Lunes, 21 de Octubre 2024
Suplementos | La paz según David Lynch

Cronica

Por: gerardo lammers

Por: EL INFORMADOR

Hace unos días, mientras curioseaba en una librería de la colonia Condesa, en el D.F., me encontré con un libro escrito por el cineasta David Lynch: Catching the Big Fish. Meditation, Consciousness, and Creativity (Tarcher/Penguin), algo así como Atrapando al pez grande. O gordo, según se quiera.

Sabía de la existencia de este libro por una pequeña nota publicada en la versión electrónica de un diario español, por lo que luego de darle una rápida hojeada a esta atractiva edición, cuadrada, pequeña y en pasta dura, casi como un libro para niños, decidí llevármelo.

David Lynch es uno de mis cineastas favoritos. Una de las primeras cosas de este cineasta estadounidense que llamó poderosamente mi atención, hace ya algunos años, fue cuando descubrí en un videocentro un cassette VHS de Twin Peaks. Recuerdo que, a pesar de que por momentos la trama se me escapaba, quedé fascinado con la belleza y el misterio del cadáver de Laura Palmer, encontrado dentro de una bolsa, si mal no recuerdo, a la orilla de un lago cubierto por la neblina, así como fascinado quedé por la historia que este hallazgo desencadenaba en una pequeña comunidad montañosa de Estados Unidos. Después me enteraría que en realidad Twin Peaks era un programa piloto para una serie de televisión que nunca se llevó a cabo. De cualquier forma la sigo considerando una de mis pelis preferidas.
Más tarde quedaría deslumbrado, horrorizado y hasta confundido con películas como Blue Velvet, El Hombre Elefante, El Fuego caminó conmigo, entre otras, y en fechas más cercanas con Lost Highway, Mullholand Drive y, la más reciente, El Imperio, que por cierto no está filmada en cine, sino grabada en video, ya que según lo anuncia Lynch en este libro, la película como tal, el celuloide, ha muerto, para dar paso a las nuevas tecnologías digitales.

El cine de Lynch me parece oscuro y enigmático. Los personajes de sus películas suelen ser inquietantes y algunos hasta infernales. ¿Quién de los fans de este director no recuerda, por ejemplo, a Mystery Man, ese siniestro personaje interpretado por Robert Blake (siniestro de igual forma en su propia vida cotidiana) en Lost Highway que, para horror de un saxofonista, interpretado por Bill Pullman, se le revela como poseedor del don de la ubicuidad?

Quizá por todo esto me llamó mucho la atención saber que el autor de estas cintas había escrito un libro sobre meditación trascendental, de la cual Lynch es practicante, se podría decir que desde los inicios de su carrera como cineasta (también es pintor).

En el libro, dedicado al Maharishi Mahesh Yogi, Lynch habla sobre los beneficios que ha conseguido a través de la meditación –la paz interior, el principal de ellos, según dice- y en cómo ésta le ha permitido bucear en las profundidades de sí mismo, en la búsqueda de ideas para su quehacer artístico.

“Las ideas son como los peces. Si quieres pescar peces pequeños, puedes quedarte en la superficie. Pero si quieres atrapar al pez gordo tienes que ir a lo profundo”, dice Lynch. “Allá en las profundidades, los peces son más poderosos y más puros. Son grandes y abstractos. Y son hermosos”.

Catching the Big Fish es un generoso libro-pecera para que el lector meta la mano y saque, en orden o en desorden, temas claves tales como: El arte de la vida, Intuición, Fellini, Los Ángeles, La luz en el cine, Kubrick, Drogas, Música, por mencionar algunos.

Es de llamar la atención que el director de Eraserhead –película oscura como pocas- haya decidido descubrirse a sí mismo de esta forma: a través de un iluminador libro que bien podríamos catalogar como de auto-ayuda para artistas. Y de alguna forma todos lo somos.

Tapatío

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