Mano dura al transporte urbano

Aunque no entre en vigor hasta 2009, el Gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, dio a conocer que enviará una iniciativa al Congreso del Estado para endurecer las sanciones que se impongan al transporte público, como una medida efectiva para disminuir el número de muertes que ocasiona.

Se trata de sancionar no sólo a los operadores, sino también a los dueños de las unidades involucradas en esos accidentes.

Los camioneros, por su parte, señalaron que no será endureciendo sanciones como se logrará abatir el número de esos fallecimientos, pues consideran que ellos no son los únicos culpables de que sucedan.
Insisten en que también intervienen otros factores, como son la mala vialidad que se tiene en la Zona Metropolitana de Guadalajara, el número muy alto de vehículos en movimiento y la deficiente educación vial que tienen los pasajeros.

Hay tiempo para que todos estos factores se analicen y se opte por medidas efectivas que en realidad disminuyan el número de esos percances fatales.

Lo que sí debe acometerse de inmediato son otros varios problemas que afectan el buen otorgamiento de ese servicio público urbano de pasajeros.

Entre esas anomalías figuran, destacadamente, el abandono del correcto y adecuado mantenimiento de esos camiones, el desaseo que priva en sus interiores y la pésima atención que numerosos conductores otorgan a sus pasajeros.

Producto de ese abandono de un necesario mantenimiento están las goteras que un alto número de camiones presenta, incluyendo muchas unidades que tienen rotos los cristales de sus ventanillas, por lo que en cada tormenta los asientos se inundan, y los pasajeros no pueden sentarse en ellos, y hasta en los tubos que sostiene el techo corre el agua, y las personas que van en ese camión tienen que estar cambiando constantemente de mano.

Esto sucede tanto en unidades de la Alianza de Camioneros como en las de Servicios y Transportes, así como en varios midibuses, sobre todo cuando la lluvia es fuerte y prolongada.

Asimismo, los conductores están incurriendo en la indebida costumbre de no dar el correspondiente boleto al pasaje que se va subiendo, y cuando alguna persona reclama su boleto, intentan contentarla con un pedazo de boleto de niño, y cuando insiste en que se le de el boleto que está pagando, se lo entrega de muy mala gana y con murmuraciones de un carretonero.

También, numerosos conductores se van distrayendo con algún conocido, especialmente mujeres, desatendiendo el timbre que acciona algún pasajero que necesita bajarse, por lo que lo viene dejando a una o hasta dos cuadras de su destino.

Influye, igualmente, en esta mala atención, el que los conductores pierdan el tiempo escuchando el radio, a todo volumen, de sus camiones.

Estas distracciones pueden ser la causa de muchos accidentes fatales ocasionados por ese servicio público, ya que al mismo tiempo desatienden la visibilidad que deben tener en sus recorridos.

Los problemas de las goteras y de la mala atención en un número importante de camiones urbanos de ese servicio público, debe atenderse cuanto antes por la Secretaría de Vialidad y Transporte, a través de sus vigilantes, a fin de que se corrijan.

Aquí se debe incluir, invariablemente, a los propietarios de los camiones en donde se registra ese abandono en el mantenimiento y el desaseo en sus unidades.

En este aspecto, se puede llegar hasta retirar los permisos a los incumplidos.

En tanto, a los conductores se les pueden aplicar sanciones, si persisten en su mala atención al pasaje.

Estos problemas pueden y deben ser solucionados a la mayor brevedad posible, independientemente del endurecimiento de sanciones, a partir del año próximo, para abatir las muertes que ese servicio ocasiona.