Sábado, 08 de Febrero 2025
Suplementos | Por: Julieta Flowers

Emergencias 33

Y todo por un gato

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (05/JUN/2010).- Asumiendo mis responsabilidades con la vida, me apresté a comprar un seguro de gastos médicos. Que porque a estas alturas del partido, se te puede romper todo más fácil. Así me dijo Teresita, la vendedora de seguros ¨apúrate mija, porque cumplidos los 35 sube la cuota¨. Lejos están los días donde uno saltaba bardas como resortera, se brincaba las comidas, no dormía por andar de parranda y nada nos ocurría. Y ahora corro el riesgo de quebrarme sólo por subirme a lo que me hace sentir un poquito más digna, mis hermosos tacones. Cual Carrie Bradshaw de Sex and The City (que por cierto ayer se estrenóla película número dos, no se la pierdan).

Bien pues venía yo muy deprimida, porque aunque no tengo 35, el sólo hecho de que me cobren carísimo al respecto de mi estado de salud, me hace no solamente sentirme vieja (no lo soy, estaré preparada para serlo, lo juro), si no maltratada por la sociedad. Así pues, me topé en la calle con mi amigo Carlitos para platicarle yo de mis desgracias, el Carlitos es muy buena gente… uy un muchachito muy talentoso, muy amigo de mi ex, un ex que yo amaba y que me dejó por otra menos intelectual, más joven y amante de los gatos y como yo odio el olor a gato, pues, me mandaron a volar.

Pues me decía Carlitos que mi  querido ex le había reclamado acerca de su amistad conmigo. ¡Santas carámbolas!, ¿cómo? pensé. Si el muchacho me dejó por una mujer que ya lo dejó a él y él no se tomó la molestia de llamarme ni para disculparse, ni mucho menos para volver, pero, eso sí, al enterarse de que su amigo y yo -que en su cabeza es… un posible romance entre su amigo y su ex, (hombres tenían que ser), le ha llamado al amigo para pintarle su raya. En ese momento el rosa terciopelo de mi rostro (debido a mis carísimas cremas de aguacate) se volvió morado encrispado y quiero decirles que no, no me quise morir, sino que lo quiero matar.

Más aún, cuando el amigo de mi ex, me cuenta que a ningún hombre le gusta apagar todas sus velitas. No, no, no, no puede ser, si yo ni pastel como por la dieta y ahora me ponen de velita de sus festines machistas y ególatras. Todo esto pensé. Rememoré una ruptura por un gato, ¡porque no me gustó un gato! y a la que sí le gustó era una adolescente precoz que lo abandonó para tener tiempo de ver la siguiente temporada de Lost.
Ah, pero eso sí que no, porque yo vengo cargando mis treintas y ajá, y el futuro potencial de unos 35 donde nadie me querrá (asegurar) por el mismo precio, y mi ex en su orgullo de hombre, no sólo no se acerca, noooooooooooo… si no que además le prohíbe a candidatos en potencia de mi corazón, que se me acerquen. Sí, claro… que yo me haga vieja, que envejezca sola sin amar a los gatos y sin posibilidades de reivindicación.

Pues de puro coraje, salí con el amigo de mi ex, así nomás por desquite y reposicionamiento de mi autoestima mujeril. El gusto me duró dos noches, a la tercera, el muchacho simpático y todo, se cuido de no tener gatos, eso sí, pero no se cuidó del olor que dejan los gatos del amigo que vivía en su casa. La sala, la cocina, el comedor, todo, olía a gato. Me quise morir de coraje y de pelos. Decidí hacer un cambio radical. Ahora salgo con un bombero pelirojo.

Tapatío

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones