Cerro La Tortuga

GUADALAJARA, JALISCO (20/SEP/2015).- El Sur de Ayutla es embellecido por un insólito cerro, que luce con donaire un precioso caparazón, caparazón de una tortuga gigante, por ende, al cerro se le nombró: “Cerro la Tortuga”. Luis Vázquez Correa puso en tinta: Ayutla (Igual etimología e igual significación que la palabra: Ayotla). Ayotla (de ayotli-calabaza o ayotl-tortuga y tlan-partícula que expresa abundancia  o ‘Lugar donde abundan las calabazas o las tortugas’).

Luego de haber observado los Monolitos las Águilas, seguimos camino a Ayutla, pasamos el sendero del añejo rancho, El Zapote, de la familia Flores. En 1825, Victoriano Roa citó: “Ayutla, a su ayuntamiento está sujeto el pueblo de Tepantla… En la de Ayutla solo 2 ranchos”. Para 1843, Manuel López Cotilla refirió: Ayutla es cabecera de curato, con un juzgado de paz y 1080 habitantes dedicados a la labranza; su fondo de propios y arbitrios produjo 126 pesos en el año de 1840… Ranchos: El Realito, Platanar, San Martinito, Aguacate, San José, Ailes, Asale, El Zapote y San Bartolo”. En 1879, se anotan: El Rosario, Las Palmas y Las Pastoras, y en 1904: Tambor Ronda, La Compuerta, Callejones, El Colomo y San Antonio.

Respecto a la minería, Ángela Jiménez Pelayo nos platica: “en 1884, en Ayutla se denunciaron 21 minas y cuatro vetas; de estas últimas, dos eran de cobre… Nueve de las minas se localizaban en lugares cercanos a Santa Rosalía, principalmente en el cerro del Fanfarrón, en otras áreas de las Perulas,  lo mismo que en San Antonio… 1890, Mina La Palestina. Metal, oro. Mineral, Cacoma y Cerro Prieto. Minero, A. Mardueño; Mina, La Purísima. Metal, oro. Mineral, Cacoma. Minero, A. Mardueño… En 1905 había aumentado el número de norteamericanos que explotaban las minas de Ayutla. En la estadística minera se registraron diez compañías, de las cuales siete se identificaron como extranjeras y únicamente El Patrocinio que pertenecía a la compañía minera de La Trinidad, La Purísima, cuyo dueño era Fructuoso Pelayo, y La Providencia eran de mexicanos”.

Al atravesar Ayutla, nos  detuvimos a saborear unos elotes con crema y queso, en la esquina del puesto fuimos cautivados por una hermosa piedra, que posaba en la cima de un cerro aledaño, era el Cerro la Tortuga. Después del rico elote, nos detuvimos en la Glorieta del Escudo de Armas, representado por una calabaza, por la Tortuga y otros emblemas. La Heráldica Oficial dice: “Sobre fondo blanco, las figuras de unas piedras de grandes proporciones, en cuya punta se aprecia una cruz… La formación pétrea es la que se conoce como “La Piedra de la Tortuga” y representa al sitio donde se establecieron los primeros habitantes quedando al pie de un cerro que denominaron cerro de la Tortuga o cerro del Caldero. Este sitio es símbolo, y uno de los principales atractivos turísticos, de la municipalidad”.

Estando en la representativa glorieta, optamos por acercarnos a la fantástica piedra, preguntamos por el sendero y en breve nos encontrábamos subiendo por el camino a la Capilla Guadalupana, fuimos avanzando conforme a los nichos del viacrucis. Del corredor del recinto miramos el caserío y la parroquia de Ayutla, y en lontananza, sus valles. Después seguimos a pie por la empinada subida del cerro Ayutla, al llegar casi a su cima, apreciamos otro caparazón sobre su cresta, más pequeño, y un tanto enterrado. Luego seguimos a la izquierda, por una vereda y, a unos pasos fuimos encantados por la gran Tortuga, un tanto dormida, con su cabeza oculta en su orificio horizontal. El caparazón, bien definido, curveado y con sus estrías marcadas, todo un gliptodonte, animado por árboles y arbustos aledaños, mostrando unos de sus costados a los moradores de Ayutla.

Más tarde seguimos para Autlán, delante de La Tijera, un mirador nos invitó a contemplar hermosos cerros de enormes pliegues, tapizados por diversa vegetación: El Ocotillo, La Trozada y La Joya Verde, todos, de la sensacional Sierra Cacoma. En primer plano, el cañón del Río Ayutla.