Alianza Ciudadana y Alfaro

La constitución de Alianza Ciudadana, como agrupación política que promueve la postulación de Enrique Alfaro Ramírez a la gubernatura de Jalisco, puede resultar atractiva para un sector de ciudadanos que no desea el regreso del priismo al Gobierno del Estado, pero tampoco que repita el panismo.

 Ciudadanos que no necesariamente simpatizan con la izquierda, pero que sí desean cambios profundos en las políticas públicas municipales y estatales, que demandan algo tan aparentemente obvio como el respeto a nuestras leyes, que desconfían de los políticos tradicionales y sus partidos, que sólo exigen lo primeramente exigible como son mejores servicios públicos o que les agrada lo que hasta ahora ha realizado en su municipio la administración del alcalde de Tlajomulco.

Pueden ser las anteriores u otras razones, como priistas o panistas desencantados de su partido, pero eso no bastaría para que Alfaro Ramírez pueda llegar a la gubernatura.

El panorama que tienen por delante él y su equipo es difícil, complejo, arduo. Aunque el ex diputado local goza de considerables simpatías en su municipio y entre líderes de opinión, como demuestra la reciente encuesta de un diario local, en lo que resta de su periodo primero deberá demostrar a la mayoría de sus ciudadanos que sabe gobernar y rendir buenas cuentas y, al mismo tiempo, consolidar su estructura política.

Es decir, tiene que construir y extender a Alianza Ciudadana por toda la Entidad. Del partido que lo postuló, el PRD estatal, no puede esperar mucho: la dirección política del perredismo jalisciense, léase el grupo que controla también la Universidad de Guadalajara, se ha dedicado a combatirlo con tal vehemencia que, por ejemplo, ha invertido su dinero en publicar más desplegados en contra de Alfaro Ramírez en el último año que contra los que, uno supondría, deberían ser sus principales adversarios políticos, como Acción Nacional.

En otro ejemplo de cómo la izquierda suele practicar el autocanibalismo y reducir su fuerza, la izquierda rosita que administra al PRD en Jalisco encontró a su principal enemigo dentro de sus filas y se lanzó con todo contra él, aunque sea el alcalde del municipio más importante que han gobernado hasta ahora y a pesar de que el partido cayó al cuarto lugar en las preferencias electorales bajo la conducción del grupo UdeG.

Pero eso puede cambiar. No es descartable que la relación se recomponga, o bien, que Alianza Ciudadana amarre con otros partidos.

Por lo pronto, Alianza Ciudadana está encabezada por Esteban Garaiz, un ex funcionario e intelectual de convicciones sólidas, con prestigio y trayectoria de entrega a su país.

Y tenerlo ahí es un buen arranque para la agrupación.