Pórtico

Dos sistemas se siguen en Guadalajara para la recolección de la basura, tanto para la que se genera a nivel doméstico como la que producen los establecimientos comerciales e industriales.

Para recoger los desperdicios que a diario se tienen en los hogares tapatíos, el Ayuntamiento de Guadalajara contrató los servicios de una empresa privada, a la que se le paga una cantidad fija mensual por este trabajo, que incluye no solamente recoger la basura, sino también su traslado a los tiraderos autorizados.

Por lo que toca a la basura que se produce en comercios e industrias, incluidos los establecimientos de servicios como son hoteles y restaurantes, el Ayuntamiento se encarga de recogerla con sus propios camiones, previa suscripción en cada caso del servicio aseo contratado, por el cual se cubre un pago mensual en el Municipio.

Todos estos negocios tienen la obligación de contratar este servicio, ya que los camiones que recolectan la basura domiciliaria no tienen ninguna obligación de hacerlo, y las unidades que sí acceden lo hacen indebidamente.

En este asunto de la basura domiciliaria, hace ya algunas décadas en cada hogar se destinaban todos los días 20 centavos para entregarlos a los empleados, que entonces eran del Ayuntamiento, acompañantes del carretón o camión de la basura.

Con el paso de los años, esta cantidad fue aumentando, hasta llegar ahora  a una cifra diaria de entre dos y cinco pesos, y que si es mucha la basura que se entrega puede subir hasta 20 y 50 pesos, y en algunos casos puede ser mayor, dependiendo del tamaño de lo que se tira.

Por esta razón, son muy disputados estos empleos, pues aparte de su sueldo, lo que juntan en propinas se reparte entre las tres personas que generalmente van con cada camión recolector, o sea el chofer y dos ayudantes, y cada uno se lleva todos los días entre 200 y 350 pesos, dependiendo de la ruta que tengan asignada.

Pero estos camiones, que no deben recoger basura de comercios y de industrias, lo hacen si los propietarios de esos negocios les pagan una buena suma semanal, que fluctúa entre los 300 y 500 pesos, quitándole al Ayuntamiento no sólo un trabajo que l e tocaría hacer, sino ingresos en el ramo de aseo contratado.
Estos pagos que hacen algunos comercios y pequeñas industrias, no se entiende si es por no tener la molestia de ir a contratar un servicio, o porque piensan que en el Ayuntamiento les cobrarían más.
Todo se sabría si las autoridades municipales de Guadalajara lograran saber con certeza por qué se está registrando este gran negocio con la basura.

Con el pretexto de constatar que se esté dando debido cumplimiento a la obligación vigente de entregar la basura de los domicilios en forma separada, se esclarecería este negocio que se hace con la basura.
Al mismo tiempo, permitiría que poco a poco se fueran incorporando nuevas zonas a las poquísimas que hay ahora donde sí se entrega la basura en bolsas con un solo tipo de desperdicios, determinados días de la semana.

Todo este movimiento debe incluir un análisis a fondo sobre el cobro del servicio de aseo contratado, para ponerlo a un nivel adecuado y accesible para los pequeños negocios, cuyas ganancias también son pequeñas.
Igualmente, se determinarían, en el mismo aseo contratado, los días en que deben pasar a esos negocios por sus desperdicios, ya que habrá algunos, como son los casos de carnicerías, obradores, restaurantes y hoteles, que requieren que a diario se les recojan los desperdicios que generan, pues mantenerlos más de un día en sus establecimientos podría derivar en multas impuestas por los inspectores de la Secretaría de Salud.