Habrán de perdonarme, pero es que… la risa me da mucha risa

Ahora que debería estar escribiendo sobre algún viaje sorprendente o de alguna aventura tipo Indiana Jones, nones; ahora tejones porque me ganó la risa.

Y la risa, a mí… me da mucha risa. Y hasta me provoca carcajadas desas quitiasen chillar y la panza duele a reventar y si te descuidas… hasta el baño vas a dar.

¡Aijos mano! Quiocu-rrencia escribir de la ri-sa; pero la ri-sa es la cosa que a mi me da más ri-sa de todas las cosas quiai en este mun do do dó.

Pero bueno, habrán de perdonar pero es que… me estoy muriendo de la risa ahorita que quiero platicarles de la risa. De las carcajadas que me estoy echando -no me lo van a creer- pero mis perros azorados, unos están ladrando y otros hasta están aullando… ¡Crioque ya les contagié la pura risión que me agarró...!

¡Qué dicha…! ¡Qué risa más maravillosa…! ¡Que alegría de estar alegre…! ¡Qué padre poderte echar una carcajada limpia, pura y fresca que sale desde el fondo del alma, para que (con una cosa tan sencilla como una sonora carcajada) nuestra almita quede -muerta de la risa-igual de limpia, de pura, de brillante y hasta resonante como una fresca carcajada.

Además… una carcajada no cuesta nada.

Gratis son las carcajadas, y muy buenas compañeras en la vida.  Si te ríes… todo el mundo comienza a brillar a tu derredor; y curiosamente contagiarás a quien te rodea.
Yo bien sé que en nuestra cultura, muchas veces no son muy bien vistas las personas divertidas o con buen humor; quizás por aquello de que algunas religiones nos enseñaron que hay que sufrir en este mundo para conseguir una recompensa en el otro… (¿Otro?).

A veces, los que reímos tenemos miedo de ser mal interpretados, y hasta pareceremos muy vulgares al compararnos con personajes muy serios y sesudos… ¿Sabes?... ¡Qué flojera…!
Prrrrtttt… para los serios; y Prrrrtttt…. para los formales.

¿Serios? Ja…! ¡Que tontos! Se están perdiendo más de la mitad de la vida con tanta seriedá.

¿No puedes reírte de ti mismo? Pobre de ti; ¡no estás entendiendo ni pizca de lo que es la vida…!

Hay que reír aquí, y hay que reír allá. Hay que gozar aquí y hay que gozar allá. Cuentan que en el budismo hasta se puede llegar a la iluminación con sonoras carcajadas; y dicen que hasta las enfermedades se pueden curar a carcajadas.

Estoy seguro que guerras, pleitos y hasta discusiones, fácilmente se resolverían si en lugar de pistolas recurriéramos a las carcajadas, porque la risa es la distancia más corta entre dos personas; y esta distancia, si la dejamos crecer, causa malos entendidos.
La vida es una gran broma que posiblemente nos juegan seres superiores. Sí, pero es una broma que no la debemos tomar a broma; porque si no… “empiezas jugando y… acabas llorando”.

Pero no… ja, ja, ja No te tomes tan en serio y carcajéate de cara al viento. Y si al verte en el espejo… te mueres de la risa ¡Ya estás! tu visión del mundo será más fresca, más real, y sobre todo mucho más que divertida.

Dale una sonrisa a todo mundo cada día, y otra para ti, y verás que (más de algún celoso te partirá la cara; no, no, perdón) la actitud de la gente para contigo es de primera, y… ¡estoy seguro que la gozarás!

¡Anda, ríete y carcájiate…! Que a la mejor tu vida depende de una carcajada. Dicen que la risa, es el remedio infalible ¿Por qué será? ja, ja ja.

Me correrán. Yo sé que me correrán del periódico por haber escrito ésta risión… já, já já. Pero seré muy feliz si veo a todos carcajear cuando me vean salir “despedido y pa`la calle” por hacer reír a la gente que se le olvida carcajear.

Y del famoso Indiana Jones… ¿Pos que paso? Prrrrttt para Jones… ja, ja ja. Habrán de perdonar ustedes, pero es que la risia -que me da mucha risia- me hizo olvidar al tal Indiana Jones ja, ja, ja.
Échense una buena carcajada y avienten a volar la seriedá ¡Ya verán que lindo día van a pasá…!
Con mis mejores deseos.

deviajesyaventuras@informador.com.mx