GUADALAJARA, JALISCO (06/AGO/2017).- Cigales y Guadalajara tienen más lazos de los que podrías imaginar. Esta ciudad española, cuya fundación se pierde en la época medieval y que es famosa por su vino, también está hermanada con la Perla Tapatía desde el año 1992.El motivo es que aquí nació un personaje clave en la historia de México y particularmente la de Guadalajara: Antonio Alcalde y Barriga, mejor conocido como Fray Antonio Alcalde, obispo de nuestra ciudad en de 1771 a 1792, año en que murió.La huella de Fray Antonio Alcalde en nuestra ciudad permanece gracias a obras como el Viejo Hospital Civil de Guadalajara, el Sagrario Metropolitano y la Real Universidad de la ciudad, antecedente de la actual.Es por esta razón que nuestra ciudad fomentó lazos con Cigales, al punto que en 1992, ambas urbes quedaron hermanadas. Incluso se levantó un busto a un costado de la Iglesia de Santiago Apóstol en honor al Obispo en esa urbe española a instancias de la Asociación de Médicos del Hospital Civil de Guadalajara.Una copa de vinoMás allá de ser la cuna de Fray Antonio Alcalde, lo que le ha dado fama a Cigales son sus viñedos. Sus bodegas ya eran famosas desde la Edad Medieval, pero es en el Siglo XX cuando se comienza a vivir un auténtico “furor” por el vino.Cigales tiene en septiembre su Fiesta de la Vendimia, considerada la más antigua de Castilla y León (región donde se encuentra la ciudad). El festín consiste en catas, conferencias, exposiciones y un mercado de artesanos.A eso se suma la tradicional pisada de uva, con bodegueros vestidos de trajes regionales. El evento incluye música y logra convocar a buena parte de los ciudadanos, quienes se muestran orgullosos con la fama que adquirió el pueblo por su excelente vino tinto.Explorando el CentroBuena parte de las joyas arquitectónicas de Cigales se encuentran en el Centro de la urbe. La Iglesia de Santiago Apóstol es una construcción que comenzó a levantarse en 1535 y terminó en 1772. Su fachada de piedra blanca caliza le da un toque majestuoso, al tiempo que la distingue del resto de las construcciones del primer cuadro de la ciudad.El resto de la ciudad ofrece una arquitectura que te hará sentir como si estuvieras en el Siglo XVIII. La gente se caracteriza por su amabilidad y al menos para con los tapatíos podrás tener la seguridad de que te tratarán más que como un turista, como si te trataras de un hermano.
