Suplementos | Por: Pedro Fernández Somellera De viajes y aventuras En la tierra del Rey Nayar Por: EL INFORMADOR 24 de abril de 2011 - 01:56 hs Si hay santos, como dicen que los hay, Fray Pascual del Nayar sin duda es uno de ellos. Aquí lo vemos con sus montañas.P.FERNÁNDEZ / GUADALAJARA, JALISCO (24/ABR/2011).- El martes pasado la emprendimos hacia la Sierra Madre, tratando de adentrarnos lo más posible en el reino de los Coras. Retacamos la camioneta de cuanta cosa podría serles útil a aquellas “gentes”; y que además pudiera servirnos de pasaporte en alguna situación inesperada (ropa, dulces, latas de atún, bolsas de arroz, cereales, leche enlatada, machetes, palas, sogas y hasta los tambores de una batería que Diego, mi hijo tenía casi olvidada). En un retén nos detuvieron para preguntarnos el por qué de aquel extraño cargamento. Creo que la cara de tontos que teníamos con todo el tilichero, sirvió para dejarnos pasar frente a la mirada incrédula de los “rambos” que supervisaban las maniobras. Pasamos por Tepic y seguimos hasta Estación Ruiz cruzando el Río Santiago. Al llegar al Venado, el incipiente pavimento se alterna con el polvo-talco del estío, llegando a ocultar en ocasiones el camino y las piedras que hay debajo. Desde San Pedro Ixcatán, se tiene una bonita vista del río San Pedro, que desemboca en la Laguna de Mezcaltitán, en donde se encuentra la isla que supuestamente fue la famosa Aztlán de los Aztecas. Más tarde, entre desfiladeros y hermosas vistas aparecen los -decididamente femeninos- peñones cuates del Tescalame, que anuncian la proximidad de Santa Cruz de Guaybel. La ruta sigue ascendiendo hasta La Cumbre (dos mil metros) desde donde, las montañas de la sierra y las profundas barrancas, con pinceladas de la bruma del río, y los naranjas del atardecer, prometo que hasta al más despistado le arrancan un suspiro. De ahí ya casi se alcanza a ver la Mesa del Nayar; Sede que fue del Rey Nayar; de quien “el costumbre” dice que nació en 1480; que fue coronado en el 1500; y que murió en 1624. O sea... de 144 años. Su cráneo, a la fecha se conserva con gran celo ¡atrás del altar de la iglesia! Antes lo tenían en Tacamota, una cueva en los cerros del poniente, pero al ver que peligraba, tanto por la humedad del lugar como por los arqueólogos inquietos, consideraron que en la iglesia estaría mejor. Ahí los “tupiles”, sus guardias permanentes, tienen a buen resguardo el cráneo sagrado de Nayari, hijo del Sol y Rey de Icuripa. Quien una vez unió a Huicholes, Coras, Tepehuanes, Mexicaneros y Tarahumaras en el Reino de Icuripa. (“ícuri”-peyote, “pa”-país). Fray Pascual -monje franciscano- hace ya más de 40 años que se enamoró del lugar, de sus habitantes y de sus costumbres, y decidió dedicarse, con todas las penurias y trabajos inherentes, a hacer el bien a la comunidad. Después de pedir permiso -muchas veces negado- a los jefes de la comunidad, y habiendo recibido amenazas de muerte y un sin fin de injurias, convenciendo a la comunidad con su ayuda desinteresada, respeto al costumbre y su valentía patente, fijó ahí su asiento y se dedicó a trabajar. Sobre las ruinas de una incipiente capilla construida en el 1600, comenzó a construir su misión; y un par de años más tarde, la madre Boon, religiosa de las Damas del Sagrado Corazón en Monterrey, invadida de cáncer y con tan solo unos meses de vida, decidió trasladar su voluminosa humanidad a lomo de mula hasta el lugar para ayudar en la tarea. Habiendo invitado a su hermana, pico y pala en mano, en los “escasos meses planeados” que duraron más de cuatro años, agregaron una buena parte a la pequeña misión. Y se dice que las hermanas supieron -muchas veces hasta rifle en mano- defenderse de las agresiones emulando a Daniel Boon su bisabuelo. La misión ahora ya forma parte de un conjunto de aulas, bodegas, hortaliza, comedor y algunas pequeñas celdas. Dice Fray Pascual, que ahí en la misión nadie se queda con la panza vacía. Quien llegue, a lo que llegue y a la hora que llegue, primero se le llena la panza -siempre hay frijoles y tortillas- y después… se dedica con paciencia y benevolencia a oír sus cuitas y a tratar de arreglar sus penas… ¿Bonito no? En sorprendente sincretismo, la imagen etérea del Rey Nayar y la presencia viva de Fray Pascual están ahí en la montaña, para resolver las cuitas de toda la región. Temas Pasaporte De viajes y aventuras Lee También Zacatecas y La Antigua: Viaje a dos joyas históricas de México El arte de saborear Nayarit Agencias de viaje en Jalisco ofrecen descuentos para adultos mayores con Inapam Un viaje por el tiempo en Cuitzeo, Michoacán Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones