“Leyes”

Ayer decíamos...

Aunque los critiquen, los señores diputados están de un activo que espantan y esto puede ser dañino para la salud de los ciudadanos. Muchos periodistas estiman que un padre conscripto es mejor cuanto más iniciativas presente. Qué horror, eso sólo produce diarrea legislativa. Confusión en los ciudadanos que son obligados a obedecer cientos de leyes absurdas, ya lo dijo Tácito que “ el exceso de leyes implica la corrupción de la cosa pública”, el hecho es que la cantidad de leyes no garantiza la existencia de derechos y mucho menos produce frutos de justicia, que es de lo que se trata, es el objetivo de la existencia de las leyes. Su existencia indiscriminada produce aquello que decía Pascal que “ no habiéndose podido hacer que la justicia sea la fuerza, se ha hecho que la fuerza sea justicia” de ninguna manera la cantidad de leyes hace que mejore el tejido social, porque no son fruto de la necesidad sino de la ocurrencia, son pensadas para crear entramados burocráticos, no para buscar justicia. En algunos casos, cuando la iniciativa viene del ejecutivo, están técnicamente mejor redactadas, pero suelen promoverse según el interés del jerarca en turno. Pero ¿cómo debe ser una ley?

San Isidoro de Sevilla en sus Etimologías dice que “la ley debe de ser justa, honesta, posible, de acuerdo con la naturaleza, en consonancia con las costumbres de la patria, apropiada al lugar y a las circunstancias temporales, necesaria, útil, clara —no vaya a ser, que por oscuridad induzca a error—, no dictada para beneficio particular, sino en provecho del bien común de los ciudadanos” inmejorable. Ciertamente la justicia es difícil de establecer, pero la injusticia es muy fácil de detectar.

La ley debe ser posible, si concede un derecho éste debe poder ser exigido y otorgado por el estado, porque en todo derecho existe un obligado y puede ser que el obligado no tenga recursos para cumplirlo y si esto es cierto el culpable será no el funcionario que realmente no pueda cumplir sino quienes hicieron una ley que no sirve a los ciudadanos, esta semana los legisladores emitieron una nueva ley que supone proteger a los minusválidos, que creo que en todo caso son los que deben ser protegidos, o si usted prefiere así con capacidades diferentes, aunque sea Gabriela Guevara, que ciertamente tiene capacidades diferentes. Desde luego que la intención es noble y encomiable y todos debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para que tengan una mejor vida, eso no está a discusión, pero no por una ley en la que evidentemente no es posible que el estado cumpla, fingieron al establecer rampas para silla de ruedas y digo fingieron porque salvo un artista de la silla podrá por ejemplo cruzar de la gasolinera de Américas y López Mateos rumbo al edificio de los tribunales federales, justo al otro lado de la calle, deseo que cualquier persona que sea coparticipe de la ley lo intente y luego platicamos. No me opongo a que puedan exigir un beneficio real, a lo que me niego es a crear otro engaño en contra de ese colectivo y esta ley lo es.

La ley debe ser necesaria y útil. De los miles de ejemplos que pueden darse está una ley que supone “proteger las fincas patrimoniales” la idea es buenísima, a todos nos gusta que se conserven las bellas edificaciones, la realidad es que se constituyen entramados burocráticos con muchos empleados y después de decretada la ley y creado el mamotreto gubernamental se contrata una manada de jóvenes del partido en turno para que sin tener la más remota idea de que significa finca y mucho menos patrimonial salgan alegremente con pluma y papel a clasificar fincas ya que no saben lo que hacen clasifican cuanta construcción existe o pudo haber existido. Me pregunto si no sería mejor que un comité ciudadano —o sea formado por especialistas de colegios y universidades, sin sueldo ni compensación económica alguna— recibiera las propuestas de todos nosotros y ellos valoraran la importancia del inmueble y decidieran el orden en que deban ser adquiridos por el estado. Sale mucho más barato comprar fincas de verdadero valor que pagara el estado, a recomendación del comité y valuación de entidad oficial que pagar a toda la bola de burócratas de las dependencias encargadas actualmente.

Si usted tiene la desgracia de tener una finca clasificada les recomiendo pintar en el quicio de la puerta la frase que vio Dante en la del infierno “ renunciad para siempre a la esperanza” porque esa será su vida en relación con “su” casa, de manera que si usted creía que ser dueño de algo era para usarlo y gozarlo, no importa si es o no importante, se equivoca, sólo podrá usarlo para lo que establecio el joven clasificador, de otra manera cualquier proposición diferente que usted haga se enfrentará a un silencio que parece negativa. Lo mejor es esperar que se caiga, pero aún en ese caso si sabe rezar rece que se caiga entera  y con esto me refiero que no quede piedra sobre piedra, porque si queda algo que parezca adobes encimados, no podrá tumbarlos, puede que le hagan amenazas diciendo que tendrá que reconstruir, aguántese la risa, ellos no tienen sentido del humor y pensarán que usted la reconstruirá para dejarla caer de nuevo, porque probablemente no tiene otro uso o tal vez ahora que el centro se está promoviendo se haga un tour para que los turistas admiren las casas a medio caer.

CARLOS ENRIGUE / Abogado.
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