Suplementos | Lagos siempre presume de una tranquilidad que parece eterna El celestial Lagos de Moreno ¿Estás listo para vivir una experiencia única en una de las ciudades más dinámicas del Estado de Jalisco? Por: EL INFORMADOR 7 de febrero de 2016 - 00:16 hs Templo del calvario. Hermoso a la vista y dueño también de una privilegiada posición en la urbe alteña. EL INFORMADOR / F. González GUADALAJARA, JALISCO (07/FEB/2016).- Cada viaje es diferente, incluso cuando el destino es el mismo. La primera vez que recorrí Lagos de Moreno lo hice de forma pausada, tratando de grabar en mi mente sus enormes construcciones de cantera, la avalancha de sabores que me ofrecía y el calor de su gente. Ahora fue distinto. Ahora me dedique a ver esos pequeños detalles que la primera vez no pude apreciar. Ahora exploré la esencia de la ciudad y sus secretos. Trazada de forma exquisita y construida con el esfuerzo de una generación tras otra de alteños, Lagos conserva en cada rincón un pequeño eco de su pasado. Sus puentes, templos y parroquias son mudos testigos de la maestría arquitectónica que siempre han gozado sus habitantes. Sus nuevos comercios, calles remozadas y oferta gastronómica vanguardista son la declaración de una urbe que busca la constante evolución. La primera vez que la visité fue durante un verano caluroso, con un verdor que llenaba la pupila y con el rumor de las aguas del río Lagos en plena crecida. Para combatir el sofocante calor de la temporada la ciudad dormitaba por las tardes, en jornadas que solían culminar con una refrescante llovizna. Ahora fue distinto. Llegué a la ciudad en pleno invierno. Con la vegetación envuelta en un manto dorado y el río Lagos convertido en un discreto hilo de agua, a la espera de la temporada de lluvias. Con la presencia de peregrinos que van de paso a San Juan de los Lagos y los ecos dejados por las fiestas decembrinas. Lo que no cambió entre el antes y el ahora fue su gente. La gente cálida. La gente amable. Pequeños placeres El ser humano es un animal de costumbres. Se aferra a sus palabras, a sus ideas y a los lugares que conoce. Aunque procuro las experiencias nuevas en cada viaje, no resistí la tentación de hospedarme nuevamente en el Hotel Colonial (Calle Hidalgo, #279). Es uno de los edificios más antiguos y mejor conservados de la ciudad. Construido en el Siglo XVIII, perteneció al conde Rul, miembro de la nobleza Novohispana. El eco de esta sangre azul quedó marcada en la decoración de la casa, con hermosos azulejos y un fastuoso trabajo de herrería. Al estar en en corazón de la ciudad, ofrece una vista y ubicación envidiable por un precio justo. Me habían comentado que en durante la temporada invernal el frío en los Altos de Jalisco “cala más en los huesos”. Es válido advertir a quienes visiten esta ciudad durante estos días que no lleguen con shorts, camisa de manga corta o crocs; pero tampoco es un frío polar. De hecho, el clima de la región, que oscila entre frío y templado casi todo el año, es un pretexto perfecto para caminar por la ciudad. Con la doble intención de disfrutar de su arquitectura y hacer algo de ejercicio, enfilé mis pasos del Centro con dirección al Templo del Calvario, cuya posición (en el cerro de La Calavera), le ofrecen un aire majestuoso a la distancia. La Calavera se conquista. La caminata para llegar a él desde el corazón de la ciudad es una larga cuesta arriba. El trazado recto de las calles de la ciudad permite que no se tengan que hacer rodeos para llegar, y el premio es una vista espectacular. Tanto de Lagos de Moreno como del Templo del Calvario. Sabor AlteñoLa frase de que tal o cual cosa nos ofrece la “vista de una postal” es un cliché. Pero en el caso del Templo del Calvario va más allá. Si te da la impresión que el frontispicio ya lo habías visto en algún otro lugar, puede que no estés equivocado, pues es un copia (a escala) del que se encuentra ni más ni menos que en la Basílica de San Pedro, en Roma. Estar a los pies del Templo es perfecto para los amantes de la fotografía. La vista que ofrece de Lagos es fabulosa, al igual que la belleza arquitectónica del recinto. El trabajo de sus columnas, puertas, bóvedas y bases es para perder el aliento una y mil veces. Además hay un “extra”. Es el hogar de las Clarisas Capuchinas, que venden un rompope cuya definición se escapa a las palabras convencionales. Tienes qué probarlo, es todo lo que puedo decir. ¡Ah! Y también venden galletas (de 08:00 a 19:00 horas). Al ir cayendo la tarde, el hambre comienza a aparecer. Lagos y los Altos en general tienen fama en la preparación de exquisitas carnitas. Uno de los más tradicionales es La Viña (Calle Hidalgo #460), céntrico restaurante donde los cortes dominan la carta. Y con justa razón. Amplio en su interior, vas a ser recibido con una sonrisa por su personal. El mobiliario cuenta con equipales, acabados en madera y una enorme barra para que veas cómo preparan las bebidas (la cocina está atrás). Tienen un área privada para reuniones y fiestas, aunque yo opté por permanecer en la zona más familiar, con enormes pantallas de televisión. Los fines de semana hay música en vivo. ¿La comida? La comida es una delicia. Porciones siempre generosas cuando se trata de cortes y filetes, ya sea de cerdo, res o pollo. Hay menú infantil y todos los días una promoción distintas en las bebidas. Aceptan pago en efectivo y con tarjeta. Como un sueñoRemato el día yendo al punto de reunión por excelencia de todos los laguenses: La Plaza Principal. Ya es noche cuando llego, y la plaza, las bancas, la banquetas, las escaleras y calles lucen colmadas de paseantes. No se entiende el final de una jornada ni de una semana sin un paseo por el Centro. La charlas charlas animadas flotan en el ambiente. El bullicio juvenil. Las miradas nerviosas de galanes en ciernes y damas tímidas. El paso veloz de los niños que juegan y la calma de los padres de familia que marcan el paso. Todos los domingos por la noche hay un espectáculo en el Kiosko de la plaza. De música tradicional hasta balada. A un costado de la plaza hay clases de baile y los alrededores están repletos de cafeterías y restaurantes. Ya han pasado algunos días desde mi visita, y si me lo preguntan, volvería todas las veces que fuera posible a Lagos. Cierro los ojos y todavía puedo escuchar las campanadas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Una, dos, tres. Acompasadas de forma perfecta, siempre a cada hora. EL DATOEl viajeLa distancia que separa a Guadalajara de Lagos de Moreno es de 188 kilómetros. Si vas en auto, son aproximadamente dos horas de viaje. ¡Revisa la condición de tu vehículo! PARA COMERLos sabores Terres Calli: Comida mexicana. D: Calle Don Manuel de La Vega 267. T: 01 474 742 0556. La Rinconada: Cortes y un toque italiano. D: Constituyentes 425. T: (474) 74 2 34 04 Bre Café: Chocolate caliente y repostería. D: Juárez 414. T: 0147440323. Temas Pasaporte Lee También Un viaje por el tiempo en Cuitzeo, Michoacán Abrazo otoñal en la Riviera Nayarit Pasaporte: la vocación de contar el mundo Cuatro imperdibles para tu primera visita a Madrid Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones