Capilla de Loreto

GUADALAJARA, JALISCO (13/DIC/2015).- La esquina noreste de Obregón y Carmona de San Luis Potosí atesora la hermosa Capilla de Loreto. Martín Ernesto García Muñoz puso en tinta: “Los mercedarios se establecerían en 1620… La siguiente orden que se estableció fue la de los jesuitas en 1623, en la zona donde estaba la ermita de la Santa Veracruz. Ahí levantaron su convento y la iglesia de la Compañía de Jesús en 1653 anexando en el siglo XVIII la capilla de Loreto que complementaba el conjunto. El claustro del convento, como los de la mayoría de los jesuitas, será porticado en la parte inferior y cerrado en la parte superior; al mismo tiempo, en 1623, compraron la hacienda de la Parada que utilizaban como apoyo para el sostenimiento del colegio”.

Del Edificio Central de la Universidad fuimos a mirar la finca vecina, el Templo de la Compañía, que suplantó al primitivo templo, databa de 1653, posteriormente fue demolido para levantar el actual, que se terminó a principios del siglo XVIII. Su fachada es de dos cuerpos, en el primero: la puerta, con marco rematado en medio punto, animada por dos columnas redondas, estriadas y dóricas por costado, entre ellas un nicho enconchado y vacio. En el segundo cuerpo se repiten las columnas (pero en lugar de estriadas con  líneas a 45º) y los nichos. Y en el eje de la puerta, la ventana coral, vertical y con un emplomado con santo. Por remate, una barbicana curveada, donde estuvo un escudo de la orden y una escultura, en 1826 se prohibieron los escudos reales y nobiliarios. El interior, de una nave, cubierto con bóvedas semiesféricas y cúpula de tambor octagonal, con altares laterales de estilo neoclásico, espacio que presume de dos esculturas, en especial: un Cristo de caña del siglo XVII y un Jesús Nazareno, y de pinturas coloniales de Villalpando y de Miguel Cabrera, que se encuentran en la sacristía, que comparten los recintos.

Enseguida fuimos a la capilla aledaña, Capilla de Loreto, una cruz patente posa entre ellas. La portada simplemente nos maravilló, con su exquisito barroco salomónico, de principios del siglo XVIII. Canteras de elaborada filigrana dan forma al marco de la puerta, rematado en arco ligeramente rebajado, con la inscripción: “Deiparae domus ubi Verbum caro factum est”, Casa de la Madre de Dios donde el Verbo se hizo carne.

El vano fue enmarcado por preciosas columnas salomónicas, envueltas por hojas, capiteles corintios con cabeza de animal. El bonito friso con hojas que dan giros con gracia, arriba, la cornisa abraza un medallón con las iníciales: VMAR, Virgen María Regina. Más arriba un nicho enconchado, enmarcado por columnas estriadas con capiteles dóricos, con la Virgen de Loreto, a los costados, una ventana un tanto octagonal con forja. Por remate un semicírculo, sostenido por los contrafuertes entablerados que encuadran la portada, en la cima yace una cruz de piedra. A la izquierda se levantó el campanario, el anterior fue de finales de 1700 y el actual de principios del siglo XIX, de planta cuadrada y de dos cuerpos, con un vano arqueado por cara, enmarcados por medias columnas dóricas, el segundo cuerpo de menor altura, cubierto por cúpula de ocho gajos. En el interior se conserva un retablo salomónico, churrigueresco, y una imagen de la Virgen a la cual se dedicó la Capilla.

Luego de observar las labradas piedras, seguimos la calle Carmona, rumbo norte, por la banqueta diestra y antes de llegar a la esquina nos cautivó una atractiva construcción, la Biblioteca de la Universidad, con peculiar pórtico, de grandes columnas redondas, con capiteles corintios y remate triangular. La puerta con una columna corintia por lado, que se unen a través de un arco de medio punto, cobijando una ventana de tres vanos. Antaño fue la sede de, la Honorable Cámara Nacional de Comercio de San Luis Potosí, constituida el 23 de febrero de 1913 en el “Salón OFarril”.