Domingo, 05 de Mayo 2024

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De poder a poder

Por: EL INFORMADOR

Hoy más que nunca se puede afirmar con datos y cifras en la mano, que existen medios de comunicación al alcance de prácticamente todos los seres de este planeta, y la libertad de expresión, íntimamente ligada al libre albedrío, cuenta con múltiples canales de difusión, de desahogo para todo aquel que quiera expresar su forma de pensar, de sentir, de ver las cosas, de buscar componer el mundo, y si no lo hace, si no los aprovecha, es cuestión precisamente de su libre determinación para no hacerlo.

Empero, debemos diferenciar lo que implica construir, formar, participar y sostener un esquema de comunicación de los muchos que ahora existen —todos ellos interesantes y con diversas dimensiones y alcances—, con la noble y trascendente labor que implica el periodismo, porque casi cualquiera puede tener y hacer lo otro, pero para hacer periodismo se debe de estar dotado de ciertas condiciones y elementos que incluso en muchos de los casos no es uno quien los determina, no obstante, para poder desarrollarlos sí se requiere de una gran entereza, perseverancia, compromiso y hasta una buena dosis de audacia y sobre todo valor para asumir las consecuencias de lo que se hace o lo que se deja de hacer.

Luego entonces, “la bandera de la Libertad de Expresión” pareciera que pierde actualidad, no porque se hayan rebasado las condiciones de los preclaros que la rescataron del mundo de las utopías, para luego proponerla, discutirla y debatirla ante las diferentes instancias y pasar al terreno de los hechos para defenderla hasta con su propia sangre, sino porque las condiciones del mundo y de nuestro país son otras —cada quien habrá de contestarse si mejores o peores que las vividas por los hombres ilustres del siglo XIX—.

La liberta de expresión se acompaña ahora de otras múltiples libertades, como la libertad de cátedra, en donde la primera persona determina lo que entiende o quiere entender en cada una de esas expresiones y por ello, por esa libertad, cada quien hace lo que considera más conveniente o se acomoda más a sus intereses, en no pocas ocasiones hasta infringiendo los derechos de terceros, pero dotando de efectos patrimoniales a ellos mismos y a sus descendientes.

7 de junio no se olvida


La parodia rima; los hechos han enlutecido a cientos de familias mexicanas, cuyas cabezas o alguno de sus miembros se desempeñaba en la peligrosa actividad periodística, ¡eh, aquí una de las grandes diferencias!. Por ello y muchas cosas más, felicidades a quienes recuerdan el otrora Día de la Libertad de Prensa, no importa si lo recuerdan el 7 de junio o el 3 de mayo, lo importante es no olvidar su esencia.

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