Martes, 20 de Mayo 2025
Suplementos | Fue hacia 1995 cuando se determinaron sus proporciones oficiales, colores y formas

Historia: De escudos y banderas, el caso de Guadalajara

En el sentido estricto, Guadalajara tiene escudo de armas pero no una bandera, aunque el mencionado escudo en ocasiones sea estampado sobre un formato de bandera

Por: EL INFORMADOR

Por: Cristóbal Durán. Fotos: Carlos Hernández

Segunda parte

El cabildo comisionó al presidente municipal, José Rivera Rosas, y al director de la Gaceta Municipal, Luis M. Rivera, para que iniciaran la investigación sobre “los escudo de armas existentes en la Casa Municipal”, para luego llevar a cabo su posterior restauración. Era septiembre de 1918. El dictamen fue el siguiente:

“...la real cédula por la que se concedió a Guadalajara escudo de armas... no existe original en el archivo, sino únicamente en testimonio que data de 1776, suscrito por el escribano de cabildo, Don Ignacio de Sierra, quien, según constancias que obran en el libro de actas correspondiente a dicho año, certifica que en la sala capitular existe un marco dorado conteniendo el ‘Escudo de armas iluminado’ y el testimonio del título de concesión correspondiente, testimonio y pintura que, con grande verosimilitud, puede decirse que fueron copiados de los originales respectivos...”

Es de todos sabido que el título de ciudad de Guadalajara y el escudo de armas (que todavía hoy se usa como escudo oficial) fueron concedidos por el rey Carlos V en noviembre de 1539. El paradero de las cédulas reales en las que se otorgó esta distinción es incierto, al parecer no hay una publicación que las presente y nadie las ha visto. Lo que sí existe es una copia que se hizo de ellas en 1776, copia que a su vez se hizo de otra reproducción que existía junto al marco con escudo de armas que estaba en la sala del cabildo municipal, como se cita en líneas arriba. Todavía en 1867, luego del triunfo de los republicanos contra el imperio de Maximiliano, ese marco con la pintura del escudo y el testimonio de la real cédula estaban en la sala cabildicia. Después ya no se supo del paradero de estos escudos.

Durante la investigación para rastrear estas cédulas reales se solicitó información a los directivos del Archivo General de Indias, en Sevilla, España, con la esperanza de conseguir una copia de las originales. Fue así como Juan Lafita y Díaz, secretario del citado Archivo, el 27 de marzo de 1919 envió al Ayuntamiento tapatío la noticia de que “las reales cédulas en que se concedieron el título de ciudad y el escudo de armas a la Guadalajara tlacotense, fueron expedidas el mismo día: 8 de noviembre de 1539”, pero nunca envió una copia de la cédula real.

El documento más antiguo que hoy se conoce sobre este asunto es la mencionada copia manuscrita que se realizó en 1776, y que existe en el Archivo Histórico Municipal de Guadalajara. Algunos historiadores han ido hasta el otro lado del Atlántico en busca de los desaparecidos papeles, pero no han tenido suerte. Es probable que se encuentre empolvado entre miles de documentos que silenciosos guardan los más excitantes secretos de nuestro pasado. Juan López, quien hace algunos años fuera cronista de la ciudad, parece que encontró tales documentos pero no nos ha sido posible ver una publicación en las que se muestren.

Pero aún así, debemos aclarar, el hecho de que todavía no aparezca ese documento no nos hace menos tapatíos, esa es una cuestión que se ha ganado con una larga historia validada por la enorme cultura producida en nuestra ciudad durante todos estos años.

En 1939, cuando se cumplían 400 años de que Guadalajara fuera ciudad, el cronista Luis Páez Brotchie nos ofreció en las páginas de EL INFORMADOR, del que fue cercano y activo colaborador, una interesante reseña sobre la azarosa historia de nuestro escudo. Ciudad lo hemos sido de facto, con o sin cédula; escudo ya lo tenemos y ha sido usado desde hace algunos siglos, mejor validación no puede haber. Pero como ahora vivimos tiempos de legislación, tiempos en la que la letra escrita sustituye el valor de la palabra hablada, entonces se hizo necesario hacer oficial el uso de este histórico escudo, determinar su forma actual puesto que ha variado un poco al paso de los años, incluso, sancionar el mal uso que de éste se haga. El Ayuntamiento de Guadalajara imprimió en toda su papelería oficial este escudo de armas, que hasta hoy día sigue resumiendo la historia de que está hecho.

Fue hacia 1995 cuando se determinaron sus proporciones oficiales, colores y formas. La imagen que en él se concentra parece hablar de las antiguas hazañas caballerescas y militares en las que luchaba por la lealtad al gobernante.
Debemos aclarar que el escudo guadalajarense, como símbolo del municipio, de su gobierno, su gente y de su pasado, ha permanecido entre nosotros más por el peso de su historia que por haber sido otorgado por un rey, linaje real del cual finalmente logramos la emancipación a través de una sangrienta lucha de independencia.

En el sentido estricto, Guadalajara tiene escudo de armas pero no una bandera, aunque el mencionado escudo en ocasiones sea estampado sobre un formato de bandera. En el caso del estado de Jalisco, éste sí legisló el uso del escudo de armas y la creación de una bandera, que dicho sea de paso, pidió prestado el escudo de armas de la capital tapatía, aunque con ligeras modificaciones para distinguir uno del otro. La bandera de Jalisco será tema de otra entrega. Por lo pronto, nuestra ciudad tiene un ancestral escudo que legitima su pasado; se exhibe en forma de estandarte, pendón o bandera, con los colores azul y dorado que son a su vez los oficiales y los que enmarcan la imagen del escudo tapatío, el cual seguirá ahí para representarnos en cualquier lugar y en cualquier momento.

Tapatío

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones