Suplementos | Por: Pedro Fernández Somellera De viajes y aventuras La cueva de prismas basálticos Por: EL INFORMADOR 9 de mayo de 2010 - 02:46 hs GUADALAJARA, JALISCO (09/MAY/2010).- Para quienes admiramos las piedras, y vemos belleza en cada roca con la que nos tropezamos en el camino… podemos decir que nos gustan todas. Ya estoy como aquel que, hablando de las muchachas decía que a el le gustaban todas: “las bonitas por bonitas y las feas por extrañitas”; desde que supe esto, he seguido su consejo en las unas y en las otras; y la verdad es que la belleza brota a borbotones por doquier. En este caso, alguien que sabe muy bien de mis gustos y aficiones, me habló de un lugar extraño donde las paredes no eran muy usuales; donde grandes monolitos individuales de forma exagonal se agrupaban en el borde de un acantilado que estaba así arribita del lecho de un cristalino arroyo, por allá entre las montañas de la Sierra Madre, no muy lejos de San Sebastián del Oeste; y que además se cortaban abruptamente haciendo el techo de una enorme cueva, presentando sus formaciones de seis lados como si de un panal de abejas se tratara. No, pos… como lo único que no puedo resistir son las tentaciones… ay voy a investigar más pronto que ahorita mismo. -Oiga, ¿Usté sabe donde está una mentada cueva que es así, de este y de este otro modo, por estos rumbos?- Le preguntábamos a la rancherada regional de más edad, que es la que sabe de estas cosas. -No pus, mire, yo no me doy cuenta desas cosas- era la respuesta invariable; hasta que por allá a las mil quinientas, le preguntamos la misma cosa a don Mercé, el viejazo que cuidaba La Galerita de San Sebastián. -Ay, pus tá re fácil- nos contestó. -Hay que agarrar pa’llá, pa’ rumbo de Los Reyes; no stá lejos, serán unos 15 kilómetros o a la mera un poquito más; pero lo que si es que el camino está medio fellón, porque la brecha es angosta y el voladero está rete cerquitas de ondiuno pasa, pero agarrándola con calma, ay se la llevan pian pianito, y en una hora más o menos, al llegar al pobladito de Los Reyes pregunta por Pantaleón, y el lo lleva hasta la mera cueva- nos contestó con una sorna que casi adivinamos que entre letras nos decía “Ah que güeyes son estos turistas”. Aguantando el chaparrón de don Mercé, agarramos brecha rumbo a Los Reyes y, curva tras curva, entre el polvaredón le calculábamos que si cayéramos, caeríamos fácilmente unos 40 metros por lo menos sin decir ni pío. Una buena hora más tarde entrábamos al pueblito abandonado pero muy pintado. De una casa recién pintada de azul intenso con toques de celeste, entre geranios fosforescentes salió doña Socorro, que a sus más de 60 años, lucía fresca, guapa y rozagante. -Buscamos a Pantaleón para que nos lleve a la cueva- le dijimos. -Pos miri, que casualidá que ay viene entrando en su mula… ¡Pantaaa… aquí te buscan!- dio un grito sin tardanza. Panta, ni tardo ni perezoso se deshizo de la recua, y sin más ni más, emprendimos la caminata bajando y bajando a la barranca entre las consabidas pláticas de espantos, tesoros y aparecidos en la cueva y en las ruinas de la antigua fundición abandonada. Las enormes columnas de basalto rojo no tardaron en aparecer, altas y magníficas sobre los acantilados. Más tarde la techumbre de la cueva exhibía soberbia los exágonos de las extruciones volcánicas que por súbito enfriamiento la formaron en el fondo de los mares. Extraña maravilla de la naturaleza que no dejábamos de admirar. Formaciones similares las hemos encontrado en la Torre del Diablo en Wyoming -delicia de los escaladores avezados-; en la Calzada de los Gigantes en Irlanda, y en las Islas Hébridas en Escocia. Exágonos (seis lados como en los panales de abejas) provenientes de extrusiones volcánicas (por presión interna y enfriamiento de las lavas que, como si fueran churros expulsan los volcanes) aparecían enormes ante nuestros maravillados ojos. Uno más de los prodigios que nuestro México Mágico tiene ocultos entre sus montañas. Prodigio que celebramos con un caldito de pollo y unos tacos de frijoles que doña Soco nos preparó para los sustos del camino de regreso a San Sebastián. deviajesyaventuras@informador.com Temas Pasaporte De viajes y aventuras Lee También Agencias de viaje en Jalisco ofrecen descuentos para adultos mayores con Inapam Un viaje por el tiempo en Cuitzeo, Michoacán Abrazo otoñal en la Riviera Nayarit Pasaporte: la vocación de contar el mundo Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones