Se fractura el Partido del Trabajo

CIUDAD DE MÉXICO.-El Partido del Trabajo se fractura. Integrantes de PT exigieron la salida de Alberto Anaya tras 18 años de mantenerse como presidente nacional y convertir al instituto en un negocio personal y señalaron que acudirán a las instancias electorales a impugnar su reelección.

Acusan a Anaya de hacer del PT una opción cercana a la derecha, sin nada que ver con principios que le dieron origen en 1990.

José Narro Céspedes, uno de los dirigentes históricos del PT, aseguró que Anaya ha convertido al PT en un partido patrimonial, poco transparente en sus finanzas y aliado del PRI para las próximas elecciones.

Los petistas dijeron que Anaya tiene el control de la coordinación en el Senado y la de diputados a través de Ricardo Cantú; en el partido controla la Secretaría de Finanzas y las decisiones son unilaterales.

Joaquín Vela, militante del PT, lanzó un ultimátum a Anaya de que si no cambian esas prácticas dejarán sus filas, pues representan 30% de cargos del partido.

El PT recibirá del Instituto Federal Electoral (IFE) prerrogativas por 218 millones 853 mil pesos este año.

En conferencia, Narro llamó crear un Frente Político Electoral de Izquierda para generar una verdadera opción política.

Indicó que sería un grupo de facto, superior al Frente Amplio Progresista (PRD-PT-Convergencia) y además incluirá organizaciones políticas, sindicales, campesinas, estudiantiles y excluidos de otros partidos de izquierda, incluso invitó a que se sumara el Partido Alternativa Socialdemócrata que ha hecho pública su aspiración de buscar acuerdos con el PRD en 2009.

Ante la posibilidad de fractura del FAP debido a esta escisión, José Narro fue tajante y dijo que éste es un asunto que compete a su partido y, por ende, “no tenemos por qué consultarle nada” a Andrés Manuel López Obrador, quien ha respaldado abiertamente la dirigencia de Alberto Anaya.

Narro indicó que el objetivo es recuperar el proyecto original del PT, “que se ha alejado de sus principios debido al centralismo autoritario” en que lo ha sumido Alberto Anaya.