Suplementos | La lucha se lleva a cabo los martes y domingos Guía del mal espectador Una tarde de luchas Por: EL INFORMADOR 3 de julio de 2009 - 21:21 hs Si usted no ha tenido la oportunidad de visitar la lucha libre, que semana a semana se realiza los martes y domingos en la Arena Coliseo, por favor, lea este breve artículo antes de lanzarse a la aventura Desde los primeros pasos, caminando por la acera, el ambiente se carga de expectación y emoción. Los revendedores pasan con los boletos en la mano, acomodadores con las franelas en alto, puestos atestados de muñecos de luchadores y máscaras de colores chillones (azul eléctrico, verde esmeralda, rojo cereza, rosa fiusha, plateado, dorado), familias extensas (con hasta seis niños tomados de la mano y en columna), el grupo de amigos con el six a medio tomar y los “fans” (que corrieron con la suerte de toparse en la entra con su luchador favorito) tomándose la foto del recuerdo. Finalmente (después de la fila del boletaje, la entrada de registro y un túnel), ya se está dentro; y se vislumbra el ring en medio del lugar, iluminado intensamente por los reflectores y apenas a unos metros de distancia de la primera línea de butacas. Los aficionados experimentados, van directo hacia su lugar, mientras que los novatos siguen al acomodador que siempre espera su propina (y que al coincidir con una chica guapa, anuncia su llegada girando su franela en el aire, mientras que el público responde con chiflidos, aplausos y gritos o porras de “vuelta, vuelta, vuelta”). El público toma su lugar. Algunos ya piden el segundo plato de cueritos con sal y limón o (resignados al no encontrar ningún vendedor de refrescos) toman el primer vaso de “chela” de la tarde (20 la sencilla y 40 la doble), servido con su respectiva capa de espuma muy al estilo de un chocomilk. De pronto, el presentador habla por el micrófono, más personas entran y otras ya miran, se mueven bancas, niños gritan, las trompetas suenan y todo se hunde en expectación, sin perder de vista el puente de metal por donde entraran los luchadores, la atracción de la noche. “Señores y señoras...”, se escucha en los altavoces, y no mucho tiempo después salen los primeros luchadores. La noche ha comenzado. Giros, golpes, patadas, escupitajos y manotazos inician en la esquina del ring, en el centro y bajo la vista del referí, mientras los espectadores se enfrascan en una lucha entre sí. Nombran a los presentes como personajes: “son pareja”, gritan si dos hombres caminan juntos, “Memo Ochoa”, si alguien en las tribunas tiene el cabello rizado, “Gokú”, si otro posee rasgos asiáticos, “ Niurka”, si una mujer con enorme melena entra por la puerta, etc. Así, los personajes se multiplican y el espectáculo se extiende mucho más allá del ring, (concentrándose muchas veces en algún punto de las gradas donde en grupo nutrido grita “Se les va el camión”, y los que se sientan en galería pueden responder con “tu mamá es mi novia y me cuenta todo”). El ambiente se intensifica. Más gritos, bailes, nubes de palomitas por los aires, el crunch de los chicharrones cubiertos de salsa mexicana, las papas nadando en picante, los niños alargando el brazo en busca de una “chocada de manos” con su luchador favorito, la fruta picada y con limón... Las luchas estelares inician por fin, Lady Apache, La princesa Blanca, Shoker, Mictlán, Averno, Dos caras Jr. Mephisto, Mil por ciento guapo, Peste Negra. Mr. Niebla, Felino, Místico... Un último “Hoh” se escucha a lo largo y ancho de la arena. El ganador es anunciado y las rechiflas o aplausos no se dejan esperar, todo ha terminado. La catarsis (tal como la definen los griegos) cae sobre el público, los gritos se ahogan, los personajes desaparecen y los reflectores se apagan para dejar pasar a la oscuridad que llega de un golpe. Los espectadores salen cansados y felices, algunos cantando y aplaudiendo todavía a sus héroes del ring... Temas Tapatío Lee También Conquistando la cima más alta de Jalisco Resistencia cultural en el tianguis de la Leña La danza contemporánea abre paso al legado en el arranque del FID 2025 Samuel Kishi y su cine que cruza fronteras y generaciones Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones