Suplementos | Músico indescifrable que mezcla rock, cumbia y norteño Cirerol El músico oriundo de Mexicali se mueve vertiginosamente y se aproxima a los fatídicos 27 años, una aduana complicada para los artistas de su estirpe Por: EL INFORMADOR 2 de marzo de 2014 - 01:05 hs Acción. Juan Cirerol, en el concierto que ofreció en Estudio 323 en la ciudad. / GUADALAJARA, JALISCO (02/MAR/2014).- Juan Antonio Cirerol Romero, un cachanilla subversivo, polémico y bonachón, un ídolo de esos de los que ya quedan muy pocos. Su relación con Guadalajara comenzó en 2008, cuando acompañado por Martín del Prado Jr., como fiel escudero, abarrotaron todos los foros, las primeras páginas de la historia se escribieron en casas habitación del Centro Histórico, el desaparecido Barrio Chino, Pare de Sufrir, LARVA. El fenómeno fue in crescendo, dos álbumes de los que no queda una sola copia, Ofrenda al Mictlán (2009) editado en vinilo, y el CD Haciendo Leña (2012). El Emperador de Mexicali, una mezcla entre Keith Richards y Elton John en escena, un farsante. Ha recorrido el país entero tocando en los sitios más recónditos e inimaginables, pasando por grandes festivales como, Vive Latino y la FIM, cruzó fronteras al SXSW (Austin, TX), y echó a Colombia en su bolsillo. En sus planes está tener una camioneta, unas bocinas y una mujer con su propia cara, un par de pavo reales, una gran mansión con un jacuzzi y una bola de lujos innecesarios, sólo por caer gordo. Afirma tener un diálogo abierto con Satán, lo refleja en su odio, en su misantropía, y en las dos personalidades que dice tener, caballero y punk rocker. De las nuevas generaciones de músicos no ha visto nada que le sorprenda, en el buen sentido se autoproclama el mejor artista, el que tiene más flow, sus máximos referentes Cornelio Reyna y Andy Kaufman. La moneda está en el aire, su próximo larga duración aparecerá con el sello Universal en poco tiempo, y en junio cumple 27, ese atroz número en el que varios desenfrenados se han ido. Su réquiem ya está planeado un loop infinito con la Orchestral Suite No. 3 de Bach al revés y un tema de Cirerol que rezará “con la bichola de fuera, con la bichola de fuera, así viví a mi manera…” “Todo fine” “Soy Juan Cirerol, toco cumbia, norteño rock. ¡Todo bien, todo fine!”, esa fue su presentación en el marco de la Feria Internacional de la Música de 2012. Era el segundo arribo en forma a la ciudad y venía precedido de la fama de ser un artista indescifrable, con un séquito de seguidores empedernidos, que no eran rockeros, tampoco gruperos, pero la amalgama de esos géneros estaba en Cirerol, el músico que los reunía. Después se anunció un concierto en el Salón Púrpura. Se canceló. No estaba bien de salud, perdió su vuelo, a saber. El tema es que se ha mantenido como un cantante que abarrota, es cierto, foros de no más de 300 persona, pero su estética sonora y sus letras de alarido, parecen ser de gran calado en un público cada vez mayor en la ciudad. Con cara de extravío, hablar alocado y guitarra en mano, Cirerol parece cumplir lo que promete: toca rock, cumbia, norteño y, a juzgar por sus seguidores, todo bien. Temas Tapatío Lee También Samuel Kishi y su cine que cruza fronteras y generaciones Un museo vivo: Experiencias y arte en el Cabañas La gran estafa que nos hizo “americanos” El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones