Intercambian halagos líder de 'La Mano con Ojos' y policías

CIUDAD DE MÉXICO (15/AGO/2011).- Agentes investigadores le agradecieron a un presunto jefe de sicarios, haberlos hecho  "mejores" al esforzarse para capturarlo, mientras que el detenido los felicitó  por haberlo conseguido, según un video del interrogatorio difundido el lunes.

La televisión difundió un extracto de un interrogatorio hecho por policías del Estado de México a Óscar Osvaldo García Montoya, de 36 años, apodado 'El Compayito' y señalado  como líder del grupo de sicarios 'La Mano con Ojos'.

En el video se escucha y se observa a un relajado García Montoya, que reconoce haber matado personalmente "a más de 300" y ordenado la  muerte de "otras más de 300".

Enseguida, una voz, identificada como la de un agente policial, le responde  con una suerte de agradecimiento: "Lo que sí te puedo decir es que nos hiciste  mejores porque cada vez que hacías algo teníamos que mejorarnos, teníamos que  hacer grupos".

El presunto jefe de sicarios, sentado contra una pared en la que se  observan las siglas y la leyenda de la Procuraduría del Estado de México, lo  interrumpe con una broma que desata risas entre los participantes en el  interrogatorio.

"¿Tengo alguna pin... recompensa por eso?", bromea el detenido.  "No, pero sí nos hiciste mejores", insiste el policía.

Durante la operación para detener a este presunto jefe de sicarios, las fuerzas policiacas, que tuvieron autorización de la  fiscalía del Distrito Federal, allanaron violentamente al menos tres viviendas, entre ellas la del poeta Efraín Bartolomé, quien  hizo una denuncia pública.

"¿Sabías que te íbamos a detener?, añade el policía. "Sí, yo sabía  perfectamente. En este negocio hay que estar conscientes. En este negocio como  usted dice hay partes bajas y hay partes altas y yo los felicito por su trabajo  de inteligencia", responde García Montoya en la declaración.

Según la fiscalía del Estado de México, el presunto jefe de sicarios fue  militar de la Marina de Guerra y recibió entrenamiento por kaibiles, una fuerza  de élite del Ejército guatemalteco. Si bien el detenido reconoce 300  homicidios, la fiscalía le imputa unos 900