Jueves, 28 de Marzo 2024
Suplementos | La danza de los viejitos es tan sólo uno de los atractivos que tiene Michoacán

Danza para celebrar la vida

La danza de los viejitos originaria de jarácuaro es tan sólo uno de los atractivos que tiene la zona lacustre de Michoacán

Por: EL INFORMADOR

El ritual no sólo se forma por los cuatro viejos, sino que es guiado por una pareja y durante el transcurso se suman otros personajes. EL INFORMADOR / J. Monroy

El ritual no sólo se forma por los cuatro viejos, sino que es guiado por una pareja y durante el transcurso se suman otros personajes. EL INFORMADOR / J. Monroy

GUADALAJARA, JALISCO (16/ABR/2017).- La cultura y tradición de una región no depende de los vaivenes del tiempo ni de las ocurrencias pasajeras. Son expresiones construidas con paciencia milenaria que resisten y se muestran en su versión más pura, sin filtros ni ambages. Una de esas tradiciones es la Danza de los Viejitos, originaria de Jarácuaro, pueblo localizado en la zona del lago de Pátzcuaron, en el Estado de Michoacán. Un baile que se ha trasmitido de manera generacional y resiste a los embates de la modernidad.

De origen prehispánico, aquí cuatro hombres, uno por cada punto cardinal o las estaciones del año, trasmutan en viejos que bailan al ritmo de violines y guitarras. Se cree que la danza comenzó como una recreación del momento cuando los chamanes se reunían para pedir que a su pueblo se les beneficiara con un buen temporal de lluvias, abundantes cosechas e incluso para pedir por la recuperación de algún habitante de la región que tuviera algún quebranto de salud.

Aunque también existe otra historia que sugiere que la danza es una irreverencia hacia los conquistadores ibéricos por su poca o casi nula energía para bailar. Por ello es que los personajes muestran una actitud socarrona y durante el tiempo que dura el baile se mofan con caídas, achaques y espamos propios de la vejez.

El ritual no sólo se forma por los cuatro viejos, sino que es guiado por una pareja y durante el transcurso se suman personajes conocidos como los “feos”, que interactúan con el público y hacen mofa de casi todo.

Llama la atención el ajuar que eligen los danzantes y que remite a los vestuarios tradicionales de los purépechas: pantalones y camisa de manta con algunos bordados en las mangas y las piernas, un jorongo lleno de color que contrasta con la blancura de la manta, un sombrero ajado y con tiras cayendo, además de un bastón de otate con cabeza tallada en forma de mula. Sin embargo, el elemento principal del vestuario es la máscara que portan los danzantes. Hecha en madera tallada, la máscara figura un rostro flaco y avejentado, con los pómulos marcados, los ojos apenas unas líneas y la boca muestra una risa desdentada y con la expresión de lado. El calzado es de huarache tradicional, con suela de madera para acentuar el zapateado durante la danza.

La Danza de los Viejitos es sólo uno de los atractivos de la zona lacustre de Michoacán, una de las manifestaciones que muestran que la cultura sigue viva y se llena de color apenas se escucha el primer acorde y los huaraches comienzan a zapatear.

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