Sábado, 04 de Mayo 2024
México | LIBRE DIRECTO POR JAIME GARCÍA ELÍAS

— 22 de abril

Decir que cambió la fisonomía de Guadalajara a raíz de las tristemente célebres explosiones, es muy poco decir. La verdad es que cambió Guadalajara

Por: EL INFORMADOR

Jaime García Elías.  /

Jaime García Elías. /

El tiempo alimenta la amnesia. Si las cicatrices que dejaron en la fisonomía de Guadalajara las explosiones del 22 de abril del ’92 en el Sector Reforma resultan imperceptibles para quienes desconocen la historia, para quienes llegaron tarde a la película y para quienes simplemente comenzaron a olvidar cosas que no vale la pena seguir recordando, es porque esa parte de Guadalajara se parece a muchas otras en que —parafraseando a Juan Verdaguer— la mano del hombre metió la pata hasta la ingle.

*

Decir que cambió la fisonomía de Guadalajara a raíz de las tristemente célebres explosiones, es muy poco decir. La verdad es que cambió Guadalajara.

La buena intención —digámoslo así a beneficio de inventario— del Patronato de Reconstrucción, de indemnizar a “afectados y aledaños” al efecto de que a partir de la reconstrucción de las casas se reconstruyeran las vidas, de manera que tanto en las calles como en la memoria de sus moradores quedara una cicatriz apenas perceptible, fue pura ilusión.

No podía ser de otra manera, porque el Patronato fue, moralmente, una entelequia. El Patronato se encargó de barnizar de legalidad la impunidad. El Patronato fue el híbrido que nació de la decisión oficial de obviar las investigaciones; de evitar que se conociera y se sancionara a los verdaderos culpables del saqueo sistemático a Pemex, que decidieron “esconder” su botín en los colectores. El Patronato se creó con la deliberada intención de dar a los afectados, supuestamente por altruismo, lo que les correspondía por justicia. El Patronato se creó para evitar que sobre los autores intelectuales de un robo y un homicidio masivo por imprudencia y sobre quienes se convirtieron en sus cómplices por la negligencia de impedir que la previsible deflagración dejara la estela de destrucción y muerte que dejó, cayera todo el peso de la ley.

El Patronato se creó al efecto de evitar que el desprestigio internacional —a la vista de lo que la industria petrolera y Pemex en particular representan como tarjeta de presentación del país— cayera sobre México... El Patronato, en suma, se creó un poco para atenuar el dolor de las víctimas... y un mucho para asegurarse de que la verdad nunca se conociera.

*

Curiosa coincidencia: esta vez, el aniversario (el XIX, para ser exactos) del episodio que cambió para siempre la manera de ser de los tapatíos, coincidió con el Viernes Santo. Malo, porque al ser el día inhábil del año por antonomasia, no permitía agendar conmemoración alguna. Bueno, porque evitó a los sobrevivientes de la tragedia participar, como grotescas figuras impresas sobre un telón de fondo, en la impostura de los farsantes.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones