GUADALAJARA, JALISCO (23/OCT/2016).- La 65ª edición del premio Planeta, número redondo, demandaba un nombre de relumbrón, pero que, a su vez, cumpliera los requisitos de la gran difusión y eso ahora lo garantiza la novela negra, el género de moda. Y además, como ya suele ser norma del galardón en sus últimas ediciones, a poder ser de alguien que ya sea de la casa. Y todo eso converge de manera espectacular en la escritora Dolores Redondo, uno de los últimos grandes fenómenos de la edición española con su “Trilogía de Baztán” (más de 400 mil ejemplares, editada en Destino, sello del grupo; ruta turística creada; película en ciernes...).En “Todo esto te daré”, la novela con la que ha ganado en Barcelona y se embolsó los 601 mil euros de dotación, Redondo no prosigue las aventuras de la policía foral protagonista de la trilogía, pero sí mantiene el tono de novela negra en la que un escritor famoso descubre, tras un accidente, la doble vida de su compañero.“Tenía que tomarme un respiro y contar otra historia que llevaba mucho tiempo dentro de mí, seis años, una novela sobre la servidumbre al mal; el título es una proposición de codicia, palabras del demonio en el Evangelio”, aseguró Redondo (San Sebastián, 1969) que finalizó hace poco más de un año “Ofrenda a la tormenta”, con la que cerró un ciclo iniciado en 2013.En realidad, en su nueva novela sólo ha dejado de la trilogía un cierto regusto por los fantasmales secretos familiares y una ambientación rural: aquí se trata de un pueblo de Galicia. A aquella localidad llega un escritor tras las huellas de su compañero que ha sufrido un grave accidente. El percance desvela una supuesta doble vida del finado que intentará averiguar el escritor, apoyado en un guardia civil retirado y un cura amigo.La obra siembra las sospechas en todo el mundo, muy al estilo de las obras de Agatha Christie, una de las referencias literarias de Redondo junto a P.D. James y Ruth Rendell. Son solo algunos de los referentes de una escritora que fue lectora voraz ya desde niña y ayer especialmente emocionada: admitió haber participado ya hace años en un premio con el que soñó de pequeña.Ilusión por el PlanetaPorque para Redondo el premio es también parte de su infancia: “Lo miraba por la tele y me decía que yo querría estar ahí; el Planeta para mí es la imagen de Terenci Moix recogiéndolo, o la de Vázquez Montalbán o Vallejo-Nágera… Casi siempre señores, sí…”. Era una niña marcada por la tragedia familiar de, ella con cuatro años, haber visto morir a una hermana. “Leía y escribía para huir del luto: leyendo no molestaba, no hacía ruido y me escapaba de la tristeza de casa”. De ahí que utilizara el nombre de uno de sus héroes infantiles, el Jim Hawkins de “La isla del tesoro” (”yo también me veía embarcando mar allá para escapar”), para presentar la novela negra.Amén de ese manantial subterráneo, por la novela corren también las turbias aguas de la codicia humana, la búsqueda de una verdad y la lucha contra una injusticia, todo enmarcado en la familia del finado, nobleza de rancio abolengo de la Galicia profunda. “Toda codicia material conlleva una de moral, vital, que vemos mucho hoy con ese deseo sinsentido de acumular experiencias que en verdad no nos aportan nada; una codicia del fingimiento, también, que en el caso del muerto va acompañada de la carga inexorable por pertenecer a esa familia”. Una familia que es leitmotiv en toda la obra de Redondo y que explicaría su pasión por “El padrino” de Mario Puzo: “Michael representa ese iluso afán de vivir aparte de lo que son, de espaldas a ellos, de pretender que estás fuera, pero será el más capacitado para todo lo contrario”. Y también la remite a dos de sus autores fetiche: Sábato y Benet. “Me gusta la oscuridad que destilan sus obras; en ‘Todo esto te daré’ hay similitudes con el significado oculto de ‘Volverás a Región: la condena implícita de volver a donde no quieres regresar; solemos hacerlo en la vida”.El premio no hace más que reforzar una trayectoria ascendente de Redondo, que tras escribir algunos cuentos infantiles y relatos breves, arrancó hace siete años con la novela “Los privilegios del ángel” (2009) y que se disparó con “El guardián invisible” (2013), primera entrega de una trilogía protagonizada por la de fuerte carácter comisaria de la policía foral de Navarra Amaia Salazar y traducida ya a 15 idiomas. Y cuyo eco parece no tener fin: para 2017 está previsto tanto el tercer y último volumen de la novela gráfica como el estreno de la adaptación cinematográfica de la primera parte, dirigida por Fernando González Molina y producida por Atresmedia, la audiovisual de Planeta.Con información de El País.