En los mares de Oriente

GUADALAJARA, JALISCO (13/MAY/2012).- No hay ciudad en el mundo que posea una travesía imperial tan poderosa y un puerto comercial tan estratégico. En pleno siglo XXI, Estambul nos reciben tres brazos de mar: el Mármara, el Bósforo y el estrecho del Cuerno de Oro.

Es la bisagra de una puerta que comunica al oriente. El 60% de su territorio pertenece a Europa y el 40% a Asia. Su clima, aunque generoso, es sorprendente, nunca se mantiene por más de tres días, pero casi siempre hay Sol, salvo en el invierno cuando el paisaje cambia provocando una fantasmagórica combinación de la constante bruma de los puertos con ráfagas de viento y el sonido profundo del Bósforo.

Para visitar Estambul hay que recordar con filosofía las palabras de Lao Tse, aquellas en las que habla de las experiencias externas como manera de sentir el mundo, y las internas como forma de comprenderlo. Estambul fue la Antigua Bizancio que dio pie a la mítica Constantinopla; es una ciudad que se queda para siempre en el recuerdo. Fue la capital del país, antes que Ankara, hasta 1923. Sin embargo, sigue siendo el punto medular en los ámbitos económico y social.

Así, se habla de un lugar cosmopolita, un hervidero de sitios de diseñador, de restaurantes chic como el Cipriani, lo que confirma que es de las urbes turcas la más europea, de las musulmanas la más occidental y esto gracias a Atartuk, gobernante que apostó por una sociedad secular. El país sigue haciendo honorables intentos por integrarse a la Unión Europea, se habla turco, inglés y español; su moneda oficial es la lira, pero el euro se mueve sin problemas. Hoy día, según la revista Condé Nast Traveler, son 36 los multimillonarios que viven aquí.

Lo más práctico es viajar desde Madrid, ya que se pueden conseguir paquetes con guía de turistas incluida, con una cuota de 70 euros el día aproximadamente. Todo depende de carteras y perspectivas. Pero si se viaja por primera vez, un buen guía lo familiarizará con códigos impensables en este lado del globo terráqueo. Y sin menospreciar a ninguna otra ciudad, en Estambul se encontraron hace un millón de años los primeros restos humanos fuera de África; en el 330 Constantino traslada la capital del imperio a Bizancio, la vuelve la ciudad más hermosa del mundo y luego la llama Constantinopla, hundida después por los Otomanos. Todo rincón es poderoso en historia y resulta más amable tener un acompañante especializado que pueda contarlo.

Turquía es miembro de la Organización de la Naciones Unidas, también del Consejo de Europa, así como de la OTAN, y del año 2009 al 2010 fue miembro no permanente del Consejo de Seguridad Europeo. Los requisitos para conseguir visado, cambian frecuentemente, por eso es recomendable visitar la página de la Embajada en México para acceder al trámite. No se recomienda intentar conseguir la visa en ningún país extranjero.

La Ciudad Antigua o Sultanahmet

Podríamos imaginar una Bizancio que venció a los dioses griegos y se alzó gracias a Constantino como la capital del cristianismo. Pues ahí podríamos –o no– imaginar la construcción de un gran palacio hoy hecho cenizas. Un palacio donde se encuentra actualmente la Ciudad Antigua o Sultanahmet, con dos mil 500 años de historias y leyendas.

En esta zona, bordeada por el Mármara, se encuentran la Mezquita Azul, la iglesia Santa Sofía y el palacio Topkapi.

Santa Sofía es la iglesia de la sabiduría (abierta de domingo a sábado), el principal edificio bizantino que se mantiene en pie y también la construcción religiosa más grande de la urbe.

Dicen que cuando el conquistador Mehmet tomó la ciudad, quedó tan sorprendido que decidió saquearla y dedicarla a Alá. Luego de siglos de disputas religiosas, cuando Atartuk llegó al poder, la consagró al arte y se volvió museo en 1930.

Posee ocho columnas, algunas se sustrajeron del Templo de Diana, en Efeso, y otras del Templo del Sol, en Baalbek; tiene entre otras joyas un mosaico de finales del siglo IX en el que se encuentra Jesucristo con el emperador León VI de rodillas. También se encuentra el “agujero santo” o “de la Virgen” ubicado en una piedra, permite que el visitante pida un deseo e introduzca el dedo para cumplirlo, así también sorprende la aportación otomana en toda la iglesia, como los enormes escudos blasonados con versos del Corán en caligrafía dorada que penden en la base de la enorme cúpula situada a 56 metros de altura.

Frente a esta iglesia se puede encontrar la mezquita más famosa de todo Estambul: Sultan Ahmet

CLIMA
El termómetro

Difiere bastante del clima de otras zonas de Turquía.

Durante los meses de verano las temperaturas alcanzan los 30ºC, con escasez de lluvias. Por las noches suele refrescar bastante.

LA CAMA
Dónde dormir

El alojamiento en Estambul no se caracteriza por ser económico; se encuentran camas por noche desde mil hasta 12 mil pesos.

Berce, Sapphire y Amira Instambul, son algunas opciones.

I Cami o Mezquita Azul, abierta al público en general todos los días, salvo los horarios de oración. Se cuenta que esta mezquita se construyó para competir en belleza con Santa Sofía, esto entre los años de 1606 y 1616, este inmueble tiene 260 ventanas.

