Viernes, 26 de Julio 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

¿Y la cordura apá?

Lo de menos es quién tiene la razón. Ambos tienen argumentos, pero ambos propusieron presupuestos con lógicas absolutamente electoreras

Por: EL INFORMADOR

Si usted no está asustado por la situación política del Estado no se preocupe, ya se le pasará. Si este año nos pareció horroroso por la forma tan poco seria y poco institucional con que se manejó la política, ni se agüite, el próximo será peor.

El 2010 fue, para efectos prácticos, un año perdido para la ciudad. Nada avanzó, los alcaldes de Guadalajara y Zapopan, lo municipios importantes donde vive 75% de la población, fueron incapaces de arrancar proyecto alguno, el Gobierno del Estado comenzó a bajar la cortina y perdió todo lo perdible y la moneda de cambio en todos los ámbitos fue el conflicto político: Congreso vs. Gobierno, UdeG vs. Gobierno, ayuntamientos vs. ayuntamientos, iniciativa privada vs. clase política. Hacía muchos años que la situación política del Estado no estaba en un nivel de tensión como el de ahora.

Pero el problema fundamental es que los problemas políticos no solo no se resuelven sino que se agravan. Las consecuencias del enfrentamiento por el tema de movilidad siguen brincando por todos lados, y el conflicto entre la Universidad de Guadalajara y el Gobierno del Estado no solo no tiene visos de solución, sino que todo parece indicar que lo peor está por venir. La gota que va a terminar de formar la ola del tsunami 2011 es el presupuesto. Mientras que el Gobierno se prepara ya para vetarlo, los partidos de oposición y la UdeG (cada vez es más difícil saber dónde comienza uno y terminan los otros) velan armas para hacer manifestaciones en defensa del presupuesto. Guerra.

Lo de menos es quién tiene la razón. Ambos tienen argumentos, pero ambos propusieron presupuestos con lógicas absolutamente electoreras. No hay acuerdo posible cuando en lo único que coinciden es en las ganas de darse en la torre unos a otros. La pregunta en todo caso es cuáles son los límites de la cancha, hasta dónde va a salpicar esta pugna y cuáles son los temas que deben quedar fuera de la batalla. Los proyectos de ciudad, independientemente de los que nos gusten más o menos, ya quedaron embarrados en este conflicto. No se va a mover un ladrillo de una obra importante, ni habrá avance alguno en el tema de movilidad (se van a hacer más estudios sobre las mismas cosas, con las mismas conclusiones).

Pero hay dos temas en los que tenemos que asegurar que el agua no llegue a los aparejos: Panamericanos y seguridad. Con todo lo que tiene de tragedia que la ciudad se estanque dos años (porque el acumulado ya es pesado) son estos dos temas los que hay que proteger a toda costa. Si los Panamericanos no salen impecables o pasa algo indeseable, el costo para la ciudad y para las próximas generaciones será altísimo. Y por supuesto, la seguridad: los tiburones huelen la sangre y el crimen organizado, la debilidad institucional. Si en los choques políticos debilitamos al Estado, el costo será terrible.

¿Y la cordura apá, quién la aporta?

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