Jueves, 23 de Octubre 2025
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Seamos realistas...

¡Seamos realistas, pidamos lo imposible!

Por: EL INFORMADOR

Una de las consignas más famosas del mítico 68 francés fue ¡Soyons réalistes, demandons l´impossible! ¡Seamos realistas, pidamos lo imposible! (algunos prefieren la traducción “exijamos” o “demandemos lo imposible”, dependiendo del ánimo del reclamo).

La pinta en las inmediaciones de la Sorbona se convirtió en la síntesis de la utopía posible. Ante la avalancha de defensores del status quo que consideraban, y consideran, que cualquier otra forma de vida es imposible, porque las cosas son como son y por eso están como están (la lógica es implacable) la consigna parisina se hizo famosa en todo el mundo justamente porque rompió con la lógica del inmovilismo: lo realista es pelear aquello que parece un locura.

Nada define mejor la nostalgia y el conservadurismo como la frase “todo pasado fue mejor”, cosa curiosa porque en realidad nadie quiere vivir como se vivía antes, en realidad los que dicen eso, lo que quieren es vivir eternamente como viven. No es tan cierto, pues, que todo pasado haya sido mejor, lo que sí es inobjetable es que en algún momento todo futuro fue un imposible. Esto es, todo lo que hoy vemos como presente, todo lo que hoy represente status quo, en algún momento fue sólo un sueño de futuro, una visión que tenía tintes de irrealidad, una utopía que chocaba con las cosas que eran como eran, porque estaban como estaban.

Algún día no muy lejano, Guadalajara será un ciudad con una red de ciclovías y que tendrá otra forma de moverse gracias a que una bola de locos y latosos que comenzaron primero a hacer un Movimiento Bicicletero a finales de los ochenta; luego a armar las primeras ciclovías los primeros años de este siglo (mismas que desbarataron con amparos de un notario, hoy diputado); después crearon, promovieron y usaron la Vía RecreActiva y luego los paseos nocturnos que, literalmente, toman la calle los miércoles y los jueves por la noche.

Pocas políticas culturales han sido tan exitosas y han aportado a la integración social como la Vía y los paseos nocturnos. Gracias a las locuras bicicleteras los tapatíos nos hemos encontrado nuevamente en el lugar de todos, en el espacio público por excelencia: las calles. Ambas locuras comparten además el haber nacido de iniciativas ciudadanas y aunque tienen más o menos apoyo de las autoridades, existen por y para los ciudadanos. Si alguien hubiese planteado hace 10 años que eso iba a suceder en Guadalajara la respuesta habría sido: sé realista, eso es imposible.

Seamos realistas, pidamos una movilidad diferente; seamos realistas, exijamos ciclovías.
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