Domingo, 08 de Diciembre 2024
México | TRONERA POR SALVADOR CAMARENA

La maestra, ''La Tuta'' y yo

Y justo ahí, para que no se me olvide que sí tengo que ver con ella, se me aparece Elba Esther

Por: EL INFORMADOR

Salvador Camarena.  /

Salvador Camarena. /

Siempre he creído que como intento ser un hombre de bien, yo nada tengo que ver con la maestra Elba Esther Gordillo. La saludé una vez en un set de televisión, pero nunca le he pedido una entrevista ni he conversado con ella. Como quien hojea aburrido una mala revista del corazón, oigo de vez en vez las anécdotas de sus viajes con toda su prole por fantásticos destinos, travesías en donde la nota es el derroche que deja demudados a otros paseantes. Y cuando estoy a punto de sentirme un buen mexicano porque nada me liga a ella y su imperio, la realidad me alcanza en cualquier establecimiento, en una gasolinera de la carretera, por ejemplo.

Como ustedes saben, porque igual lo sufren, cada que uno carga gasolina debe someterse a la tramitación de la factura. Y justo ahí, para que no se me olvide que sí tengo que ver con ella, se me aparece Elba Esther. No enfundada en un mugriento overol verde, qué va. Se personifica en uno de sus alumnos, que tardará muchos minutos, y varios intentos, en capturar mi RFC en la computadora: en una ocasión pasaron más de 20 minutos antes de que la alumna de la maestra lograra por fin llenar cada campo. Y ni modo de decirle: “Ya, déjelo, no importa”.

El que cree que se salva solo, sólo se engaña. La prueba PISA nos obliga a tragarnos el orgullo y reconocer que somos el enorme lado pobre de la prole de la profe (porque a nosotros no nos invita ni a la Patagonia ni a lugares de esos). Por llevar tantos años volteando a otro lado para no querer ver lo que Gordillo y gobiernos en turno hacen (o dejan de hacer) con la educación, ahora sólo nos toca poner cara de falsa incredulidad cuando este periódico nos descubre que durante años Servando Gómez Martínez, además de líder de La Familia, ha sido también, no se rían, forjador de nuevas generaciones… como Elba Esther.

Decía Genaro García Luna que habrá buenos policías el día que cualquiera de nosotros —léase clasemedieros— sintamos orgullo de que alguno de nuestros hijos se enrole en un cuerpo policial. Sólo habrá buenas escuelas cuando todos nos involucremos en el sistema, no hay truco. Hay que ser muy burro para olvidar que en algunas cosas una sociedad es como una cadena de producción, y que el ritmo de la misma no lo determinan los eslabones más avanzados, sino los que se rezagan. Hay que ser muy tonto para olvidar que es natural que los alumnos al final siempre quieren ser como sus profesores, tener ropas y poder como la maestra; influencia y fama como “La Tuta”. Ni el desaforado guión de “El Infierno”, de Luis Estrada, se atrevió a tanto.

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