Suplementos | Este fue uno de los asentamientos más septentrionales que los incas pudieron establecer Inga Pirca Este fue uno de los asentamientos más septentrionales que los incas pudieron establecer, con el afán de 'someter a todo el universo' Por: EL INFORMADOR 14 de junio de 2014 - 23:40 hs Una joven mujer inca-cañarí bordeando el templete del Inga Pirca se afana con la pastura para su ganado antes de la lluvia. / GUADALAJARA, JALISCO (15/JUN/2014).- Allá en América del Sur, en el país del Ecuador, para deleite nuestro apareció entre la bruma, la lluvia y los lodazales, el histórico sitio de Inga Pirca. Según se sabe, fue uno de los asentamientos más septentrionales que los Incas pudieron establecer en su ambicioso Tahuantinsuyo, donde pretendían agrupar a todas las etnias en su afán de “someter a todo el universo” bajo su grandioso imperio. ¿Les late haber oído alguna vez algo parecido?... (homo ”sapiens”: tonto, terco y repetitivo). De cualquier manera, pese a lo que nos decían los regionales ecuatorianos respecto a este sitio arqueológico que, en comparación con las joyas que teníamos en México se nos harían insignificantes, decidimos visitarlas con el mayor interés, y desprendiéndonos de la idea de hacer cualquier comparación (siempre hemos dicho que las comparaciones son odiosas), borrándonos además cualquier expectativa de belleza o excelencia. Así nos dedicamos a explorar aquel el sitio tan sui géneris, que habiendo sido habitado desde tiempo inmemorial por los cañaris y más tarde -curiosamente- conquistado por los incas utilizando tan solo “el convencimiento” y “el buen modito” que tan buenos resultados les había dado en escenarios anteriores. (aunque después si hubo trancazos cuando los cañaris se dieron cuenta de lo sucedido). Con estos pensamientos en mente, llegamos al sitio con la inquietud de ver y aprender las nuevas y diferentes cosas que aquellas piedras verde-azules maravillosamente acomodadas, nos quisieran platicar. Las nubes asechaban con sus sombras amenazándonos de vez en cuando con algunas gotitas majaderas. La bota enlodada al bajar del coche nos advertía que algunos trechos serían no muy placenteros. El paraguas volteado al revés por el viento nos quería decir no sé que cosas (como la canción). Sin embargo… las historias que creíamos habrían dejado escritas Incas y Cañaris en esas piedras o quizás entre los nubarrones y las gotas de agua, ejercían una cierta atracción que francamente, aunque nos empapáramos y enlodáramos no la podíamos perder. Yo creo que los espíritus de Pachacuti Inca y de su hijo Tupac Yupanqui, desaparecidos en los remotos años del siglo XV, hicieron que su heredero Huayna Capac ordenara a las nubes y a las tormentas que se esperaran un poquito, para poder contarles a aquellos extraños mexicanos algunas de las historias del señorial Muro del Inca (Inga Pirca en quichua). Efectivamente… el cielo se abrió entre las hermosas torres blancas algodonadas que tuvieron que esperar hasta el anochecer. Los verdes brillaron más verdes. Los azules se volvieron más azules. Las piedras tomaron el verde de los unos y el azul de los otros. El espléndido tallado almohadillado de cada una se acentuaba con las luces y las sombras de las nubecillas pasajeras. El trabajo paciente e ingenioso del labrado con el que milimétricamente ajustaron cada piedra, con tal precisión que un delgado papel no puede caber entre una y otra, era de llamar la atención. El diseño urbano conformado entre las colinas y culminando con el templete construido sobre una enorme roca al borde de un precipicio de unos treinta metros, era francamente de admirarse. Imaginar el hecho de que sobre los muros de piedra, prolongados con adobe y enjarre elevaban las paredes hasta la altura deseada para luego cubrirlos con inclinadas techumbres de paja, no dejaban a nuestra imaginación en paz. Los espacios diseñados para vivienda alejados de los ceremoniales y de los destinados a las elites (para variar), nos daban una buena idea de la idiosincrasia que ya se vivía desde aquellos tiempos en aquellas culturas, tan diferentes y tan idénticas a las actuales nuestras. Inga Pirca: una antigua ciudad en un altiplano en la Cordillera de los Andes del Ecuador en Sudamérica… tan cercana como lejana. Temas Perú Pasaporte De viajes y aventuras Lee También José Jerí asume como presidente de Perú Congreso de Perú destituye como presidenta a Dina Boluarte Agencias de viaje en Jalisco ofrecen descuentos para adultos mayores con Inapam Disparan contra grupo musical en pleno concierto en Perú | VIDEO Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones