Suplementos | Industria. Ford Dulces frutos del desierto Fusion y MKZ son resultado de la más reciente inversión de Ford en Hermosillo Por: EL INFORMADOR 22 de junio de 2013 - 04:58 hs HECHOS EN MÉXICO. El Lincoln MKZ (izquierda) y Ford Fusion, dos productos que reflejan la buena mano de obra mexicana. / GUADALAJARA, JALISCO (22/JUN/2013).- En pleno desierto de Sonora, ningún local se asusta con temperaturas por arriba de los 40 grados centígrados, que eventualmente rebasan los 50. Pero todos están conscientes de la dificultad de conseguir inversiones para el desértico lugar. Tal vez por eso le echen más ganas, para que los frutos de su trabajo sean vistos y reconocidos en todos lados. Luego de visitarlos vimos cómo. Después de conducir a ambos autos, refrescamos la memoria del por qué son tan queridos esos hijos del sol ardiente. Los trabajos para la construcción de la fábrica de autos Ford en Hermosillo comenzaron en 1984, dos años antes de arrancar la fabricación del Mercury Tracer, que nunca se vendió en México. Desde entonces sus líneas de producción han sido ampliadas y modernizadas muchas veces. Varios modelos fueron construidos en el terreno de 112 hectáreas, con 19 de área construida que, claro, cuentan con aire acondicionado. Entre los modelos que salieron de esa planta encontramos el Escort y el Focus ZX3. Hoy, la línea de producción que usa varios procesos de inspiración japonesa, arroja 63 autos por día, entre el Ford Fusion y el Lincoln MKZ. Juntos, mas no revueltos A diferencia del pasado, los dos coches ahora son realmente distintos. Y no sólo en la carrocería, cuyo único elemento común es el piso, también en el manejo se sienten diferentes, como lo pudimos comprobar conduciendo desde Hermosillo hasta el llamado “paraíso sonorense”, la playa de San Carlos. En la ida, los cerca de 130 kilómetros de trayecto lo hicimos al mando de un Fusion Titanium, con motor 2.0 litros turbo de 240 HP, llamado EcoBoost. Pudimos sentir su gran empuje, terminados de buen nivel, espacio interior adecuado y excelente cantidad de equipo. Pero en la carretera de piso irregular, pese a no tener muchas curvas, nos mostró que el conductor necesita trabajar para contener el volante ante las imposiciones del pavimento, que literalmente intentaba aventar el auto de un lado hacia el otro. Al regreso, con un Lincoln MKZ con motor V6 de 3.7 litros y 300 HP, también turbo EcoBoost, la historia fue otra. No sólo el motor empuja más fuerte y suena mejor, sino que el conductor puede preocuparse más con entrar y salir bien en las curvas o hacer los rebases –una delicia en este auto- con prontitud, ya que el aplomo cambia completamente. La mayor parte de estas sensaciones se deben a los controles electrónicos, que “leen” el piso y ajustan los comandos de la dirección y las ruedas de una forma impecable. Si nos quedaban dudas sobre la diferencia entre un Fusion de 468 mil pesos o un MKZ de 640 mil, ya nos quedó claro que son dos autos muy distintos, al menos cuando hablamos de esas versiones con motores desiguales. Esto nos mostró que Lincoln, para beneplácito de sus admiradores, está de nuevo en la dirección correcta. Sergio Oliveira / Hermosillo Temas Autos Ford Motor Lee También Pasos para tramitar permiso de instalar vidrios polarizados en tu coche Disminuye producción de autos en México Ésta es la multa por polarizar los vidrios de tu auto ¿Cuáles son errores comunes al inflar las llantas del auto? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones