GUADALAJARA, JALISCO (22/ABR/2017).- Al principio de esta prueba de 90 días con el Acura TLX abrazamos al auto como una buena opción para quienes buscan un sedán compacto de lujo bajo el aura que le garantice al propietario un buen servicio de agencia y sobre todo tranquilidad en general. En él sin duda lo encontramos.En estos tres meses siempre estuvimos cómodos con el TLX, no presentó ningún detalle mecánico o que fuera más allá del chequeo de niveles y la presión de las llantas. A cambio, le dimos un trato de rey en su conducción para que el auto nos pagara con esa ecuanimidad en su respuesta a nuestros deseos de manejo.A cualquier lugar al que nos trasladáramos, el TLX si bien no llamaba la atención de manera exorbitada, sí percibimos que en la gente que lo miraba imponía una especie de respeto, como ese que inspiran algunas personas con buena reputación. Algunas cejas se levantaban a nuestro paso y de cierto modo hasta nos hacía sentir bien con el auto que teníamos en nuestras manos.Fue difícil dejarlo ir, nos adaptamos perfecto al TLX. Cada uno de lo que lo manejamos siempre descubrimos algo distinto en él; hubo desde quien prefería estar a su mando de forma relajada y en el modo que nos ayuda a gestionar los cilindros (colaborando un poco con el ahorro de combustible), hasta quien jugaba un poco con el sistema “IDS” con los cuatro modos de manejo: Econ, Normal, Sport y Sport+, o quien prefería la conducción bajo el sistema de control adaptativo de velocidad en ciudad, el cual funcionó muy bien en distintas condiciones de tráfico.Por supuesto, probamos la habitabilidad. Aunque la mayoría del tiempo sólo viajaba el conductor, cuando hubo que llevar a más personas, los otros cuatro pasajeros se sintieron cómodos en su lugar. Todos nos transportamos protegidos por algo más allá del confort, es decir los sistemas básicos como frenos antibloqueo ABS y distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD); bolsas de aire frontales, laterales y de tipo cortina; control de velocidad crucero; frenado inteligente de colisión frontal; sistema de monitoreo en punto ciego; entre otros múltiples sistemas que nos daban exactamente lo que siempre quisimos encontrar en un auto como éste -del que se paga una buena cantidad de dinero por él-, insistimos, esa paz.DiferenciadoresYa dijimos que el manejo del TLX era el factor que marcaba la diferencia en este auto de la división de lujo de Honda. Aunque el equipamiento nos daba aires muy afines precisamente a Honda, los elementos y su contenido nos mostraban una capa de distinto sabor. Es decir, claramente nos sentíamos arropados por ese aire de lujo, con buenos acabados interiores y un equipamiento del que no le pusimos un pero.En conclusión, el Acura TLX desde que llegó a nuestras manos hasta que regresó a casa, al corporativo de esta división en la Ciudad de México, nos presentó elegancia, un buen aplomo en ciudad y carretera, y tras casi tres mil kilómetros rodando con nosotros, el coche no reportó fallas, mientras que el consumo de combustible se mantuvo rondando los 8 kilómetros por litro como mejor resultado, nada mal para el tamaño, peso y exigencia citadina al que se vio sometido.Sin duda, el TLX nos deja un buen sabor de boca, nos quedamos en el recuerdo por lo que nos entregó su buen diseño, cuyos rasgos se aprecian y se agradecen desde su mirada con faros con diseño “Jewel Eye” y la peculiar parrilla (a la que en general en la marca ya hemos digerido y hasta la vemos con buenos ojos). Así, esperamos en el futuro próximo volvernos a encontrar con este diamante de la familia Acura.