El palacio de correos, una postal con clase

GUADALAJARA, JALISCO (28/DIC/2014).-El Centro de la ciudad de la Ciudad de México es rico en historia y arquitectura, con monumentales edificios, algunos de los cuales nos ofrecen un viaje en el tiempo. Una de las joyas que engalanan el centro de la capital del país es el Palacio de Correos, también conocida como la Quinta Casa de Correos.

Ubicado en la esquina de Tacuba y Eje Central Lázaro Cárdenas, este inmueble es un imperdible cuando te aventuras por la capital del país como turista. Dos líneas del metro tienen estaciones muy cercanas (2 y 8).

La construcción del inmueble empezó a comienzos del Siglo XX, cuando el país aún vivía bajo el Porfiriato. La obra buscaba ser el símbolo del progreso mexicano que había vivido en las décadas finales del siglo XIX, con un presidente que ostentaba el avance de la nación.

Como su nombre lo indica, el uso inicial que tendría este palacio sería ser la sede de la Dirección General de Correos. La encomienda de edificarlo se dio en 1900, con la necesidad de un espacio mayor por las grandes cantidades de correspondencia que entonces circulaban por México. Pasaron dos años en los planes previos del proyecto, cuya construcción arrancó en 1902.

La obra tardó cinco años, siendo inaugurada el 17 de febrero de 1907 por Porfirio Díaz, al mandar dos tarjetas postales con la imagen del palacio. El diseño de su arquitectura fue obra del italiano Adamo Boari, arquitecto que también participó en la construcción del Palacio de Bellas Artes, aunque esa obra no la vio concluida, debido a la Revolución.

Por su parte, las labores de construcción fueron obra de Gonzalo Garita, ingeniero mexicano. En su momento, Garita utilizó el novedoso método “Chicago”, que consta de la colocación de una losa de concreto con una estructura de viguetas de acero.

Detalles exquisitos

La Quinta Casa de Correos se construyó justo en el lugar que ocupaba el antiguo Hospital de Terceros de San Francisco, un nosocomio hecho por los franciscanos alrededor del año 1761, todavía en la Nueva España. Luego de sobrevivir el Siglo XIX y las constantes renovaciones en la arquitectura capitalina, el hospital terminó siendo demolido en 1900.

La fachada y el exterior de la mole fueron confeccionados con cantera de Chiluca. En la fachada se aprecia una mezcla de los estilos plateresco isabelino y el gótico veneciano. En el nivel más alto ostenta un monumental reloj de manufactura alemana, con un peso de 700 kilos. En la época en que se inauguró, la calma de la Ciudad de México permitía que su carillón de campanas se escuchara hasta ¡cuatro kilómetros a la redonda!

Al interior del palacio sobresale la escalinata, hecha con mármoles mexicanos. Igualmente, el arte está presente con los frescos del artista Bartolomé Gallotti, quien retrató al temple alusiones al correo. También se hallan detalles en los pórticos, además de las gárgolas que revisten el inmueble.

Combinando con el mármol y los detalles artísticos, el diseño de los interiores incluyó herrería en bronce. Los ánimos europeizantes del Porfiriato explican que estos bronces hayan sido confeccionados en Florencia (Italia). La misma compañía fabricó las gárgolas y los detalles de los pórticos.

El Palacio de Correos posee cuatro niveles. En el tercer piso hay una serie de escudos en los remates de la arquería.

Se trata de los emblemas de los países que conformaban la Unión Postal Universal, en la época en que el Palacio de Correos fue inaugurado (la Unión Postal Universal ahora es parte de las Naciones Unidas). El último piso del palacio es utilizado por la Secretaría de Marina. En este lugar se alberga el Museo de Historia y Cultura Naval.

Cambios y restauraciones

En 1987 fue declarado monumento histórico. Debido a esto se tuvieron argumentos para implementar acciones de restauración en el palacio, además de la recuperación de áreas que habían sido ocupadas por las construcciones contiguas. La etapa de restauración comenzó en 1996, para concluir en 2002. Todas las restauraciones tomaron en cuenta los planos originales de Boari.

Estas labores de reacondicionamiento para luciera como se pensó en los inicios del siglo XX tomaron en cuenta las modificaciones y diversos usos que tuvo el palacio con el paso de los años. Por ejemplo, en los años cincuenta el Banco de México tuvo sus oficinas en los niveles tres y cuatro. El uso que le dieron modificó diversos detalles de la arquitectura original.

La dirección de Correos también modificó las herrerías de bronce, que en cierto momento fueron cubiertas con pintura negra. El rescate de su estado original sumó al viejo sistema de elevadores, que habían sido sustituidos, una de las partes más complicadas del proceso de rehabilitación. Otro punto que estuvo descuidado durante años fue el reloj de la fachada.

El nombre de Quinta Casa de Correos no utiliza la palabra quinta como la acepción de “casa de recreo en el campo”; literalmente es la quinta casa que tuvieron las oficinas centrales de los correos mexicanos.

El viaje

Por aire

Todos los días parten vuelos de la ciudad de Guadalajara al Distrito Federal, con un trayecto de alrededor de 1 hora. Si decides viajar por carretera, toma en cuenta que por estas fechas hay lluvia y neblina en el Centro del país, lo que hace del viaje un poco más complicado.

Saber más

La zona

El pasado artístico y arquitectónico del centro de la Ciudad de México cuenta con este palacio como un inquilino más dentro de una variada oferta de atractivos.

A tan sólo unos pasos del Palacio Postal, como también se le llama, se encuentra el ya mencionado Palacio de Bellas Artes, que colinda con La Alameda. Justo al otro extremo de La Alameda está el Museo Mural Diego Rivera. A unas tres cuadras de distancia está el Museo Nacional de la Estampa, en un edificio decimonónico.