Cancelaciones que parten el corazón

Como ya es tradición desde hace doce años, el Festival Cultural de Mayo presenta espectáculos grandiosos tanto de corte nacional como internacional, en Guadalajara y varios municipios del Estado. Música, danza, teatro, cine, talleres, conferencias, muestras gastronómicas, entre muchas otras actividades despiertan la inquietud de los jaliscienses, y desde que comienza el año se especula acerca de qué artistas vendrán a presentarse.

Desde 2003 el invitado es un país en particular, Hungría hizo los honores, y a partir de entonces se crea el ciclo “La Alternativa”. En delante cada año fue superando a su antecesor, en 2004 Polonia nos regaló geniales sesiones de música de cámara, Austria brindó geniales directos de electrónica exquisita con Sofa Surfers y la fusión jazz de Forms of Plasticity en 2005, España hizo lo propio con Las Perras del Infierno y la fusión mestiza de La Kinky Beat en la novena edición, 2007 tuvo como invitado a México, y la Plaza de la Liberación sucumbió ante los directos de Kinky, Instituto Mexicano del Sonido, y la primicia del Colectivo Nortec acompañado de la Banda Agua Caliente, el año pasado Señor Coconut, Apparat Band y Mouse on Mars sirvieron de escaparate para vivir la realidad de la electrónica alemana, sin olvidar que en las dos últimas ediciones se dedicó una noche a sellos locales, Nopalbeat (2007) y Abolipop (2008).

La serie de eventos pactados para la decimosegunda edición, que en esta ocasión alberga a Japón, eran los más esperados por la órbita melómana del país entero. Los nombres de The Cornelius Band, Dj Krush, Tujiko Noriko, Aoki Takamasa, Towa Tei, Ikue Mori, KK Null repicaron en múltiples publicaciones, y a unos cuantos días, el sueño tornose pesadilla, no redundaré en las noticias más leídas y escuchadas de los últimos tiempos, la pandemia rompió el corazón de miles, y la estabilidad económica de millones.

Afortunadamente la página oficial del mencionado festival anuncia que todo el ciclo se reagendará para el próximo mes de noviembre, en cierto modo resarce el fuerte impacto sufrido, y prende una vela esperanzadora de que los tapatíos tendremos para fin de año una saga de conciertos de primer nivel, y que en unos cuantos meses toda esta paranoia colectiva probablemente quedará en el baúl de los recuerdos.

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