El Palacio Topkapi cuenta con un patio exterior y uno interior. En el primero se encontraba el llamado Patio de los Jenízaros, así como la iglesia de Santa Irene, utilizada luego como arsenal, y la Casa de la Moneda Imperial, así como la fuente del Verdugo o las Decapitaciones.

El recorrido interior comienza en la Puerta de los Saludos, de ahí se abren los caminos: el que lleva al Harén y el que lleva a las cocinas, por esos senderos se llega a la sala de despensa que llegó a tener una elaboradísima selección de anti venenos. Así también se pueden ver el Salón Bajo la Cúpula, que es donde se reunían los miembros del consejo imperial, así como el salón del Tesoro, que contiene una colección impresionante de las joyas otomanas, como la Daga Topkapi, que era un regalo para el sha de Persia; o el Diamante del Cucharero, una piedra de 84 kilates.

El Palacio Topkpaki era mucho más grande de lo que ahora se resguarda, en la confluencia del Mármara, del Bósforo y del Cuerno de Oro es inigualable en situación y estrategia naval. Era también, luego de que gobernara Solimán El Magnífico, el lugar de reunión del poder político y económico en conjunción con la vida secular, cosa insólita, dada la condición nómada natural de los otomanos. Por lo que a esa unión también se le atribuye la caída del imperio.

Una ráfaga de mundo

En Estambul no hay que perderse el Gran Bazar, la mezquita de Solimán o Süleymaniye Cami, los barrios griego y judío, las murallas de Teodosio y los cementerios.

Cruzando el Cuerno de Oro se llega a Beyoglu y Taksim, “la ciudad nueva”. Indispensable organizar una visita a la estación de tren para reconstruir la historia del Orient Express construido en 1889; hay que tomar un té negro o de manzana en el ferry que atraviesa el Bósforo rumbo a la parte asiática. Si se tiene tiempo y dinero, hasta un crucero se puede conseguir para una travesía llena de palacios e historias de sultanes.

Esta ciudad no se parece a ninguna otra, en la costa asiática se encuentra Uskudar un antiguo barrio residencial, la torre de Leandro se aprecia 150 metros mar adentro desde Salacak. Fue torre de vigilancia griega, luego faro y ahora atracción turística. Un poco más al este se ubica el Museo Florence Nightingale, dedicado a la famosa enfermera.

El Gran Bazar

Abierto de lunes a sábado, de 9:00 a 19:00 horas, El Gran Bazar cuenta con más de tres mil tiendas o establecimientos. Hay comercios de todo tipo, se pueden encontrar brazaletes, pendientes, alfombras, ropa, anillos, oro, cestos, artesanía.

Detrás del Gran Bazar se ubica un mercadillo de libros, en el que se podían encontrar verdaderas rarezas, como ediciones doradas de El Corán, así como de literatura balcánica, libros de Shakespeare y Víctor Hugo. Hay que buscar mucho el día de hoy. Algunas guías turísticas incluso mencionan a un famoso Aslam Kaynardag, quien de libros turcos sabe todo.

La zona cosmpolita

Comerciantes judíos se anidaron del otro lado de El Cuerno de Oro, en la zona conocida como Pera, que significa “al otro lado”, la que se convirtió después en zona de comercio internacional. Ahí los genoveses construyeron la Torre Gálata. Entonces Beyoglu, el barrio digamos, se tornó tremendamente europeo y nació así la Grande Rue de Pera que hoy se llama Istiklal Caddesi.

En la zona se ubica el Pera Palace Hotel, donde se dice Aghata Crhistie escribía sus novelas, así como restaurantes, bancos, bares y cines. Vale la pena darse una vuelta por esta calle, ya sea en las horas de la mañana con el Sol de frente acompañando la travesía, o por la noche, ya que la zona es digna de disfrutar en varios idiomas orientales y occidentales.

Taksim, por su parte, es una moderna plaza con monumento a la independencia y estación de metro, en los alrededores se encuentra una sala de conciertos donde se llevan a cabo eventos como el Festival de Jazz, además posee salones de congresos y teatros. En el verano las bandas musicales de jenízaros tocan en el Museo Militar.

Si algo podría describir la travesía estambulí es la fascinación. Una ciudad que sin ser la capital de Turquia es el motor de su país.

De Estambul para el mundo: El Bósforo, como frontera oficial entre Europa y Asía; el Expresso de Oriente, inaugurado en tiempos de grandes cambios internacionales; la danza de los derviches; la gran escalera de cristal del palacio de Dolmabahce; los roscones para desayunar; los kebaps jugosos y la música, así como el portentoso Museo Arqueológico que alberga las mejores colecciones de arte clásico y preclásico en el mundo.

MONEDA
Tipo de cambio

La moneda es la Lira Turca. En Turquía circulan billetes de cinco, 10, 20, 50, 100 y 200 Liras Turcas. Así como las monedas de una Lira y de 50, 25, 10, cinco y una Kurus. Una Lira Turca equivale a 7.52 pesos.

TOMA NOTA
Cómo llegar

Vuela con Alitalia desde Guadalajara hasta Estambul, los precios en vuelos redondos van desde los 25 mil 500 pesos (el costo varía según la temporada).

Visita el sitio www.vuelosbaratos.com.mx o consulta a tu agente de viajes para encontrar la opción más adecuada.