Jalisco | Los niños aprenden malos hábitos alimenticios de los adultos Litzy padece obesidad infantil: tiene 11 años y pesa 65 kilos 'Siempre me da hambre. (En la escuela) nada más veo el celular para que se dé la hora del recreo; siempre me compro unas salchichas con duros y un frutsi, y lo que me sobra de paletas' Por: EL INFORMADOR 25 de abril de 2010 - 04:58 hs GUADALAJARA, JALISCO.- Con apenas 11 años de edad, Litzy pesa 65 kilogramos y mide 1.53 metros. Su cuerpo no corresponde a su estatura. Como miles de niños mexicanos, padece sobrepeso y obesidad. Litzy es hija de Teresa, una madre soltera que debe trabajar de lunes a sábado, de las 08:00 a las 14:00 horas. Por ello, le resulta insuficiente el tiempo para preparar un buen desayuno. Ambas desayunan juntas un vaso de leche con un paquete de galletas, antes de irse al trabajo y previamente llevar a Litzy a la escuela. La señora aclara que no es todo lo que almuerza la niña, porque además le da dinero para que compre algo en el plantel educativo. “Siempre me da hambre, y yo nada más veo el celular para que se dé la hora del recreo. Siempre me compro unas salchichas con duros y un frutsi, y lo que me sobra de paletas”, apunta la menor. A veces, Teresa le prepara un sándwich, pero no es todos los días; depende de qué tanto trabajo tenga. Una vez que sale de la escuela, Litzy regresa a su casa y aguarda a que llegue su mamá con la comida. Mientras espera, va a la alacena y se come otro paquete de galletas. “A veces hace la comida un día antes y sólo la meto al micro y como, pero casi siempre mi mamá trae comida de la que compra”. Teresa asegura que trata de comprar nutritivo, aunque no siempre se puede, pues no en todos lados encuentra comida sana. “Intento variar la comida y compro pollo, o carne, pero sí, de vez en cuando, nos comemos nuestras hamburguesas. Yo le digo a la niña que nomás no tome tanto refresco, pero le gusta”. Durante la colación vespertina, después de terminar la tarea, Litzy tiene permiso de ver la televisión. Mientras la ve, come papas fritas y toma refresco, hasta que se llega la hora de la cena y vuelve a comer galletas de chocolate con leche. “Estoy consciente de que eso le afecta y la hace engordar, pero es una niña. Cuando crezca sola se va a dar cuenta de que se debe cuidar y empezará a bajar”, argumenta su mamá. Malos hábitos alimenticios El sobrepeso y obesidad que enfrenta Litzy es similar al que padecen miles de niños, que aprenden los malos hábitos alimenticios, muchas veces, de manera indirecta, de los adultos. Aunque no sea la intención de los papás enseñar a sus hijos a comer de esta manera, el niño se acostumbra a alimentarse de cierta forma y, lo más probable, es que cuando sea adulto continúe los patrones alimenticios que vio desde su infancia y que esos mismos hábitos los sigan los hijos de los hijos, explica la nutrióloga Jazmín Díaz Martínez. Los antojos ¿Engorda, nutre, causa cáncer o diabetes?, son las preguntas que suelen surgir respecto a la comida chatarra. Pero, ¿a quién no se le antojan unas papas fritas con sal, limón y mucho chile?, ¿quién no compraba frituras cuando estaba en la escuela primaria o secundaria?, ¿a quién no se le hace “agua la boca” tan solo con el olor del limón y el chile al momento de preparar unas papas? La comida chatarra es una tentación permanente para niños y adultos. Tanto, que su consumo ha ocasionado que uno de cada cuatro infantes de primaria padezca sobrepeso u obesidad, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Comprar alimentos congelados, comida callejera o cualquier tipo de ingestión rápida en restaurantes y en tiendas de autoservicio, es una conducta habitual, pues se facilita y es más cómodo adquirirlos. El trabajo, la escuela, los quehaceres del hogar, el tráfico vehicular, entre otros aspectos, influyen en el comportamiento de los consumidores y aceleran su ritmo de vida, por lo que muchas veces no hay tiempo para preparar y tener una buena alimentación. La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que se puede prevenir. Es un proceso que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. En su origen se involucran factores genéticos y ambientales, que determinan un trastorno metabólico que conduce a una excesiva acumulación de grasa corporal para el valor esperado según el sexo, talla y edad. El problema no es la comida que venden en la calle y en las escuelas, sino la educación alimenticia que los hijos ven y aprenden de los padres. Según el Instituto Nacional de Salud Pública, la prevención de la obesidad se inicia con el seguimiento cuidadoso de la mujer embarazada y con una adecuada orientación a la familia sobre hábitos alimentarios saludables. La psicóloga Sara Becerra Robles indica que para combatir esta enfermedad y prevenirla, lo más recomendable es que los padres se levanten de la cama más temprano y les ofrezcan un desayuno completo y saludable a los niños, de manera que no les dé hambre. Igualmente, sugiere se envíe a la escuela a los niños con un refrigerio de frutas o verduras para sustituir la comida chatarra a la hora del recreo, además de controlar el dinero que les da para gastar en la escuela. “Si los padres toman mayor atención a lo que comen sus hijos y tratan de ayudarlos, los niños tomarán el ejemplo de las conductas alimentarias que ven en ellos, el mal hábito de comer inadecuadamente se irá borrando y aprenderán a comer sanamente; lo más probable es que cueste trabajo al principio, pero tampoco es imposible”. La realidad es que se puede comer de todo en pequeñas y equilibradas cantidades. Pero consumir chatarra se convierte en un hábito difícil de quitar, aunque no imposible. La nutrióloga Díaz Martínez recomienda seguir “El plato del bien comer”, diseñado por la Secretaría de Salud para los mexicanos, de acuerdo con nuestras características, costumbres y necesidades. Este programa proporciona un abanico de posibilidades para la alimentación de los diferentes miembros de la familia que pueden servir de base para una nutrición adecuada, ya que explica lo que debe incluir el mexicano, desde niños hasta adultos, en sus alimentos. “El plato del bien comer” clasifica los alimentos en tres grupos, de acuerdo con su función en la alimentación. No hay un grupo más importante que otro, se necesitan los tres para estar sano. ¿Qué incluye “El plato del bien comer”? Consiste en comer muchas frutas y verduras, que aporten proteínas e hidratos de carbono. También incluir suficientes cereales como arroz, tortillas y galletas, etcétera. Éstos pueden ser con grasa o sin ella; los que no tienen grasa proporcionan proteínas y carbohidratos; los que sí, aportan lípidos e hidratos de carbono; es decir, dan energía y ayudan a mantener la temperatura corporal. Es importante consumir alimentos de origen animal que aportan grasas y proteínas. Por último, leguminosas, como frijoles, habas, lentejas y garbanzo, etcétera, que proporcionan poca grasa, proteína e hidratos de carbono. Si se combinan todos estos elementos se logrará tener una alimentación sana y nutritiva. El cerebro necesita 20 minutos para que llegue la señal de que ha ingerido suficiente alimento, por lo que se debe enseñar a los hijos a comer despacio, a ponerlos en contacto con su cuerpo y percibir cómo la sensación de hambre desaparece. Es importante dejar de comer antes de estar demasiado lleno, “para no excederse”, indica la nutrióloga entrevistada. Lo anterior no significa que la comida chatarra está restringida. Todos los alimentos caben en una alimentación correcta. Ningún alimento se encuentra prohibido. Pero lo cierto es que la comida chatarra tiene más grasa que el aporte normal; es decir, engorda más de lo que nutre y es más costosa. “Un ejemplo son las papas fritas: si tú vas a la tienda y compras una bolsita, cuesta aproximadamente seis pesos y contiene 30 kilogramos de producto, aunado a que una vez que se frieron las papas perdieron nutrientes y adquirieron más grasa. Por otro lado, con esos seis pesos puedes comprar 250 kilogramos de papas naturales en el mercado, con un mayor aporte nutrimental, y puedes combinarlas con otros alimentos. Todo está en las cantidades y qué tan frecuentemente los consumes”. Acudir con un profesional de la nutrición es lo ideal para modificar los hábitos alimenticios y dejar simplemente de comer, para entonces sí comenzar a nutrirse. Según el Instituto Nacional de Salud Pública, en México el factor de riesgo que más se asocia a la obesidad en los niños es la modificación en los patrones de alimentación, con dietas con un alto valor calórico y la disminución en el grado de actividad física. La nutrióloga opina que lejos de culpar a las cooperativas de las escuelas por lo que venden, está el ejemplo de los padres y su responsabilidad por instruir a los hijos a comer de manera adecuada y tener un estilo de vida saludable. Los padres deben enseñar con un tono positivo y sugerencias de alimentación simples y alcanzables, que ayuden a poner en práctica una ingesta correcta, y crear situaciones que faciliten al menor a tomar decisiones correctas en relación con su alimentación, sin dejar de lado la actividad física. ¿Qué es la obesidad y el sobrepeso? La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una forma simple de medir la obesidad es el Índice de Masa Corporal (IMC), esto es el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros. Una persona con un IMC igual o superior a 30 es considerada obesa. Con un IMC igual o superior a 25 es considerada con sobrepeso. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Para saber Más de la mitad de los mexicanos presenta obesidad, y lo más preocupante es que la epidemia está creciendo de manera alarmante en los niños, alerta José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud Federal. En tan sólo siete años, la obesidad en niños de entre cinco a 11 años de edad registró un incremento “alarmante” de 77%. El funcionario advierte que de seguir estas tendencias, para el año 2015 la obesidad puede representar una carga financiera superior a los 100 mil millones de pesos, de los cuales 70 mil corresponderían a gastos médicos. Ê FRASES "Estoy consciente de que eso le afecta y la hace engordar, pero es una niña. Cuando crezca sola se dará cuenta de que se debe cuidar y empezará a bajar" Teresa, madre de Litzy. "El problema no es la comida que venden en la calle y en las escuelas, sino la educación alimenticia que los hijos ven y aprenden de los padres" Jazmín Díaz Martínez, nutrióloga. "Si los padres toman mayor atención a lo que comen sus hijos y tratan de ayudarlos, los niños tomarán el ejemplo de las conductas alimentarias que ven en ellos" Sara Becerra Robles, psicóloga. Indira Mariscal Díaz/ITESO Uno de cada cuatro infantes de primaria padece sobrepeso u obesidad, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Especialistas recomiendan seguir “El plato del bien comer”, diseñado por la Secretaría de Salud. El documento se basa en las características, costumbres y necesidades de los mexicanos para evitar el sobrepeso y la obesidad. Temas Salud Obesidad Niños Lee También Ángel Covarrubias, la voz infantil que conquistó Zapopan La edad de riesgo de padecer un trastorno mental, según expertos ¿Cuál es la diferencia entre los celos y la enfermedad de celotipia? ¿Cuánto tarda una persona con depresión en llegar al tratamiento? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones