Entre dudas, cumplen un año las autodefensas

APATIZNGÁN, MICHOACÁN (24/FEB/2014).- Las autodefensas mexicanas cumplen hoy un año de su surgimiento con el logro de haber arrinconado al narcotráfico en Michoacán, pero también con dudas sobre su unidad, su experimental pacto con el Gobierno y el temor entre pobladores de un eventual desvío a la delincuencia.

Hastiadas de los asesinatos, secuestros, extorsiones y violaciones del cártel Los Caballeros Templarios, las comunidades rurales de La Ruana y Tepalcatepec fueron las primeras de Michoacán en alzarse en armas el 24 de febrero de 2013, ante la sorpresa de un país habituado a presenciar la crueldad de los crímenes del narcotráfico.

Con más valentía que personal, grupos formados principalmente por agricultores y ganaderos desempolvaron sus pistolas y escopetas de caza para convertirse en “justicieros” de la Tierra Caliente, donde los templarios tenían sometidos a sus habitantes con la cooperación o pasividad de las autoridades locales.

Un año después de su sufrido arranque, las autodefensas dicen contar con más de 20 mil hombres y lucen un poderoso armamento que incluye fusiles AR-15, M-16 y hasta lanzacohetes.

El movimiento fue avanzando y arrebatando el poder de una veintena de poblaciones de Tierra Caliente a los Caballeros Templarios, incluido su bastión de Apatzingán, el centro económico local.

Aquí estamos “desde el más pobre hasta el empresario más rico. Aquí hay gente que gana 150 pesos al día y gente que gana medio millón”, explica el “Comandante Cinco”, un aguerrido y adinerado productor limonero que coordina a las milicias en Apatzingán.

Aunque pregonan la igualdad en sus filas, los más ricos son quienes suelen liderar al grupo de autodefensa de cada municipio. Con las “donaciones” que dicen recibir de empresarios por haberlos “liberado” de las extorsiones de los templarios, los comunitarios reconocen recibir desde hace unos meses entre dos mil y seis mil pesos mensuales.

Sobre las armas de alto poder y los lujosos autos en los que algunos se trasladan, aseguran que son “trofeos” arrebatados a los narcotraficantes y niegan recibir apoyo del cártel Nueva Generación, rival de los templarios.

Un futuro incierto

Sobre el pacto para trabajar bajo la supervisión del Estado, el vocero Estanislao Beltrán cree que hasta el momento ha funcionado pero que, en el momento que falle, no dudarán en romperlo.

Admite que “puede haber un grupo de gente” que esté queriendo desviarlo hacia la delincuencia propia de los cárteles, pero subraya que hay un acuerdo para que, de darse, “todos nos unamos, los capturemos y los entreguemos”.

María, una maestra jubilada de 55 años a quien los templarios extorsionaron durante años, recuerda la historia reciente de esta región expresando un temor latente entre pobladores.

La profesora recuerda que el cártel La Familia, antecesor de los Caballeros Templarios, fue una organización que se creó para expulsar de Michoacán al grupo criminal de los Zetas al igual que las autodefensas quieren echar ahora los Templarios. “¿Y después qué?”, se pregunta.

INCIPIENTES
Desacuerdos internos

Aunque las autodefensas no tienen un único líder, Hipólito Mora —un agricultor de La Ruana considerado fundador del movimiento— y, sobre todo, José Manuel Mireles —un cirujano de Tepalcatepec— se convirtieron en sus caras más mediáticas tras su nacimiento.

Mireles fue herido en enero en un misterioso accidente de avioneta y los milicianos le retiraron la vocería después de criticar el pacto que alcanzaron las autodefensas a finales de ese mes con el Gobierno para su legalización como “defensas rurales”.

Su lugar como portavoz fue ocupado por Estanislao Beltrán, un menudo productor limonero de espesa barba blanca que asegura que Mireles desconoce la situación sobre el terreno por su convalecencia y niega divisiones internas.

Sin embargo, Hipólito Mora reconoció: “No todos pensamos igual (…) “Algunos entran (al movimiento) no por defender a su gente. Entran pensando en alguna alcaldía, en alguna diputación, en robar y hacerse ricos y es cuando se distorsiona todo esto”.

Las autodefensas tienen un consejo en cada municipio formado por un presidente, un secretario, un tesorero y vocales que toman las decisiones por consenso, explica Juana Reyes, una integrante del Consejo de Tepalcatepec

LOS NUEVOS DUEÑOS DE LOS CORRIDOS
Líderes comienzan a convertirse en protagonistas de canciones

Apatzingán.- “Ya nos tenían hasta al cuello los Caballeros Templarios”, inicia la canción con la que un grupo de autodefensas mexicano anima su calurosa noche de guardia en el mercado limonero de Apatzingán, antiguo bastión del cártel narcotraficante al que combaten.

“¡Pongan ese en el que hablan de mí!”, pide a sus compañeros el llamado “Comandante Cinco”, el productor de limón que coordinó la toma de esa ciudad de la región de Michoacán por las autodefensas, orgulloso de protagonizar uno de los llamados “corridos comunitarios”.

En los “corridos comunitarios”, cuyo estilo musical puede llegar a confundirse con el de sus predecesores, los héroes son los milicianos de las autodefensas, los grupos surgidos desde hace un año en comunidades rurales de Michoacán para expulsar a los Caballeros Templarios.

“Ahora que el pueblo se armó, huyeron los delincuentes, corrieron como gallinas. ¿Dónde quedó lo valiente?”, sigue reproduciendo una radio amarilla desde lo alto de una lujosa camioneta que dicen que fue “decomisada” a los Templarios y en cuyo maletero las autodefensas esconden armas de alto poder.

Las mofas hacia los Caballeros Templarios, que durante años impusieron su ley en la subregión michoacana de la Tierra Caliente, se combinan en los nuevos corridos con las alabanzas a la “bravura” de los milicianos.

El “Comandante Patancha”, un histriónico mecánico de 60 años del pueblo Aguaje, es uno de los que ya tienen canción, y la repite feliz mientras sale de operativo de vigilancia por la sierra con su treintena de muchachos.

“Mi amigo ‘Chelo Patancha’, el jefe comunitario, ahora defiende a su pueblo en contra de los Templarios”, entona solemne este hombre menudo y con espeso bigote negro, quien asegura que el corrido en su honor, firmado por su hermano Martín Ceja, ya circula en Estados Unidos.

Los “corridos comunitarios” apenas empiezan a circular clandestinamente por internet y no suenan en fiestas ni en rocolas de bares, donde hay discos enteros con narcocorridos dedicados a los Templarios, pero a muchos autodefensas les sirve para motivarse en la lucha.

En el mercado limonero, mientras milicianos aprovechan que cayó la noche para tomarse un momento de “relajo” fumando marihuana, el joven “HH” canta de memoria los cinco “corridos comunitarios” que hay en el reproductor amarillo.

“¡Los Caballeros Templarios no se sabe dónde están, poco a poco irán cayendo, muy caro lo han de pagar!”, grita el joven a pleno pulmón.