Jueves, 25 de Abril 2024

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¿Y la democracia?

Por: EL INFORMADOR

Lo que estamos viviendo en México y, específicamente en Jalisco, es cualquier cosa menos democrático. Volví a los libros de política para buscar definiciones, alguna en la que encajara la presente situación (me refiero a la toma de las tribunas del Congreso de la Unión y a decisiones de Emilio González Márquez, el gobernador) y no la encuentro.

La realidad rebasa las pretensiones demagógicas de unos y otros, de ser gobiernos de y para el pueblo, el ideal de aglutinar los conceptos básicos de democracia formal y sustancial.

¿Por qué insistimos en que vivimos en una democracia? ¿Por qué nos aferramos a creer que transitamos hacia ella?

Creo en los valores democráticos, y en materia de procedimientos estoy convencida también de que son los menos peores, pero… no está funcionando. Y entonces pregunto: ¿Dónde está la democracia?, ¿dónde, si los dizque representantes de los ciudadanos tiran a la basura teorías y prácticas?

El espacio es breve para hacer un análisis exhaustivo, o por lo menos con mayor extensión, pero el espectáculo en cartelera de la clase política y la inconformidad, la incertidumbre, el desasosiego y la polarización de la sociedad que se expresa (y es desoída) a través de los medios de comunicación y se manifiesta en las calles, me llevan a concluir que se están cometiendo serias violaciones a valores y procedimientos democráticos en México.

O a ver, ¿quién se siente representado por los legisladores que tomaron las tribunas? ¿Quién espera que de ese modo se defiendan —y con éxito— los intereses de los mexicanos con respecto a la reforma energética en este caso? ¿Quién se siente representado por legisladores priistas y panistas que tenían todo enjuagado, planchado y listo para poner?

Y en Jalisco, ¿quién, que haya votado por Emilio González Márquez, no se siente engañado?, ¿quién no se da cuenta —y cada vez más— que parece más lobo que oveja? ¿Podemos hablar de democracia en Jalisco cuando recurrir a la Ley de Participación Ciudadana (referéndum) y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (donativo al Santuario) es no sólo desdeñado, sino además descalificado por quienes llegaron al poder por la vía democrática?

¿Cómo pensar que vivimos en una democracia, si las mayorías se reducen a polvo con un solo y simple golpe de voz? ¿Y cuándo las minorías en el Congreso de la Unión clausuran lo que exigen (debate) y pretenden que sus votos valgan más? ¿Cómo, si encima de todo "alguien" se solaza en enardecer aún más los ánimos con spots provocadores?

En manos de los partidos y de la clase política, ¿podemos decir que vivimos en una democracia?

LAURA CASTRO GOLARTE / Analista político.

Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com

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