Domingo, 05 de Mayo 2024
México | SERPIENTES Y ESCALERAS POR SALVADOR GARCÍA SOTO

Telecom: crece la guerra

La confirmación de la alianza Televisa-TV Azteca, que se asociarán en la empresa de telefonía Iusacell, confirma que en esta guerra lo más duro y lo peor aún está por venir

Por: EL INFORMADOR

Salvador García Soto.  /

Salvador García Soto. /

“Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren”, dijo Jean Paul Sartre, y en la guerra de las telecomunicaciones las empresas y empresarios en disputa siguen peleando sus batallas y mueven su artillería frente a un Estado torpe y ausente que aparece como mero espectador, y frente a usuarios y consumidores que esperan que de la confrontación surjan al menos tarifas más bajas y mejoras en los pésimos y costosos servicios de telecomunicaciones del país.

La confirmación de la alianza Televisa-TV Azteca, que se asociarán en la empresa de telefonía Iusacell, confirma que en esta guerra lo más duro y lo peor aún está por venir y que las dos televisoras, haciendo a un lado sus diferencias y competencia por el mercado, están dispuestas a ir con todo para enfrentar las excesivas y altas tarifas de interconexión que les cobra Telmex-Telcel y que encarecen e impiden la competencia en la telefonía celular.

La decisión de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego corrobora que, ante la ausencia de autoridad federal que arbitre esta guerra, los contendientes afilan sus mejores armas y se preparan para encontronazos comerciales de grandes dimensiones. Ambos saben que enfrentan al hombre más rico del mundo y que, con sus enormes márgenes de ganancia y su monopólica dominancia en la telefonía, Carlos Slim es un enemigo demasiado fuerte para enfrentarlo cada uno por separado.

Falta ver qué dicen las comisiones de Telecomunicaciones y de Competencia sobre la inversión de Televisa en Iusacell, pero en principio la decisión táctica le resuelve a la empresa de Azcárraga Jean su urgencia de entrar al negocio de la telefonía celular sin tener que solicitar una nueva concesión al Gobierno. A Salinas Pliego, por su parte, la sociedad le inyecta recursos a Iusacell, que a pesar de haber hecho grandes inversiones en la construcción de una red 3G no ha podido competir por las elevadas tarifas de interconexión que encarecen la tarifa a sus usuarios.

También falta ver la respuesta de Slim a esta unión formal de sus dos contrincantes para competirle en la telefonía y si el ingeniero no aprovecha la entrada de Televisa en Iusacell para presionar para que se le dé acceso a la televisión abierta.

Y mientras arriba los gigantes se pelean, hoy la empresa MVS de Joaquín Vargas, que se ha mantenido al margen de esta guerra, anunciará en conferencia de prensa su proyecto “Banda Ancha Móvil para Todos: velocidad y precios nunca vistos en México”, una propuesta para ofrecer internet móvil a bajo costo para toda la población, con tarifas a menos de la mitad de las que hoy cobran otras empresas, que sería administrada por un “consorcio concesionario” de varias empresas, entre ellas Alestra, ClearWire e Intel. Con este servicio, MVS busca repetir en el internet móvil de banda ancha lo que logró con Dish en la TV satelital: romper el monopolio de una sola empresa y bajar los precios a menos de la mitad para la población.

Junto con el anuncio vendrá una denuncia de Vargas: el proyecto de internet móvil de bajo costo ha sido frenado extrañamente por el Gobierno del Presidente Calderón en los últimos años, pues pese a haber cumplido con todos los requisitos, de tener lista la inversión de miles de millones de dólares de todas esas empresas y, sobre todo, de haber demostrado que el internet móvil sería más barato y 20 veces más rápido que el actual para los usuarios, ni la Secretaría de Hacienda ni la Cofetel han fijado la contraprestación que tiene que pagar MVS para refrendar su concesión de la banda de 190 MHZ que se utilizaría para prestar este servicio.

Si hay dinero listo para invertir, si lo que se va a ofrecer es un internet más barato y de mejor calidad y velocidad para más mexicanos y si hay una banda concesionada y sin utilizar, ¿qué es lo que impide que el Gobierno dé luz verde a ese proyecto que no quedaría en manos de una sola empresa y que además permitiría la creación de una nueva red de internet abierta y pública para cualquier empresa que quisiera prestar servicios de transmisión de datos? ¿Será que igual que pasa en otros temas, la indecisión gubernamental tiene que ver con la protección de intereses de las empresas dominantes del sector? En todo caso, la guerra escala de nivel y mientras arriba entre los ricos empresarios salen chispas y ráfagas, abajo los consumidores sólo esperan y exigen mejores tarifas y servicios.

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