgetti. Al fondo, mármoles italianos abrazan la tumba del obispo Montes de Oca, con un frontón, donde dos ángeles detienen la tiara y el escudo. De la Catedral dimos unos pasos a la Posada del Virrey, que se localiza en la Casa de la Virreina, donde habitó Francisca de la Gándara, dueña de Bledos, quien a sus 20 años casó con el brigadier Félix María Calleja de 48, seis años más tarde fue nombrado Virrey. Saboreamos fiambre y cabrito, mirando a la Plaza. Temas Pasaporte Veredas Lee También Un viaje por el tiempo en Cuitzeo, Michoacán Abrazo otoñal en la Riviera Nayarit Pasaporte: la vocación de contar el mundo Cuatro imperdibles para tu primera visita a Madrid Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones