Suplementos | Por: Juan Palomar Diario de un espectador jpalomar@informador.com.mx Por: EL INFORMADOR 26 de junio de 2010 - 03:13 hs GUADALAJARA, JALISCO (26/JUN/2010).- Tormenta del día de San Juan. Bíblica, dilatada, gozosa. La calle era un río de júbilo que dejaba velozmente atrás los islotes inútiles de coches descompuestos con las luces intermitentes destellando sus tenues SOS. Se fue la luz y hubo un rato de gracia en que solamente el torrente generoso, este arroyo antiguo y presente, era dueño del tajo oscurecido y centelleante cuya posesión tranquilamente reivindicaba. Día llegará, no hay duda, en que las trabajosas parcelas de la ciudad habrán de ser disueltas, las calles serán cubiertas por la hierba, las casas y los edificios borrados de sus cimientos, y sus cimientos desbaratados y confundidos por siempre con la tierra paciente. Y este río bendito, cada que así le plazca, seguirá pasando exactamente por aquí. Rumbo al mar. ** Revisitaciones: the innocence misión. Un trío canadiense que algo tiene que ver con el estilo y el espíritu de Joni Mitchell. Un disco de 1999, traspapelado, que misteriosamente aparece en un obvio lugar. Vuelve a dar vueltas. Algo se sabe sobre la formación católica de los miembros de la banda. Algo se colige de muy distante y próximo en la voz delgada de Karen Peris. Apropiadamente para la temporada, la primera canción pregunta que a dónde va el tiempo. Y dice: “¿dónde están los edificios, mis viejas heridas?” La palabra “dónde” sobrenada a cada rato y confirma la atmósfera general que música y voz comunican de inmersión en lo perdido, de ascensión a regiones que no se saben. ** De la conferencia del Padre General de los jesuitas en el Joseluisa, hace unas semanas, queda un fragmento particularmente esclarecedor. Dijo, el Padre Adolfo Nicolás: “Hoy en día el profetismo es no sólo denunciar, que es una de las funciones del profeta: develar lo que está oculto. Hoy día el profetismo va más en la línea de ofrecer alternativas, no tanto denunciar, las denuncias están hechas ya por todos, pero ¿qué alternativas tenemos?, ¿qué es realista esperar?” Incómodas y alentadoras palabras en tiempos en que una buena porción de la biempensantía se ha instalado desde hace mucho en la fácil quejumbre, tan aparentemente redituable. Entonces, ¿qué es realista esperar? ** León Plascencia Ñol presentó esta semana su nuevo libro de poemas en la Joseluisa. Se llama Satori. Construcciones ceñidas, deliberadas, levantadas con una mano segura y serenamente afanosa. Hay una cierta elegancia que destila de la contención, de la justeza con la que el poeta transcribe sus visiones. Una voz a seguir, en el panorama de la poesía mexicana de nuestros días. Tres poemas largos, escritos con una cierta distancia entre ellos, con distintas respiraciones y búsquedas. La edición, de Conaculta, es bonita. Dice León, en el poema que da título al libro: Miré tres pájaros que ya son simple manchón. Alas negras o un mundo que antes estuvo como esa casa que sobresale en el paisaje y nada es nadie. Aéreo murmullo en esa casa, la ventana abierta, los postigos -una puerta para la luz. También la lluvia vertical se deshacía en mis manos. ** Fred Vargas es una de las escritoras más sutiles y ocurrentes con las que este espectador se haya topado en años. Utiliza el género policial para escribir lo que le da la gana, con un desenfado y una levedad, con un dominio del lenguaje que ya quisieran muchos de los autores “serios”. Sus personajes y situaciones encierran una poderosa poesía, un encanto irresistible. Ya volveremos. ** Confluencias. Hay una poeta española de nombre inolvidable. Líneas de ella acompañan a esta estación. En la presentación del libro de León Plascencia, su mención vino a cuento, como un encuentro feliz e inesperado. Se llama Olvido García Valdés. De ella: “Tras el cristal” Tras el cristal, se desconoce el cuerpo, como un hijo que crece, como si jugara y de pronto fuera desconocido. Coloca entonces tu mano en el estómago, la palma abierta, y respira profundo. Al fin somos culpables de quien muere, y también de vivir. Barrios se hacen poblados peligrosos por la noche, hay humaredas, rostros cetrinos junto a fuegos. “Otro país, otro paisaje...” Otro país, otro paisaje, otra ciudad. Un lugar desconocido y un cuerpo desconocido, tu propio cuerpo, extraño camino que conduce directamente al miedo. El cuerpo como otro, y otro paisaje, otra ciudad; atardecer ante las piedras más dulcemente hermosas que has visto, piedras de miel como luz. “De La caída del Ícaro” Los atardeceres se suceden, hace frío y las casas de adobe en las afueras se reflejan sobre charcos quietos. Tierra removida. Los atardeceres se suceden, Cézanne elevó la «nature morte» a una altura en que las cosas exteriormente muertas cobran vida, dice Kandinsky. Vida es emoción. Pero quedará de vosotros lo que ha quedado de los hombres que vivieron antes, previene Lucrecio. Es poco: polvo, alguna imagen tópica y restos de edificios. El alma muere con el cuerpo. El alma es el cuerpo. O tres fotografías quedan, si alguien muere. Temas Tapatío Diario de un espectador Lee También Samuel Kishi y su cine que cruza fronteras y generaciones Un museo vivo: Experiencias y arte en el Cabañas La gran estafa que nos hizo “americanos” El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones