De criminal justiciero a héroe ejemplar

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAY/2014).- El hombre murciélago no siempre fue el gran protector de Ciudad Gótica. Antes de ser concebido como el guardián de la justica, Batman se mostró como un antihéroe que hacía cumplir la ley a mano propia mediante el miedo, el terror y la sangre.

Pese a tantas variaciones en su historia, Batman no pierde la condición humana y sus principios de respetar la vida, aunque muchas veces ha sido tentado a hacerlo. Sin embargo, el murciélago hizo de su cuerpo y tormento mental las armas perfectas para doblegar al crimen. No siempre de manera amigable.

Frank Miller fue uno de los guionistas que llevaron a Batman al límite y a explorar las capacidades de su musculatura y abstracta psicología. En sus argumentos y en las ilustraciones de David Mazzuchelli, el Caballero de la Noche encontró el lado oscuro, siniestro e inquietante, no sólo por la exageración física del personaje, sino que explotaron un carácter inquebrantable y frío. Batman Año Uno, es el más claro ejemplo.

Resentimiento, trauma y odio son algunos de los elementos que condicionan el actuar de Batman. Vengar la muerte de sus padres asesinados frente a él, siendo un niño, construye la personalidad sombría y solitaria del murciélago que lo ha acompañado en 75 años de historia.

En su primera aparición en 1939, Batman se manifestó como un ser combatiente y sin compasión. Golpizas mortales, uso de metralletas y muertes súbitas quedaron registradas en El caso del Sindicato Químico, cómic #27 de la revista Detective Comics, en el que el enmascarado se inicia como juez autónomo y un homicida: un tanque con ácido fue la sepultura perfecta para el criminal vencido. En dicha publicación, Batman obtuvo una identidad propia a lo largo de 527 números bajo los ideales que Bob Kane y Bill Finger construyeron para el debut del oscuro encapotado.

Batman es como el ave fénix. Distintas versiones y vidas paralelas han surgido de guionistas e ilustradores. Entre las ediciones especiales destacan los enfrentamientos junto a colegas justicieros, encarnó a Nosferatu, experimentó el poder del anillo de Linterna Verde y hasta fue un caballero del Rey Arturo.

A partir de los años 40 adquirió un aspecto dinámico y colorido. En este periodo nació una de las motivaciones centrales del murciélago: el Joker, enemigo que no se pensaba que pasaría del segundo número, pero la continuidad del “Guasón” determinó gran parte de los conflictos personales, éticos y sociales del justiciero enmascarado.

Cuando Dennis O’Neill y Neil Adams lideraron el guión y la gráfica de Batman a principios de los 70, el personaje evidenció una madurez en lo físico, con rasgos más varoniles y toscos, además de mostrar una mente quisquillosa y siniestra. Entre los años 80 y 90, Bruce Wayne es situado en dramáticos sucesos que lo obligan a tomar un retiro, primero, para superar la muerte de Robin y después, sanar de la fractura dorsal que “Bane” le provoca en la polémica serie La caída del murciélago, y así retornar con un traje tan oscuro como sus desquicios, tal cual se muestran en el ejemplar titulado Troika. El exceso de músculos y un escalofriante temple se convierten en las características más destacadas de Batman a partir del año 2000. Para estas ediciones, el murciélago del Nuevo Milenio o de la Edad Moderna es impulsada por Jim Lee en las páginas de Hush.

Pero sin lugar a dudas, lo más escabroso ha sido la etapa asesina en sus inicios, en Batman R.I.P., de 2008, se lleva al héroe a las fronteras de su capacidad intelectual. En la saga se cree que el murciélago muere, pero después se revela que el mismo encapotado provoca su deceso y posterior resurrección. ¿Descabellado? Para el escritor Grant Morrison y el ilustrador Tony Daniel, no lo fue.
 
Títulos para releer

**Nosferatu. Basado en el expresionismo del cine alemán, Batman encarnó al vampiro en 1999. La historia de Jean-Marc y Randy Lofficier, sitúa a este Batman en Metrópolis para enfrentar al “hombre que ríe” y derrotar al Dr. Arkham.

** Knightfall. Uno de los episodios más crueles de Batman. Al estar en rehabilitación tras un  enfrentamiento brutal con Bane, Bruce Wayne cede su identidad justiciera a Jean Paul Valley, un asesino y desequilibrado mental que en los años 90 aterrorizó a Ciudad Gótica por sus drásticas y salvajes métodos de combate hacia los villanos. Posteriormente, el Caballero Oscuro original retorna al murciélago para vencer al antihéroe que él mismo creó.

DE CARNE Y HUESO

La simpatía de Batman no llegó de la mano del cómic. La fraternidad y compañerismo que el actor Lewis Wilson dotó al personaje en la pantalla chica en 1943, bastó para que la audiencia familiar se internara a una Ciudad Gótica colmada por la comedia y efectos especiales sorprendentes para aquella época.

En televisión, los argumentos de Batman se alejaron del oscuro personaje del comic al seguir una línea de humor blanco, en donde los enfrentamientos con los villanos pasaron a ser divertidos, predecibles y aleccionadores con moralejas sociales que inspiraron al público infantil a ver en el personaje un ejemplo a seguir.

Pero fue la serie protagonizada por Adam West la que desató fama internacional en los años 60. Las aventuras presentadas junto a Burt Ward (en el papel de Robin) en 120 capítulos transmitidos por el canal ABC en Estados Unidos, provocaron la llamada “batimania” entre los fans que aplaudieron el ingenio de ver por primera vez la ejemplificación real de la “baticueva”, el “batimóvil”, la “batiseñal” y a un Joker elegante y simplón en la actuación de César Romero.

Ni el vestuario ni el argumento de Batman pudo ser igualado en los seriales, pero las caricaturas animadas de los años 80 y 90 intentaron recuperar el lúgubre entorno de Ciudad Gótica y sus protagonistas al menos en lo visual. Aunque el murciélago se muestra sociable son pocas las alteraciones al carácter solitario e introvertido del justiciero, pero adecuadas a la sensibilidad infantil.

“Batman: La serie animada”, dirigida por Eric Radomski y producida por Bruce Timm logró tanto éxito que fue ganadora de dos Premios Emmy, al proponer a héroe con una capacidad intelectual orientada a la reflexión, pero en escenarios sumamente estilizados y minimalistas sin olvidar una estética sombría de tonos negros y rojos.

HACIA LA OSCURIDAD

El séptimo arte no dista mucho de las turbulencias emocionales que Batman expresa en el cómic. Son ocho las películas que reflejan a un Caballero de la noche desde sus más humano y social carácter, hasta como un justiciero emocional que pone en práctica extrema los valores de la meditación, los miedos infantiles, la soledad y el orden político.

La trilogía de Christopher Nolan (2005, 2008 y 2012) es considerada como la mejor adaptación cinéfila de Batman. Aunque el avance de los efectos especiales ayudaron a que la saga fuera superior en lo visual a las cinco películas anteriores (de Tim Burton y Joel Schumacher), los actores elegidos para interpretar al murciélago lograron llevar a lo humano la brutalidad de Batman, no solo en lo sentimental, sino en el laberinto psicológico del encapotado y su combate a la justicia desde la psique de los villanos.

La transformación de Christian Bale en Batman también reforzó la proyección del personaje mediante un vestuario estilizado y oscuro, que conectó con la crudeza de los más íntimos enemigos “El espantapájaros”, “The Joker” y “Bane”, que se enfocaron más a un argumento de presión psicológica poniendo en duda los verdaderos motivos de Batman para luchar por la justicia.

En el caso de Burton, su primer largometraje fue de una historia ligera y aunque presentó a un Batman más cercano al oscuro del cómic, el arte fotográfico tétrico y subterráneo, fue lo más destacable de la producción que tuvo a Michael Keaton como protagonista. Tres años después, el director repetiría la dosis en “Batman Returns” con una mayor carga de abstracción y ficción en el personaje central que compartió créditos juntos otros villanos como El Pingüino. Por primera vez el murciélago era visualizado desde una perspectiva romántica con Gatúbela.

Ya para 1995, “Batman Forever o Batman Eternamente”, fue dirigida por Joel Schumacher y reemplazando a Batman por Val Kilmer. Aquí comenzaría a cuestionarse el equilibrio mental del oscuro encapotado, sus dilemas sentimentales, su adicción a la justicia y la perfección, además de mostrar el inicio de Robin como un complemento de su valentía.
Aunque se esperó a un héroe más combatiente y destructor, ni el elenco dirigido nuevamente por logró impregnar la abstracción de Batman en la actuación de George Clooney en la entrega “Batman y Robin” de 1997. Uma Thurman, O’Donell y Schwarzenegger tampoco destacaron.
 
 **El regreso del caballero nocturno: la película animada que se produjo exclusivamente para formato DVD, recrea los pasajes oscuros y violentos de “The Dark Knight Returns” de Frank Miller. Aunque es caricatura, los argumentos y estética de la historia no son pensados para el público infantil. Aquí destaca un Joker fracotirador con los ciudadanos y a un Batman brutal en sus golpes.
 
 **The Dark Knight: la segunda entrega de Christopher Nolan puede considerarse como las caótica  en el manejo físico, intelectual y emocional del Batman interpretado por Christian Bale. Si bien el protagonista es el encapotado, la nueva concepción de un “The Joker” (Heath Ledger ) inadaptado a la sociedad, favoreció a la historia que exhibe a un héroe trastornado por sus miedos infantiles, a un vengador extremadamente silencioso, pero también como un torturador sentimental hacia sus enemigos, en los que también figuró “Harvey Dent/Dos Caras”, en la actuación de Aaron Eckhart.