JUANACATLÁN.- Ayer iniciaron los trabajos para instalar un colector de 3.6 kilómetros de longitud, que desviará las aguas negras del Arroyo de El Ahogado para que no se acumulen en la zona limítrofe de los municipios de Juanacatlán y El Salto. Esta obra, que costará 14 millones de pesos, comienza en la comunidad La Azucena, donde vivía el pequeño Miguel Ángel López Rocha —quien murió la semana pasada al intoxicarse con arsénico, presuntamente luego de ingerir agua del contaminado Río Santiago—. A esta zona llegó el primer embarque de tubería de 1.20 metros de diámetro que canalizará las aguas negras de la parte baja de la Presa El Salto, para evitar que se forme una fétida represa en el puente que une a los municipios de Juanacatlán y El Salto, donde proliferaban los malos olores, lirio y mosquitos. Héctor Gabriel Chaires Muñoz, director de Infraestructura Hidroagrícola de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), informó durante un recorrido por el sitio, que las excavaciones para dar paso a la instalación del colector serán en tres días más, una vez que los topógrafos concluyan el marcado del trazo. “Tenemos primero que hacer el trazo, ya está aquí una brigada de topografía que está marcando las líneas por donde irá el canal; después se harían las excavaciones”. Para la realización del proyecto, la Seder asignó de manera directa la obra a la empresa Construcciones y Carreteras, que tiene un plazo de dos meses para concluirla. “En tres días ya estaríamos haciendo las excavaciones. Ya que tengamos algún tramo marcado, empieza la excavación y la tubería sería posterior”. Descartó que durante el proceso se pueda presentar algún problema, al ser un suelo plano. Argumentó que, con base en una serie de estudios, determinaron diferentes pendientes del canal para que libremente pueda correr el agua. El desvío de las aguas forma parte de las acciones que a corto plazo implementa el Gobierno del Estado para disminuir los riesgos entre los habitantes de Juanacatlán y El Salto, pues la planta de tratamiento de El Ahogado, que resolverá a fondo la contaminación del Río Santiago, por lo menos tardará tres años más.
